domingo, abril 22, 2007

EL PAN NUESTRO



Por:MARCO ANTONIO VALENCIA

Me bajo del bus y me interno en el barrio. Trato de imaginar lo que habrá detrás de cada puerta de cada casa de cada hogar. En cada familia hay un bandolero, una puta y un bobo, dice el refranero. Sospecho que hay ricos y pobres, feos y bonitos, gente buena y sujetos perversos, porque en todas partes se cuecen habas. Presumo que tras los hilos que se cruzan en la telaraña de estas casas, habrá historias maravillosas y dolorosas si tuviera el don de saber, escuchar y conocer “la ropa sucia” que cada familia lava en casa, a voz susurrante, en secreto de familia.

Hay niños que sufren porque no tienen un padre a su lado, y otros que lloran porque el padre que tienen es cruel y les hace la vida imposible. Otro que llora porque sus padres se separaron. Una niña que se duerme mirando por la ventana, porque sus papás trabajan y no hay quien la cuide. Una madre que se angustia porque no tiene dinero para la leche al otro día. Un abuelo que nadie cuida y esta nadando en su soledad y sus dolores. Un hombre otrora rico y ahora arruinado. Una chica que piensa en suicidarse. Una familia de luto que no comprende porqué la vida tiene la muerte entre sus ingredientes. Una niña ciega de amor que desconoce la autoridad de sus padres. Un muchacho que duda de su hombría porque es virgen todavía. Una empleada del servicio que no sabe si irse o seguir sus amartelamientos con el patrón. Una mujer casada que se siente infeliz, sola y aburrida. Un muchacho que sospecha que tiene sida y fuma sentando en la sala de su casa. Un hombre insatisfecho hasta el hastío de su trabajo mal pagado. Un jefe que duda de todo y maltrata a sus empleados. Una muchacha que no le encuentra sentido a la vida y quiere morirse. Un joven que desprecia todo de todo y decide meter drogas. Un niño mimado que llora por todo y sin razón. Un joven que tiene pesadillas demoníacas y alarma la familia. Un enfermo que llora su pena. Alguien que no come ni duerme por un odio que siente. Una muchacha angustiada por un examen. Un joven que descubre su homosexualidad y tiene miedo. Una mujer que ya odia a su marido y ha pensado en matarlo. Una mujer que le han robado los años con promesas y se quedó soltera. Un hombre que tiene un sueño fácil pero no tiene dinero. Una mujer que duda en acostarse con el esposo de su amiga. Un hombre que planea robarle al vecino. Un sujeto imbécil que lee la prensa y se indigna porque un columnista piensa distinto. Un tipo mediocre que se cree con autoridad moral para juzgar a los demás y le escribe un e-mail anónimo. Un adolescente que se hace la paja… (valenciacalle@yahoo.com)

viernes, abril 13, 2007

debate sobre el puente de la 17 en Popayán

Por: Gabriel Bustamante Peña

¿Pescando en río revuelto?


El doctor Fernando José Sánchez, refiriéndose al proyecto del puente de la 17 (en la Esmeralda), escribió en su columna del pasado 8 de abril que: “En vez de unirnos todos los payaneses y buscar la materialización rápida de la obra, obviamente sin atropellar los derechos de los habitantes afectados en la zona, un aspirante a la alcaldía de Popayán, por el Polo, trata de pescar en río revuelto.”

Lo primero que hay que aclarar es que en el Con­sejo Comunitario se entregó una carta al Presidente de la República y al director de Invias, respaldada por más de mil firmas de habitantes del sector de la Esmeralda, la cual contenía una petición concreta: solicitar una audiencia pública para que se explique y socialice el proyecto. Petición que fue avalada por el presidente Uribe en el mismo Consejo Comunitario.

Lo anterior más que una discusión política es una discusión técnica, sustentada en la preocupación que diversos sectores de la ciudad tienen ante la falta de claridad del proyecto. Recuerde doctor Sánchez, que en el mismo Consejo Comunitario que usted menciona, el Presidente solicitó el proyecto y el alcalde no lo tenía, preguntó quién lo había hecho y la respuesta de nuestro burgomaestre fue: Felipe Fabián Orozco; ante la sorpresa de los asistentes y todos los que vieron la transmisión del Consejo por el canal institucional.

Una audiencia pública no es un “palo en la rueda”, por el contrario, es un requisito obligatorio para la aprobación de cualquier proyecto de estas magnitudes; y en ella esperamos se explique, insisto, técnica no políticamente, aspectos como: el estudio de movilidad que justifica la construcción del Puente; el estudio de impacto ambiental que se concreta en la respectiva licencia que otorga la CRC, el estudio de predios que debe realizar el Agustín Codazi, cuando se van a expropiar bienes; el estudio de acueducto y alcantarillado de todas las redes que del sur, del norte y del centro de la ciudad desembocan al punto donde se pretende construir un puente subterráneo; la disponibilidad presupuestal del aporte de la alcaldía a la obra y al pago de las expropiaciones y las indemnizaciones (recordemos que la alcaldía está bajo la ley 550 o de quiebra económica); y la más importante, el estudio de impacto socio económico, ya que deben demostrar que el daño social y económico que causa la obra no es mayor que el beneficio que pretende generar; y el mismo estudio debe darle alternativas a la gente del sector que perderá su casa o su negocio.

En la página WEB de la alcaldía ya se habla de convocatoria a licitación por parte de Invias, pero ¿qué pasaría si una firma constructora se gana la licitación, y por ejemplo, la CRC no da la licencia ambiental al proyecto o la comunidad interpone una acción popular para defender sus derechos colectivos? ¿Acaso otra demanda de miles de millones como la que cursa contra el municipio actualmente?

De capuchas y capirotes

Por: JORGE MUNOZ FERNANDEZ

Desde Granada, España

Después de la frustrada tentativa de observar las procesiones del Jue­ves Santo en Granada, suspendidas por el invierno, nos refugiamos con Kristina Sachetti en la “Cafetería Jaragua”, para disfrutar de un par de tazas de café colombiano.

Tenia yo interés por conocer un poco de historia y anécdotas de los Capos sicilianos de “La Cosa Nostra”, interpretadas en la legendaria figura de Don Vito Corleone, llevada magistralmente al séptimo arte por Mario Puzo y Francis Ford Coppola.

Kristina, docente italiana, hace parte de los ochenta mil estudiantes que cursan carreras y postgrados en la pequeña ciudad de Granada. Habla un perfecto español, casi sin puntos finales, y, coincidencialmente, es oriunda de la misma población de Provensano, donde las autoridades, después de cuarenta años, levantaron a los feligreses la prohibición de lucir capuchas en las procesiones. Razones imaginables: sicariato encapirotado.

Kristina me cuenta que el pueblo del “Capo di Tuti Capi”, (El Jefe de los Jefes), Provensano, capturado el año pasado, tiene doce mil vecinos, es decir doce mil almas, para utilizar un lenguaje semanasantero.

“En mi pueblo, Corleone, hay 120 iglesias, en una proporción excepcional que no existe en ningún otro lugar del planeta, religiosidad que ha marchado pareja con su tradición mafiosa. Puedes imaginarte, entonces, la espiritualidad que se siente durante la época de Semana Santa. Bernardo Pro­venzano, por ejemplo, fue detenido después de un largo seguimiento, tanto que disfrutó cuatro décadas de clandestinidad, y sólo se comunicaba mediante mensajes bíblicos con los miembros de sus estructuras mafiosas. Durante años la secreta sociedad criminal aprovechó la cotidianidad espiritual para protegerse, y, la Semana Santa, para los ajustes de cuentas”.

