El Katrina de Uribe
Fabio Arévalo Rosero MD
Quienes tal vez mejor han reflejado la crisis actual han sido Tola y Maruja: "En todo este bochinche de las pirámides están callaítos los bancos, que tienen mucha culpa: Uno pierde plata con los ahorros en un banco… Ni siquiera empata, pierde". "Las pirámides tienen una ventaja sobre los bancos: que le roban a uno sin tanto papeleo. Y otra ventaja: que los dueños se desaparecen, en cambio los gerentes de los bancos nos siguen saludando". Mordaz crítica del humor político colombiano tratando de recoger el sentimiento de la gente. La situación social de hoy no está para menos. Se considera que en la crisis de las captadoras de dinero y las llamadas "pirámides" están comprometidos al menos seis millones de colombianos. Extrapolando esta cantidad a sus familiares, no son menos de 15 millones los afectados. Igualmente las cantidades de dinero embolatadas estarían por encima de los dos billones de pesos. En los tres departamentos de suroccidente se calculan son unas 600 mil personas que han perdido dinero, lo cual representa cerca de millón y medio de habitantes en crisis en Cauca, Nariño y Putumayo. No entendemos por qué los reportes oficiales minimizan la tragedia. Expertos ligados al gobierno y a medios oficiales conceptúan que la economía no se afectará, ya que según ellos solo se ha "movido" el 2% del PIB. Pero la situación en el asfalto es otra, muy distinta a la teórica de los pontificadores de escritorio. Son circunstancias diferentes a la visión sesgada de algunos sistemas de comunicación con periodistas que se consideran los dueños de la verdad y regañan a la gente tratándola de ingenuos, incautos, ignorantes, etc. Duele aun más que estos medios siguiendo el tono oficial hablen de la "cultura mafiosa" de los colombianos, cuando la realidad de nuestros sectores no ha sido más que una lucha durísima por la supervivencia, ni siquiera por vivir dignamente. Es comprensible que ante unas políticas de estado tradicionalmente "antipersona" la gente haya recurrido a aprovechar oportunidades para recortar las desventajas que los gobiernos promovieron históricamente. Sin duda que ante la permisividad del estado con las pirámides, su respuesta tardía, la falta de educación, la tolerancia cobrando impuestos ilegales a empresas ilegales; la gente deberá recibir una respuesta contundente a su favor. Tendrá que hacerlo más temprano que tarde porque las condiciones actuales no dan para más. La responsabilidad del gobierno es mayúscula en esta coyuntura desgraciada para tantas personas, una cantidad muy significativa del país. Y es tan grande que politólogos y expertos coinciden sin dudar que a raíz de ello se le acabó la magia al presidente. Si Tola y Maruja son tan sabias, Rodrigo Pardo director de CAMBIO, tal vez no lo es menos cuando en su último editorial expresa: "Estoy cambiando de idea y empiezo a creer que el Presidente, a pesar de sus deseos, no será reelegido para un tercer periodo en 2010. Por más de que en las últimas encuestas mantiene una popularidad muy alta, este Uribe no es el mismo de antes. No es tan fácil de reelegir. Está cansado y actúa en forma errática. Varias de sus últimas salidas tienen una dosis tan alta de improvisación e intemperancia, que ya no solo causan molestias en la oposición, sino también entre sus simpatizantes naturales." Las pirámides en Colombia son a Uribe, lo que el Katrina en EEUU fue para Bush.