“En Corleone la prohibición de cubrirse el rostro data de 1960, pero tras el arresto de Provenzano el alcalde Nicolo Nicolosi ha permitido el regreso de las capuchas, como simbólico retorno a la legalidad usurpada por la mafia”.

El regreso de las capuchas de Semana Santa al pueblo de Provensano recobra la herencia española de las Dos Sicilias y Cerdeña, en el Reino de Aragón, donde tuvo su origen la tradición del capirote.

Estudiosa de la mafia Colombia, me he dicho: “En Sicilia las organizaciones mafiosas tenían su propio Estado fantasma, integrado por criminales con el rango de “Hombres de Honor”, en tu país la mafia no ha necesitado esconderse, simplemente los otros han guardado confortable mudez.

martes, abril 10, 2007

Niños comienzan celebración religiosa


Niños comienzan celebración religiosa

Con entusiasmo y devoción

POPAYÁN, El Liberal, 10 de abril de 2007

El cielo se iluminará esta noche y Popayán buscará de nuevo su mejor atuendo para engalanarse con el inicio de las tradicionales Procesiones Chiquitas de la Fundación Cultural ‘Pedro Antonio Paz Rebolledo’.

Con más de medio siglo, estas fiestas religiosas regresan a la ciudad con el objeto de continuar cultivando en los niños la devoción por la Semana Mayor.

Y aunque éstas no se realizan en el marco de las fechas oficiales de Semana Santa, se hacen días después, para que en esta oportunidad sean los pequeños los protagonistas de la celebración.

Según Diego Paz, organizador de las procesiones de dicha Fundación, “éstas son una réplica de los desfiles sacros que se realizan de Martes a Sábado Santo, las cuales cuentan con el mismo número de pasos y con la presentación de bandas infantiles de la ciudad”.

Los pequeños tampoco se quieren quedar atrás y por ello también representan reconocidos personajes, quienes en las procesiones grandes desfilan por las diferentes calles de la ciudad como el Alcalde y sus secretarios, el Rector de la Universidad y decanos y el Comandante del Batallón, entre otros.

Para conmemorar la pasión y muerte de Jesús, durante casi un año la Fundación ‘Pedro Antonio Paz Rebolledo’ realiza talleres para enseñar a los menores de edad qué es la Semana Santa, qué representa cada uno de los pasos y el valor religioso de la actividad. “También se hacen cursos a quienes van a participar como regidores, pues se les debe indicar cuál es la labor que desempeñan en la procesión”.

Tallas en madera policromada (técnica de confección de las imágenes coloniales) son las que conforman los diferentes pasos que se podrán apreciar desde hoy y hasta el próximo sábado.

Procesiones y antidemocracia


Por: Carlos E. Cañar Sarria

Que los cargueros de los pasos de las procesiones de Semana Santa en Popayán lleven cubiertos sus rostros con el capirote, tal como se hace en España, especialmente en Sevilla es una inquietud acertada.

El colega columnista y amigo, Francisco José Varona Muñoz, agrega: “En Popayán, algunos por vanidad, narcisismo, soberbia (pecado capital) no quieren bajarse el forro…” Se queja además, de la falta de democratización en la elección de la Junta Pro Semana Santa, esta elección se hace a dedo (cooptación).

Presuponemos que todos los participantes en las procesiones están motivados por la fe, la sencillez y la devoción; los cargueros además soportan el peso de los pasos, que simbólicamente se asemeja-guardadas las proporciones- al peso de la cruz de Cristo rumbo al calvario.

Como se trata de un acto de fe y de devoción cristiana, lo que menos importa es darse vitrina o hacer pasarela. Son los pasos los que se exponen y se exhiben en cada recorrido y no quienes los cargan. Los cargueros piadosos en nada se van a ofender o incomodar si participan con los rostros cubiertos.

Las juntas Pro Semana Santa han sido pilares fundamentales en la preservación de este importante evento religioso que completa los 451 años, pero les ha hecho falta democratizar las procesiones. Los mismos cargueros y unos pasos hereditarios, límites de edad a las mujeres zahumadoras. Existen dudas sobre los criterios de selección de zahumadoras, dizque priman palancas, recomendaciones, la belleza física, el color de la piel, la posición socioeconómica de las aspirantes. Apellidos, recomendaciones, cargos, posición económica y polìtica para nuevos cargueros y regidores. De ser cierto todo esto, se desvirtúa el sentido de espiritualidad de las procesiones al tiempo que se pisotea la democracia. Que sólo se tenga en cuenta en los desfiles a la Universidad del Cauca, es una decisión antidemocrática y excluyente. Hay otras universidades públicas y privadas que hacen presencia en la región que amerita ser tenidas en cuenta. Anteriormente no se discriminaba a las mujeres zahumadoras por edad, belleza física, condición económica y social y mucho menos por el color de la piel. De no existir hoy tales discriminaciones, por ejemplo, nuestra Mujer Cafam, Yannet Mosquera y otras mujeres, podrían participar como zahumadoras en el futuro. ¿Desde cuándo las procesiones se volvieron excluyentes y elitistas? Que se haya dado participación a las mujeres como regidoras ya es un avance, pero hace falta más. Por lo tanto, los reglamentos y la misma Junta necesitan modernizarse, es decir, democratizarse. La exclusión, la arrogancia, el orgullo contradicen la filosofía de Cristo fundamentada en la inclusión y en el amor.

lunes, abril 09, 2007

IX Exposición de Orquídeas en Popayán

Popayanaldia.com / Locales

IX Exposición de Orquídeas
Abril 07 de 2007 | 4:25 pm

Las orquídeas han fascinado al mundo durante siglos y han sido consideradas como flores místicas, aunque algunos pueblos primitivos también la han utilizado con fines medicinales. En la Antigua Grecia eran vistas como un símbolo de virilidad.

Debido a su belleza y al elevado valor que alcanzan las orquídeas actualmente, son motivo de cultivo por particulares e industriales como flor cortada y como planta ornamental, por ello tiene una importancia económica a nivel mundial.

Algunos géneros de la familia de las orquídeas son objeto de cultivos importantes; se trata, no obstante de cultivos muy especializados.

Su cultivo es posible en todas partes y está especialmente desarrollado desde la mitad del siglo pasado porque muchos híbridos interespecíficos e intergenéricos fueron creados y comercializados con éxito por sus cultivadores.

Las orquídeas son plantas monocotiledóneas pertenecientes a la familia Orchidaceae, la más vasta del reino vegetal, ya que cuenta con 700 géneros con unas 28.000 especies botánicas distribuidas sobre toda la superficie de la Tierra. Si a esto le añadimos la enorme cantidad de híbridos entre especies e incluso entre géneros distintos, nos encontramos en un campo de enormes posibilidades.

Esta familia de plantas es la que ofrece las características más avanzadas desde el punto de vista evolutivo, motivo por el cual se encuentra en pleno proceso de diversificación, circunstancia que se ve reflejada en la abundancia y diversidad de especies. Encontramos orquídeas terrestres, litófitas(1), pero la mayoría son epífitas(2).

En el claustro del Carmen, la Asociación Payanesa de orquideología ha organizado la IX exposición de orquídeas en la que se ha logrado reunir una notable variedad de ellas entre las cuales se cuentan las especies más exóticas como los son: la coelugyne massengeana, la cycnoches manoelae, laelia gandis, la paphinia cristata y la Oncidium olivaceum Hbk, encontrada en el Páramo del Puracé.

Réplicas infantiles en la ‘Jerusalén de América’


Una tradición que se lleva en la sangre

POPAYÁN, El Liberal, 09 de abril de 2007

“Los niños son el futuro de Colombia”. Ese es el lema que siempre se escucha en el país, en medio de la violencia, cuando se buscan defender los derechos de los menores; pero en esta oportunidad la frase no se cita por dichos acontecimientos, sino por algo más especial, porque ellos son quienes continuarán dándole vida a las tradicionales procesiones de Popayán.

Y es que con este objetivo nació la idea de que las llamadas Procesiones Chiquitas tuvieran lugar en la ciudad, pues como argumenta, Higinio Paz Navia, organizador de la Procesión Chiquita del Domingo de Pascua, “éstas son una imitación de los pasos grandes que se crearon para que el niño desde temprana edad conozca cuáles son los elementos que conforman un paso y el cómo se arreglan para que cuando crezcan y lleguen a la adultez conserven el mismo entusiasmo y espíritu semanasantero”.

En Popayán desde hoy inicia la celebración de los niños con la procesión que se institucionalizó en 1990 por insinuación de los turistas que se quedaba hasta el domingo y no podía apreciar las procesiones chiquitas que comenzaban en un principio el lunes siguiente de Semana Santa, “así con mi familia y con la anuencia de la Junta Permanente Pro Semana Santa se decidió comenzar esta fase para que la gente pudieran permanecer más tiempo en la Ciudad Blanca y vivir con los pequeños la tradición”, prosiguió.

Diecisiete pasos son los que recorrerán las principales calles de la ciudad para conmemorar la pasión y muerte del Señor Jesucristo que se hizo hombre para salvar el mundo.

Sin dejar de lado ningún detalle, estas procesiones tienen incluidas las esculturas de las imágenes expresamente talladas en madera y los atuendos perfectamente confeccionados que asumen los oficios de todos los personajes que intervienen en las procesiones de la Semana Mayor como cargueros, sacerdotes, sahumadoras, regidores y moqueros.

Y aunque los pequeños no son galardonados como los adultos, cuando terminan su período de carguío, “generalmente pasan a la procesión grande como moqueros y, ya cuando cumplen sus 16 años empiezan a buscar el barrote para éstas”.

De aquí que la tradición no se pierde y siga latente cada vez más para afianzar la fe en Dios.

DE LAS PROCESIONES CHIQUITAS DE POPAYÁN











(DEL 9 AL 14 DE ABRIL)

Por: MARCO ANTONIO VALENCIA

De los personajes de las procesiones de Semana en Popayán que salen en las Procesiones Chiquitas, los únicos que faltan son Los Barrenderos. ¿Porqué ningún padre viste a su hijo de barrendero? ¿Por qué a ningún niño se le ocurre ser barrenderito? ¡Jum! De resto, todos están, incluyendo a niñas pichoneadotas y abría que incluir a las mamás, tías y abuelitas que en vez de alumbrar dan aliento a grito bufo a sus niños, y claro, están los cargueros veteranos que vienen a ver con orgullo (y lágrima en rostro) cómo sus nietos y bisnietos se “la meten a un barrote” desde los cuatro añitos de edad.

La clonación que hacen los niños de las procesiones de mayores es absolutamente maravillosa. Y la idea de realizarlas es también genial, en la medida que ello ha permitido una escuela que alimenta una tradición en el corazón mismo de las nuevas generaciones. Ya se sabe, por ejemplo, de niños que duermen con el túnico puesto cuando se acercan la Semana Santa; o de aquellos que en vez de jugar a la guerra, o al papá y a la mamá con sus muñecos, juegan a las procesiones, a armar y desarmar pasos, y a ser miembros de la Junta Pro Semana Santa.

Cuenta Jaime Vejarano Varona que a principios del siglo XX, cuando en Popayán había cuatro barrios (Bolívar, La Pamba, El Empedrado y El Centro) en cada uno se hacían Procesiones Chiquitas. Pero que si alguna procesión se encontraba en su recorrido con otra, el asunto terminaba en batalla campal. Y que para esas procesiones el Dr. Ignacio Delgado hizo esculpir en Quito hermosas imágenes de 20 centímetros para sus sobrinos. Imágenes que pararon en las manos de la familia Mosquera Wallis y hoy están exhibidas en el Museo Mosquera.

Que Don Juan León talló por encargó de don Vicente Arboleda otros pasos, pero imágenes y procesiones con los años desaparecieron. Así como desaparecieron las que organizó Francisco Velasco Navas y unas que se hicieron con imágenes de cartón por un autor anónimo; o las que presidieron Nicolás Rodríguez y Carlos Murillo con imágenes en barro. Y que solo hacia 1935, con Cenón Mosquera se lograron procesiones estilizadas que duraron años, y cuyos pasos hoy están en Silvia Cauca.

Pero fue Pedro Antonio Paz Rebolledo el que logró en 1949 organizar unas Procesiones con la solemnidad, el rigor y la proyección de las Procesiones grandes, y desde entonces, son las mas mencionadas y tradicionales de la ciudad, siendo regentadas hoy en día por Diego Alonso Paz y su familia, a través de una Fundación que le hace honor a “Pedrito”, su fundador.

Pero no son las únicas procesiones Chiquitas que hay en Popayán. En el barrio José María Obando, de manera esplendorosa la familia del carguero Víctor Ordóñez organiza una Procesiones con imágenes de los días Viernes y Sábado Santo con pasos que hiciera don Aníbal Ordóñez; así como en el barrio las Américas, la señora Alicia Velasco Rojas, familiar de semanasanteros, cada año dirige unas procesiones ya famosas por su elegancia y estética; y el Domingo de Pascua, don Higinio Paz organiza unas procesiones de alto vuelo para turistas desde la Junta Pro Semana Santa.

Una procesión de la Semana Santa Chiquita es un goce. Los alumbrantes, que son los padres de familia, se desesperan tanto, que les provoca meter el hombre cuando los cargueritos aflojan para bostezar de sueño. El arzobispo le pega con la mitra al cura cuando llora, el policía le dispara a las sahumadoras, el carguero no tiene problema en levantarse el túnico y hacer pipi a mitad de calle, la niña de la banda le da pataleta porque se equivocó de nota, el moquero le tira bolas de cera a las regidoras, que a su vez le sacan la lengua… en fin. No se las pierdan. En estos niños esta la fuerza y la esperanza viva de nuestra tradición. (valenciacalle@yahoo.com)

La Semana Santa de Adolfo Torres












Por: Gloria Cepeda Vargas

En una pequeña sala del centro de la ciudad, el Maestro en Artes Plásticas Adolfo Torres nos entregó una propuesta pictórica multidimensional que traduce su visión actualizada acerca de lo que representa la Semana Santa en la Colombia de hoy.

Con el nombre de “Entrepasos” se abrió la muestra. Dos palabras que al unirse en un solo vocablo, adquieren la connotación necesaria para designar esa imaginería desplegada en la humedad de las paredes circundantes. Rostros y muchedumbres desvaídos pueblan los muros. Un clima atemperado entre lo sugerente y lo tangible, soporta las figuras en serie de un Cristo a nuestro alcance. En continua sucesión de luces y sombras, la epopeya del cristianismo se transfigura. No es éste el crucifijo que llenó de pavor los días de la infancia como protagonista de una efusión de sangre y lágrimas que no entendimos nunca. El Cristo de Adolfo Torres es un colombiano más víctima de la violencia cotidiana, un ciudadano indefenso como lo somos todos.

Los “Descendimientos” números 1 y 2, realizados en óleo y técnica mixta sobre lienzos verticales, representan la efigie de dos hombres jóvenes que parecen flotar. Un infinito aire de desamparo los circunda. Los largos cabellos casi perdidos en pequeños dibujos espectrales, caen sin detenerse. El sexo al aire, reafirma su condición humana. En este caso la cruz no aparece como instrumento de tortura. Símbolo de la fe del cristiano, sólo a su característica alegórica responde. En los pies en vez de clavos, dos estratégicas manchas de luz.

El “Eccehomo”, silueta de Cristo realizada mediante la aplicación con soplete del humo sobre el muro, traduce una fértil concordancia de talento y sensibilidad. Dibujo ciego. Mole de ojos sin luz que a pesar de su silencio y aparente inercia, habla con la elocuencia que tienen mil palabras.

En “El traslado número 1”, el acierto en el manejo de la línea va de la mano de la asertividad del mensaje. Una combinación de grafittis, remolinos que parecen tragarse el horizonte y movilidad plástica de un cuerpo donde la ausencia de cabeza visible es punto focal de la composición, llena el espacio. “El traslado número 2” es otra cosa. El autor une a la tradicional técnica del cuerpo yacente, un plafondo en apariencia ajeno al conjunto. Inscripciones a lápiz al norte y sur de la superficie, la iluminan.

En el fondo de la sala un Cristo mutilado exhibe sus muñones. La pierna izquierda y el brazo derecho rematados, a manera de prótesis, por listones metálicos, se encargan de recordarnos en qué país vivimos. Es el “Cristo” contestatario de Adolfo Torres. Su reconocimiento de la función del arte. Su tercer ojo puesto al servicio de la verdad.

Semana Santa en Popayán

Por: RUTH CEPEDA VARGASEl martes santo la lluvia fue el enemigo de las procesiones. Este invierno implacable impidió cualquier intento para iniciarlas mientras una cortina de agua lo cubría todo y no hubo más remedio que regresar a casa y los turistas resignarse a no ver el majestuoso desfile.

Definitivamente el hombre es “víctima de las circunstancias” y el clima “tiene la palabra”. En estos casos nada ni nadie puede detener un chaparrón o un sol canicular. El agua cae sobre la ciudad paralizando todo. Y el programa preparado durante 365 días no se puede cumplir. Es un complicadísimo y eficaz trabajo el que se elabora con la paciencia y la fe de muchas gentes. Somos “una brizna de hierba” en las manos de la naturaleza. El hombre puede llegar a las cumbres sofisticadísimas de una tecnología depurada, pero el curso atmosférico nadie, hasta ahora, logra manejarlo. Y se tiene, entonces, a una ciudad en total alerta, pendiente del trueno, del relámpago, del color plomizo de las nubes, de la gota de agua, ya que el sagrado desfile de ninguna manera se puede aventurar a emprender su larga marcha en medio de la lluvia y de los charcos que pueden ser fatales para su buen desempeño y su éxito.

Esta nota la escribo en el anochecer del jueves santo. Hoy el cielo a las cinco de la tarde estaba espléndido con todos sus arreboles dorados sobre la ciudad blanca. Las nubes plomizas se habían esfumado y las gentes gozaban, maravilladas, este atardecer veraniego, insólito, pero infinitamente deseado. El centro histórico completamente vacío de buses, de carros y de motos, era un paraíso. Los andenes se miraban vacíos, ya que la gente colmaba las calles, dueñas de un espacio que al fin sentían suyo, deteniéndose, sin ningún temor, a saludar al amigo, como si estuvieran en el patio de su casa. Esto se llama “gozar la ciudad”, saberla propia y disfrutarla.

Estoy segura que en este momento una luna semanasantera mira desde su reino el desfile sagrado. Veo en la televisión la imperativa necesidad por la cual los alumbrantes deben ir sobre el andén con las debidas medidas de seguridad. Porque al tener que desfilar por la calle el desorden ensombrece la solemnidad de esta ceremonia. Y el hilo de luz se pierde entre la multitud. Hay que proporcionarles a ellos, portadores de velas encendidas, los espacios en donde puedan sentirse seguros y cómodos. Esto aumentaría, sin duda, el número de luces y la procesión sería mucho más bella y fastuosa.

Estos comentarios quieren contribuir a que en un futuro las procesiones de Semana Santa alcancen lo que ellas se merecen: ser Patrimonio de la Humanidad.

No en vano los siglos las han visto desfilar demostrándole al mundo que todo aquello que perdura en el tiempo es importante y vital. Esto es el trabajo ininterrumpido de muchos payaneses que año a año laboran para que en sus calles la fe de un pueblo alcance la eternidad que ella se merece.

sábado, abril 07, 2007

Editorial: Una reflexión sobre la religión


Occidente, Cali, abril 07.
Lo preocupante no es que la gente se aparte de las religiones, sino que se pierdan los principios que promueve el cristianismo, de bondad y respeto por el prójimo.

El valor de la Semana Santa va más allá de lo religioso, más allá de los actos de fe.
En el fondo, el verdadero valor de los días santos está en la reflexión, en la promoción del humanismo desde la filosofía cristiana.

Mucho se ha debatido por estos días sobre la pérdida de fieles que han sufrido las religiones, especialmente la Católica, pero ésta, al fin de cuentas, es una discusión superficial, pues lo verdaderamente importante no es que una religión pierda espacio, lo importante es que no se pierdan los valores de respeto por los semejantes, principios que promueven la mayoría de los credos, orientados en su mayoría hacia las buenas acciones y el comportamiento ejemplar.

Tal vez por esto, por ir precisamente en contravía del respeto del prójimo, el catolicismo ha perdido fieles; en el caso colombiano, por ejemplo, la Conferencia Episcopal calcula que en los últimos diez años la población que sigue esta religión se ha reducido en un 10%. Las posiciones de los jerarcas de la Iglesia frente a temas como el aborto y la homosexualidad han alejado cada vez más a la gente de los templos.

Lo importante es que si esta tendencia se mantiene, y los colombianos se alejan cada vez más de la Iglesia, no se pierda esa filosofía cristiana que se resume en la frase "amaos los unos a los otros como yo os he amado", filosofía que tiene como principios de vida el perdón y la reconciliación.

En un país en el que el 90% de la población es católica, los jerarcas de la Iglesia deberían buscar el porqué de la dimisión de sus fieles, evaluar por qué la gente se aleja de los templos, y cumplir a cabalidad esa misión de ser una institución difusora de la bondad.

opinion@diariooccidente.com.co

La Semana Santa en Popayán


Actualidad. Por: Paloma Valencia-Laserna
La Semana Santa
El pais, Cali, Abril 07 de 2007

Los tambores de la banda de guerra resuenan con toda su fuerza sobre las calles aglomeradas y los niños emocionados pueden oír su ritmo entre sus estómagos. Las trompetas, con sus voces chillonas, irrumpen de tiempo en tiempo con una tonada trágica que les recuerda a los fieles todo el dolor de la pasión de Cristo. La procesión avanza y los pasos que ilustran cada uno de los eventos trágicos que conducen a la crucifixión y muerte de nuestro Señor se desplazan al ritmo sonoro de la marcha. Cada imagen viene rodeada por los personajes que dan vida a la procesión, la colorida sahumadora, los ocho cargueros, el regidor, la serpenteante fila de alumbrantes y el niño moquero, vestido como un carguero y que con cada vela que prende enciende en su corazón el deseo de cargar un paso en el futuro.

Por su parte, el publico observa emocionado el desfile. Han venido con antelación a buscarse entre la muchedumbre un lugar que les permita verlo todo. Algunos horas parados en el umbral de una puerta donde un escalón les dará la ventaja de una mejor vista. La ciudad entera ha venido presintiendo estas emociones, que en breve cruzan y se esfuman ante sus ojos, mientras los sonoros tambores se desvanecen entre el incienso de las calles que han visto por 451 años los desfiles.

Volver a vivir la Semana Santa en Popayán me ha dejado dos reflexiones que quiero compartir.

Por una parte, la celebración de la Semana Santa en Popayán, al igual que en otros lugares del mundo, no sólo es una alabanza viva y externa de la fe Católica, sino una ocasión de unión y la integración entre los ciudadanos. Esta fiesta permite que la ciudad edifique su identidad y construya un propósito común. Y esta devoción le otorga un sentido a las conductas ciudadanas y da un motivo claro por el cual mantener y construir una mejor ciudad. Es así como el primer reto que enfrenta esta celebración es el crecimiento demográfico. Para que la fiesta mantenga su poder de cohesión social y no se convierta en un motivo de exclusión, corresponde a la comunidad y a las autoridades competentes generar nuevas alternativas que vinculen más ciudadanos y garantice que el tejido social crezca y se fortalezca en torno a la Semana Santa.

Pero por sobretodo, la Semana Santa tiene que poner de presente para todos los cristianos la fortaleza ética y espiritual del mensaje de Cristo. El estoicismo, la generosidad, el perdón y el amor de Cristo, contrastan con la ceguera, la soberbia, la traición y las injusticias humanas. Revivir la pasión es un evento que conmueve las más íntimas fibras de cualquier ser humano, porque evidencia las debilidades humanas a través de las flaquezas de los acompañantes de Cristo y el contraste con la grandeza del Espíritu Divino. Cuántas veces actuamos como Judas prefiriendo el efímero beneficio económico o nos sentimos como Pedro que en medio del temor a la persecución prefiere negar lo que cree. Tantas otras veces somos Pilatos y conociendo la injusticia somos incapaces de luchar contra ella y escogemos el lugar seguro que se lava de la responsabilidad. Somos también como Caifas, enemigos de lo que se nos opone. Hemos sido como el público expectante que se burla y juzga implacablemente y que luego -cuando lo sacude un temblor y el cielo se estremece- comprende la verdad y está dispuesto a decir que todo fue culpa de otros. Cuan distantes estamos de Cristo.


viernes, abril 06, 2007

Semana Santa en Popayán

La devota tradición

http://www.elheraldo.com.co/revistas/gente/03-04-12/noti4.htm

Por ROXANA CASTILLO
Fotos Archivo Museo Nacional

Cada año los payaneses remozan su ciudad para conmemorar la Semana Santa. Por estos días, las casas por donde pasan las imponentes procesiones terminan de pintarse de blanco, las imágenes se visten con los antiquísimos atuendos bordados en oro, los veinte mil participantes alistan sus indumentarias tradicionales y cientos de turistas llegan de todos los rincones del país y del mundo para ver con sus propios ojos una de las celebraciones religiosas más importantes de América Latina.

La capital del Cauca tiene el encanto de las ciudades coloniales como Cartagena: las calles adoquinadas y anchas, sus imponentes templos y sus originales edificaciones se han conservado a través de los siglos. Sobre todo, muchas de las costumbres traídas por los españoles, como la devoción por las tradiciones católicas, siguen intactas después de quinientos años.

La historia de Popayán es también fascinante: el conquistador Sabastián de Belalcázar la fundó en 1537 después de una cruel campaña contra los indígenas pubenzas que habitaban la región del suroccidente colombiano. En la colonia, las minas de oro atrajeron a decenas de españoles, con sus esclavos negros e indígenas, comenzando una época próspera para Popayán, como capital de la provincia que dependía de Quito y del Virreinato de Perú.

Popayán ha resistido los terribles terremotos de 1736 y 1983 que por poco destruyen su patrimonio arquitectónico y cultural. En estas dos ocasiones, los payaneses se levantaron de las ruinas para restaurar sus tesoros con fe y esperanza, logrando recuperarse en poco tiempo: en el último siniestro reconstruyeron fielmente sus edificaciones en menos de diez años.

Las procesiones de Semana Santa en Popayán datan de 1566, sólo treinta años después de su fundación, según lo escribió Juan de Castellanos en su célebre crónica “Elegías de varones ilustres de las Indias”. El fervor sigue siendo el mismo desde entonces. Inicialmente participaban sólo campesinos humildes que llevaban sobres sus hombros las imágenes traídas de España por los sacerdotes evangelizadores, hoy ricos y pobres se confunden bajo los pesados pasos.

La prosperidad económica de la Gobernación de Popayán que trajo la explotación del oro permitió la construcción de varios templos y conventos por toda la ciudad. Las iglesias comenzaron a engalanarse con retablos enchapados en el precioso mineral y los pobladores ricos fueron adquiriendo objetos de arte religioso para sus casas.

Los payaneses, enriquecidos por las enseñanzas de los sacerdotes de las comunidades religiosas afincadas en la región y por la bonanza del oro, organizaron con esplendor la conmemoración de la Muerte y Resurrección de Jesucristo.

Lo que comenzó como una fiesta religiosa enmarcada en la evangelización se fue convirtiendo a través de los años en una tradición cultural que va más allá de los ritos, para llegar a ser un motivo de unión familiar, un ejemplo de civismo y una muestra de la riqueza artesanal del país.

La Semana Santa en Popayán, con las mismas pompas de la de Sevilla, en España, atrae las miradas de miles de turistas cada año por su vistosidad y solemnidad. Las comunidades religiosas delegaron en los laicos el mantenimiento, arreglo y cuidado de los pasos. La Junta Permanente Pro Semana Santa fue creada en 1939 y es la encargada, además de estas funciones, de conseguir los recursos para la financiación de las fiestas.

http://www.fup.edu.co/fup/semanasanta2002/fotografias/f_procesiones.html



Historia

Procesiones


Tomado del libro: SEMANA SANTA EN POPAYAN, Fotografía PATRICK ROUILLARD. Ed. Villegas Editores Primera. Edición 1999
Alumbrantes
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Archivo Fotográfico. JUNTA PRO SEMANA SANTA
El Señor Resucitado
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Archivo Fotográfico. JUNTA PRO SEMANA SANTA
La Negación
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Tomado del libro: SEMANA SANTA EN POPAYAN, Fotografía PATRICK ROUILLARD. Ed. Villegas Editores Primera. Edición 1999

La Cruz a Cuestas
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Tomado del libro: SEMANA SANTA EN POPAYAN, Fotografía SILVIA PATIÑO. Ed. Villegas Editores Primera. Edición 1999
Cirio Pascual
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Archivo Fotográfico. JUNTA PRO SEMANA SANTA
Amo Ecce Homo
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Tomado del libro: SEMANA SANTA EN POPAYAN, Fotografía: SILVIA PATIÑO. Ed. Villegas Editores Primera. Edición 1999
Angel de la Resurreción
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Archivo Fotográfico. JUNTA PRO SEMANA SANTA
Armada de los pasos
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Tomado del libro: SEMANA SANTA EN POPAYAN, Fotografía PATRICK ROUILLARD. Ed. Villegas Editores Primera. Edición 1999
Cristo de la Veracruz
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Tomado del libro: SEMANA SANTA EN POPAYAN, Fotografía PATRICK ROUILLARD. Ed. Villegas Editores Primera. Edición 1999
Cristo de la Veracruz
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Archivo Fotográfico. JUNTA PRO SEMANA SANTA
Cristo del Descendimiento
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Archivo Fotográfico. JUNTA PRO SEMANA SANTA
Cruz a Cuestas
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 Archivo Fotográfico. JUNTA PRO SEMANA SANTA
El Cachorro
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Tomado del libro: SEMANA SANTA EN POPAYAN, Fotografía PATRICK ROUILLARD. Ed. Villegas Editores Primera. Edición 1999
El Santo Ecce Homo
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Archivo Fotográfico. JUNTA PRO SEMANA SANTA
La Dolorosa
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Archivo Fotográfico. JUNTA PRO SEMANA SANTA
Domingo de Ramos
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Tomado del libro: SEMANA SANTA EN POPAYAN, Fotografía PATRICK ROUILLARD. Ed. Villegas Editores Primera. Edición 1999
San Juan

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Señor de la Crucificción
Archivo Fotográfico. JUNTA PRO SEMANA SANTA
Señor de los Azotes
Señor Resucitado
Virgen de la Soledad
Virgen de la Soledad
Virgen de los Dolores

Vista Santo Domingo
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Si tiene imágenes de la semana santa en Popayán o sugerencias que puedan enriquecer nuestra galería de imágenes por favor hacerlas llegar a juntasemanasanta@fup.edu.co.






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Diseño y montaje Fundación Universitaria de Popayán
2002

jueves, abril 05, 2007

La muerte del cristo en Popayán

La muerte del cristo en Popayán

.(Parodia)

Por: Álvaro Jesús Urbano Rojas

Por la gracia de Dios, Jesús de nuevo encarnó en la tierra, hizo su apostolado en Popayán, la Jerusalén de América. Desde los 33 años fue su vida pública, pero a nadie le cabía en el caletre que en pleno siglo XXI, alguien se creyera hijo de Dios y se arrogara para sí el derecho a perdonar pecados, sanar enfermos y resucitar muertos. En un complot urdido por sus enemigos le montaron una celada. Ese día al presentir que su hora estaba cerca; dispuso una cena en casa de un amigo en la Vereda de Torres. Los discípulos hicieron como Jesús les mandó, y prepararon la cena con tostadas y vino cherry de cerezas, hubo también tamales y empanadas de pipían. Bendijo el pan y el vino y los dio en señal del nuevo pacto. Finalizada la cena, fue a orar al cerro de las tres cruces, vino entonces Judas, uno de los doce de su banda, con él mucha gente y policías armados de fusiles y pistolas nueve milímetros, lo capturaron por el denuncio penal que los principales sacerdotes y políticos ultra-godos de la ciudad habían formulado ante la fiscalía. El que le entregaba se había sometido previa recompensa a rebaja de pena y sentencia anticipada, les había dado señal, diciendo: Al que yo bese, ése es; échenle mano. Y en seguida se acercó a Jesús y dijo: !! Chao, Maestro! Y le besó. Entonces se acercaron unos detectives del CTI, con boleta de captura lo prendieron. Pero uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó una bayoneta, le bajo una oreja. Jesús se la repuso y recriminó. No se puede hacer la paz con la guerra y ordenó: vuelve tu arma a su lugar; porque todos los actores armados, con el fuego de sus armas perecerán.

Decían: Es un subversivo narcotraficante, debe ser extraditado. Entonces lo torturaron para que develara a toda su banda, le escupieron en el rostro, y le dieron de puñetazos, y otros le abofeteaban. Venida la mañana, todos los principales sacerdotes y los políticos religiosos del pueblo entraron en consejo contra Jesús, movilizaron a las comunidades indígenas y campesinas y para presionar se tomaron la carretera panamericana. Una vez en pie delante del fiscal; en la diligencia de indagatoria éste le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el seudo Mesías que busca el poder por medios revolucionarios, con el cuento del amor y dejarse golpear la otra mejilla? Y Jesús le dijo: Tú lo dices. Y nada más respondió. El fiscal entonces le dijo: ¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti? Pero Jesús guardó silencio; de tal manera que el Fiscal se maravilló mucho. Ahora bien, por la ley del perdón y reparación debo dejar el libertad a los que se sometan a la justicia, y entreguen sus armas. Siempre he entregado el Amor que es mi única arma dijo Jesús. El fiscal ante la suplica de su esposa, se negó a tramitar su extradición.

Entonces lo secuestraron y lo entregaron a los paramilitares, arguyendo que era un peligroso sedicioso. Caminó su calvario por altas montañas, una vez en presencia del comandante citó al pueblo y los conminó: ¿Qué, pues, haré de Jesús, llamado el Cristo? Todos le dijeron: !!Sea dado de baja! Y el comandante, les dijo: Pues ¿qué mal ha hecho? Ellos gritaban aún más, diciendo: !!Sea dado de baja! Viendo el Comandante que nada adelantaba, sino que se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos, delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá Ustedes. Y respondiendo a todo el pueblo, dijo: Su sangre sea sobre ustedes, y sobre sus hijos. Habiendo torturado a Jesús, le entregó para ser fusilado. Entonces llevaron al pretorio; le quitaron su túnico blanco, le pusieron frac y una banda presidencial con espina de cactus e hincando las rodillas delante de él, le escarnecían, diciendo: ¡Viva el presidente, el enviado de Dios, el Mesías! Y escupiéndole, le golpeaban en la cabeza. Después lo llevaron para fusilarle. Él los miraba con desden, más ellos con alacridad, pusieron: “Jesús redentor de los colombianos” Entonces lo fusilaron con dos ladrones un paramilitar a la derecha y una guerrilla a la izquierda. Como testimonio para perpetuar en el tiempo el más vil de los asesinatos. Aún lo sacan en procesión. Nunca entendieron que al tercer día resucitó. E ahí el misterio de su gloria.




Este es mi puesto


POR: Horacio Dorado Gómez

CARICATURA DE CALET.

En las procesiones que se hacen en Popayán, las de Semana Santa, se ostenta un lujo y buen gusto como no se ven en ninguna otra ciudad de Colombia.

El aspecto de la ciudad es fastuoso mientras recorre la procesión, la cual sale del templo respectivo a las siete de la noche; habitantes y peregrinos concurren cada uno con su cirio encendido.

En tiempos lejanos se ponían en largas filas: las mujeres a la derecha y los hombres a la izquierda, pero en actitud de piadoso recogimiento. Como el pueblo era pulcro en extremo y usaba vestidos de diversos colores, la procesión observada, semejaba un guirnalda ambulante, iluminada en forma brillante por los millares de luces que se mueven bajo un cielo tachonado de estrellas, al tiempo que respira el delicioso y embriagador ambiente de los jazmines, azahares y cera de laurel.

De la iglesia de Santo Domingo sale, entre otros, el famoso paso de Nuestra Señores de los Dolores, ricamente vestida, sobre andas de plata, carey y concha de nácar, regalo de la señora doña Asunción Tenorio, conducida por robustos penitentes vestidos de azul, con los pies descalzos, una soga envuelta en la cintura y la cara cubierta con capucha. Para tener derecho a ese honor, debía pertenecer el carguero de la respectiva cofradía. A ella perteneció el hermano Juan Gregorio Sarria, quien gozaba de una reputación terrible este hijo del pueblo de Timbío, ganadero de profesión; dejaba el oficio para empuñar las armas cada vez que se le llamaba al servicio. Seguidor del general José María Obando. Sarria era ancho de espalda, de musculación vigorosa y de mediana estatura.

A juzgar por todo lo que se escribió acerca de él, debió ser un monstruo mitológico; pero debe tenerse en cuenta que fueron sus enemigos personales o políticos quienes emprendieron la tarea de presentarlo ante la historia como un ser abominable.

En 1841 parecía imposible que el hermano Sarria ocupara el puesto que le correspondía en las andas, porque la guerra civil lo tenía ocupado en asuntos diferentes al de cargar santos. Presintiendo la ausencia de Sarria, el capellán de Santo Domingo designó a otro hermano para que hiciera las veces de aquel. No creía que viniese en atención a su condición de rebelde, estaba fuera de la ley y por añadidura, el gobernador de Popayán había ofrecido dos mil pesos, al que entregara vivo o muerto al temido guerrillero.

A punto de salir la procesión, entró a la iglesia un penitente de mediana estatura, de aspecto fornido, con alcayata en mano, se dirigió al paso de Nuestra Señora, rezó algo de rodillas y al levantarse con voz autoritaria que no admitía réplica, dijo: “Este es mi puesto” . Don José María Cordovez Moure, quien describe esta anécdota que provoca curiosidad, fue un testigo imparcial de la vida que se agitaba a su alrededor.

CUESTIONARIO PARA SEMANASANTEROS

La de Popayán es una de las mejores del mundo

¿Qué tanto sabe de la Semana Santa en Popayán?

El Liberal, 5 de abril de 2007.

Hace 451 años se viene realizando en Popayán una de las mejores Semanas Santas del Mundo.

Desde esa fecha hasta nuestros días, la ciudad ha tenido un reconocimiento a nivel internacional por la calidad de sus celebraciones.

El Carguero, la Sahumadora y los Moqueros son algunos de los personajes que toman importancia en las diferentes procesiones.

La Semana Santa en Popayán son tan autóctonas como las empanadas de Pipián, champús y pasteles de yuca, por eso si usted se considera que es un payanés de verdad o un buen semanasantero tiene que saber la respuestas a las siguientes preguntas.

1.- ¿La Virgen de los Dolores siempre va de última en las Procesiones?

a.- Si.

b.- No.

2.- ¿Existió en alguna Semana Santa de Popayán Pasos de seis (6) barrotes?

a.- Si.

b.- No.

3.- ¿Los Cargueros visten todo el tiempo el paño sobre la pierna izquierda?

a.- Si.

b.- No.

4.- ¿El recorrido de la Procesión del Jueves Santo siempre ha sido el mismo?

a.- Si.

b.- No.

5.- ¿Todos los Pasos del Viernes Santo llevan flores moradas?

a.- Si.

b.- No.

6.-¿Las Sahumadoras están ubicadas en todos los Pasos de las Procesiones?

a.- Si.

b.- No.

7.- ¿Las alcayatas son con horquilla en hierro forjado?

a.- Si.

b.- No.

8.- ¿Los Moqueros son niños menores de 15 años?

a.- Si.

b.- No.

9.- ¿Las Procesiones en Popayán tiene ‘Premio de Montaña’?

a.- Si.

b.- No.

10.- ¿En el cuerpo de Regidores hay damas?

a.- Si.

b.- No.

11.- ¿En 1909 se suprimió la Procesión del Lunes Santo?

a.- Si.

b.- No.

12.- ¿La Procesión del Viernes Santo sale del Templo de Belén?

a.- Si.

b.- No.

13.- ¿El Señor de la Veracruz es el Paso destacado del Martes Santo?

a.- Si.

b.- No.

14.- La Procesión del Sábado Santo o Procesión de Resurrección se institucionalizó en 1994?

a.- Si.

b.- No.

(*) Cuestionario realizado con la asesoría de Mario Córdoba, directivo de la Junta Permanente Pro Semana Santa.

1.b.- No, porque el Sábado Santo va adelante de la imagen del Resucitado.

2.a.- Si, las que se realizaban en el Siglo XVIII.

3.b.- No, su posición es contraria al hombro donde carga el Paso.

4.b.- No, porque antiguamente, en el Siglo XX, subía por la calle 4. Hoy en día baja por esa misma calle.

5.b.- No, el Paso de San Juan lleva flores blancas, que representan su pureza.

6.b.- No, están en los pasos donde va la imagen de Cristo o de la Santísima Virgen.

7.a.- Si, es la mejor garantía para el soporte en el descansos de los Pasos.

8.a.- Si, los Moqueros salen de las procesiones chiquitas y quedan en el limbo para ir a las grandes, con esto no pierden el hábito y el aprendizaje.

9.a.- Si, desde la carrera 11 con calle 4 hasta la carrera 5 con calle 4, en la Plaza de Santo Domingo. Esto es únicamente el Martes y Miércoles Santo.

10.a.- Si, fue una política que estableció la junta hace dos años.

11.a.- Si, fue absorbida por las Procesiones del Martes y Miércoles Santo.

12.b.- No, sale del Templo de Santo Domingo.

13.b.- No, su día es el Jueves Santo.

14.a.- Si, fue una decisión de la Arquidiócesis de Popayán.

Procesiones: tradición ininterrumpida


El terremoto causó la más larga interrupción

El Liberal, 5 de abril de 2007

Las procesiones de Semana Santa, no se han suspendido nunca, afirmó Mario Córdoba, síndico de la Virgen de los Dolores.

Y es verdad, pues a lo largo de los 451 años de historia de esta tradición, siempre se ha cumplido con el mayor número de las mismas.

Sin embargo las inclemencias del clima y situaciones ni siquiera pensadas como la ocurrida en 1983 con el terremoto que destruyó gran parte de la ciudad, han ocasionado en su momento la suspensión de un par de procesiones durante la Semana Mayor.

Los miércoles y viernes santos, han sido históricamente los días en los cuales el mal tiempo reinante ha evitado la salida de los desfiles procesionales nocturnos, u obligado el acortamiento de sus recorridos.

Anécdotas hay muchas afirma el síndico al recordar “que en una oportunidad en 1960, siendo párroco de San Agustín el Sacerdote Mario Velasco Tello, estábamos nosotros en la casa de Don Simón Rojas, y como a las 10:00 de la noche nos mandó a llamar porque había que sacar la Procesión y así se hizo, en medio de una lluvia violenta que nos permitió llegar a la esquina de la carrera 6ª con calle 4ª, y por el Banco de Colombia hacia acá debió cortarse hasta llegar a San Agustín. Ese es uno de los aguaceros más tremendos que recuerdo como carguero”.

Ahora sumarán a los anales de la historia el de la noche del pasado martes santo, que apenas les permitió sacar a la Virgen de Los Dolores frente a la iglesia de San Agustín, pero para entonces por San Francisco ya se percibía muy fuerte la lluvia y debieron entrarla pues exponerla a la lluvia puede causar un gran daño a los sitiales, la imagen y los ropajes.

La anécdota

El Paso de La Virgen de Los Dolores ha sufrido durante los últimos años una renovación generacional de los cargueros casi total.

Sin embargo justo el martes anterior, por razones de salud, uno de los jóvenes cargueros iba a ser sustituido en el carguío por Antonio Flor, quien cargaba en este año por última vez, pues ya alcanzó la edad reglamentaria para el retiro. “Sin embargo la Virgen lo despidió con un lapo de agua y esas son las cosas de la vida”, afirmó Mario Córdoba.

¿Por qué suspenderlas?

En primer lugar las Procesiones se suspenden cuando hay lluvia, por proteger las antiquísimas imágenes, pero también por otros muchos factores.

“Hay aspectos de seguridad y de salud de los cargueros que se tienen en cuenta para tomar este tipo de decisiones”, añadió Mario Córdoba.

Y es que el piso mojado puede significar riesgo adicional para los cargueros que calzan alpargatas, a quienes se les desliza con mayor facilidad el barrote si sus vestimentas están mojadas, a lo que se sumaría el peso adicional que tendrían los pasos con los sitiales y las vestimentas de las imágenes mojadas.

Con el correr de los años han ganado mayores espacios


Con el correr de los años han ganado mayores espacios

Mujeres, soporte de las Procesiones

El Liberal, abril 5 de 2007

Discreto, piadoso, amoroso y laborioso, así ha sido el papel de las mujeres payanesas a lo largo de la historia de las Procesiones de Semana Santa.

Bien afirma la historiadora Hortensia Alaix de Valencia en el libro ‘450 años, Procesiones Semana Santa Popayán 1556-2006’ que “...las grandes matronas, las comerciantes, las costureras, bordadoras, tejedoras, lavanderas, cocineras, veleras, desde los tiempos coloniales han sido apoyo logístico para los hombres que desempeñan sus funciones como cargueros, en los desfiles procesionales”.

Y es que esta tradición ha estado históricamente ligada a ellas, quienes se han desempeñado también como síndicas, miembros de la junta organizadora de las mismas, sahumadoras, damas del Santo Sepulcro y más recientemente como regidoras.

Para Laura Somoano, una joven mujer payanesa que desde niña ha sentido especial fascinación por esta tradición, no era sin embargo suficiente haber sido sahumadora y dama del Santo Sepulcro.

Por esta razón, el año pasado tomó la iniciativa y solicitó a un amigo suyo, Jairo López, le diera ‘pichón’ en su paso.

Motivó a otras tres mujeres y juntas asumieron el histórico papel de cargar sobre sus hombros, por primera vez en la historia de las procesiones, el peso de uno de los pasos que aprendió a admirar desde niña.

“Yo soñaba desde pequeña con eso. Siempre decía ¿Cómo no nos van a dejar? si pienso que físicamente somos capaces de cargar uno de los Pasos que no pesan tanto, y queremos la Semana Santa igual que en ellos. No pretendía ni pretendo en ningún momento cargar, sino solamente ‘pichonear’ que no veo una razón valedera para no hacerlo. Por eso lo hice y pienso que ya ahora las mujeres que quieran podrán hacerlo”.

Fue un momento de mucha emoción para esta espigada payanesa, que no sabía siquiera el peso que finalmente alcanzaría a cargar sobre sus hombros, pero que junto a sus compañeras, entre ellas Mercedes Durán, hija de uno de los maestros Durán vinculados desde siempre a esta tradición como carpinteros, ebanistas y artesanos, fueron capaces de soportar por varias cuadras y entregar el Paso en perfectas condiciones a los cargueros.

Meses después celebró gustosa el hecho de que por la misma época de su hazaña compartida, durante las procesiones de Sevilla en España, dos mujeres se atrevieron en una iniciativa igualmente histórica a cargar uno de los Pasos.

Ayer al cierre de esta edición, intentaría por segunda vez junto a Mercedes y a otras amigas repetir lo que para muchos de los ‘cargueros’ sigue siendo una osadía, pero para ella es un derecho antes nunca reclamado, en el que hay que continuar insistiendo.

Laura Somoano Muñoz considera igualmente que esas acciones fundamentales para la conservación de la ancestral tradición que han perdurado a través de los años, como el bordado y los tejidos, son otro de los aportes importantes de las féminas a las Procesiones de Semana Santa.

Ella misma junto a su madre, elaboraron el nuevo estandarte de la Junta Permanente Pro Semana Santa que se estrenó en la procesión del Martes Santo. Una labor para la cual trajeron de España los materiales.

“Para nosotros fue muy grato poder ayudar a hacer el estandarte. Yo pienso que esta también es una forma de participar las mujeres en la realización de las procesiones de Semana Santa, con la elaboración de los adornos florales, la adecuación de los sitiales y ropajes, pues aunque nuestra participación no sea propiamente en los desfiles, en los días previos estamos en toda la preparación”, afirmó orgullosa.

La tradición no debe morir afirma con convencimiento, y seguramente en su casa eso nunca pasará, pues su esposo Felipe Velasco, carguero desde niño y hoy al frente de la Junta Permanente Pro Semana Santa, junto a ella que ha participado de todas las maneras posibles en las Procesiones, han inculcado en sus dos hijos esta tradición que ellos también aprendieron de sus padres.

El mayor de ellos, carguero desde muy niño en las procesiones pequeñas, inicia este año su participación en la Semana Mayor como moquero, un camino que en pocos años lo llevará a convertirse muy seguramente en carguero.

La niña en cambio, deberá aguardar aún cerca de una década para poder sahumar como lo hizo Laura Somoano siendo una adolescente. Para ello se prepara sahumando desde ya en las procesiones chiquitas que se llevan a cabo durante la semana de Pascua.

“Este es un aspecto que les llamó mucho la atención en España en donde los cargueros son en su mayoría personas muy mayores, lo que hace que la tradición empiece a perderse, ya que las nuevas generaciones prefieren salir en vacaciones de sus lugares de origen hacia otras partes. Por eso es muy bonito lo que se hace acá de inculcarles la tradición a los niños desde pequeños”, expresó.

Las síndicas

Las síndicas son figuras fundamentales en la conservación de la tradición de las Procesiones de la Semana Santa.

Ema Fernández Ibarra heredó esta labor de su madre, nombrada síndica del paso de La Dolorosa que sale en las procesiones del Jueves Santo en 1930.

Desde 1978 asumió el cuidado del Paso junto a sus hermanas.

La sindicatura le ha permitido igualmente, acercar a su familia a la tradición.

Para ella la mujer ha ido ganando espacios al interior de la tradición misma, aunque considera que deben recuperar su lugar en la Junta Pro Semana Santa.

A lo largo de la historia

-Doña Gerónima de Velasco y Noguera, esposa del artesano Juan Antonio Velasco, quien trajo a Popayán la Efigie del Santo Ecce Homo, que hoy reposa en el Santuario de Belén, fue la primera síndica en la historia de las procesiones.

-En la primera Junta Organizadora de Semana Santa, establecida en 1937, hubo una importante presencia de mujeres. Las señoras Julia Lenis viuda de Otero, Adelaida de Ayerbe y Mercedes de Simmonds; así como las señoritas Prima Mosquera, Rosa Cajiao, Ligia Sarria y Carmelita Montúa.

-Los sitiales de los pasos de la Semana Santa, al igual que los ropajes de los santos han sido bordados por manos de laboriosas mujeres entre las que se destacaron antiguamente María Ignacia Mosquera y Sixta Tulia Hurtado, entre muchas otras.

-De igual manera son mujeres quienes han tejido los cordones y paños de los vestidos de los cargueros, al igual que los de las sahumadoras.

-El enlucimiento de gran parte de los pasos en lo que respecta a los arreglos florales es obra de las féminas.

-’La Negra Sara’, Arcelia Perlaza, ‘la Negra Concha’ y Mery Canencio, fueron todas mujeres del pueblo que a comienzos del siglo XX ejercieron el ritual de sahumar con devoción y recogimiento.

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