lunes, enero 21, 2008

Marco Antonio Valencia: literato de facetas desconocidas

Por HORACIO DORADO GÓMEZ


De paisas incansables por el lado materno, heredó la capacidad de trabajo, el don de la palabra y la iniciativa.
Por su padre es afro colombiano: sus rasgos, su pelo ensortijado y esos ocultos espíritus que lo rondan, lo delatan como un orgulloso descendiente de los patianos, de allí su forma de ser, su amor por el arte, y su gran imaginación.
Nació en Popayán, escritor y poeta, de reconocida trayectoria. En su corta existencia por el planeta tierra, se considera ‘todavía’ un aprendiz de literato, a pesar de haber descubierto hace 20 años su vocación.
De su actividad poética dice que “siempre estará en proceso de desarrollo”. Y por su pomposo apellido Valencia le buscan parentesco con el creador de los ‘dos lánguidos camellos…’
Pocos conocen detalles de este mortal. Hogareño y amante de su familia a quien dedica domingos, festivos y vacaciones enteras. Pero cuando se enreda en proyectos literarios de largo aliento pierde el control del tiempo, se encierra y se auto-margina.
Su mejor preparación es escribir, escribir y escribir. Lento pero seguro como lo viene haciendo para cimentar las bases firmes que le han dado logros que le permiten avizorar que puede llegar a donde quiere. Valencia Calle estima que cada premio o beca que ha obtenido son las evaluaciones a su actividad como escritor. Participar en un concurso y ganarlo, es como someter su trabajo a un examen y pasarlo con honores. Igual, se somete a una evaluación de un jurado como a la crítica literaria. Pero así como tiene logros, tiene búsquedas, dudas, incertidumbres y nada ha sido fácil en su vida. Quiere creer que tener metas trazadas, un plan de vida y un esquema de trabajo fríamente calculado, lo pueden convertir en uno de los escritores más importantes del país.
Los secretos de su profesión están en la fe que lo acompaña, en la paciencia que lo anima, en la disciplina que lo reta, en la constancia que lo levanta, en las lecturas que consume, en la capacitación que ha recibido, y en el deseo inconmensurable por obtener éxito en lo que hace. Es así como el poeta Valencia Calle construye puentes, porque cada día es más escritor que antes.
Con la sumatoria de tantos desafíos, retos, ambiciones y sueños, no está lejos de alcanzar con justicia, el reconocimiento que ambiciona porque no hay día de su vida que no escriba.
Y como todo escritor soñador, delira por la fama y el prestigio, porque lo demás: el dinero, el reconocimiento y la proyección social se irán dando al mismo tiempo.
En su biografía son muchos los sacrificios personales, las limitaciones, el rechazo, las diatribas, la envidia, las puertas cerradas, y hasta las incomodidades económicas, las que ha tenido que padecer para sobrevivir a su empeño de ser escritor, pero la riqueza intelectual e imaginación que le sobran le permiten continuar su proceso.
Lamenta no estar más metido en la vida social y política de la comarca, pero su prioridad es escribir; y por eso, lo que más le desilusiona es la pérdida de amistades que no comprenden los sacrificios de su encierro para dedicarse a su labor literaria.
Marco Antonio Valencia Calle se aventuró en el terreno reservado y solitario a los intelectuales y hombres de letras. Se dio cuenta de sus posibilidades, se convenció a sí mismo y luego convenció a su familia. Hoy es leído y respetado en la tierra que lo vio nacer. Y ya comenzó su carrera para llegar a otras latitudes del mundo: algunos de sus poemas ya están traducidos al portugués y al inglés, y su nombre ya no es extraño en las páginas de cultura y poesía del interné. Su mayor libertad es haber escogido la vida que aspira.
Su estilo de escritura rayan en el sarcasmo y el humor negro; y sus armas de argumentación son el enmascaramiento y las insinuaciones.
En muchos de sus textos se ríe de sí mismo y le divierte redactar sobre asuntos que ideológicamente no comparte solo por problematizar o por sacarle punta al lápiz.
Es su forma de escribir, en ello se solaza, se divierte y así se quiere ganar la vida.
Es un escritor por vocación y porque a escribir libros consagra la mayor parte de su tiempo; pero también es periodista porque escribe para los periódicos. Cuando escribe columnas, dice, se expone a que los lectores lo cualifiquen como intelectual o como un ser vacío. Hasta la fecha no había escrito columnas para radio, porque reconoce que no es fácil para él, pero en 2008 se inicia en esta labor. Todo un desafío emocional e intelectual, porque la experiencia le recuerda que hacer el papel de crítico genera más enemigos que aliados.
Valencia Calle se reconoce egocéntrico, novelista y columnista, pero al mismo tiempo se dice un escritor difícil de leer porque al trasfondo de su literatura sólo unos pocos logran llegar.
Lo cierto es que al común de la gente le parece un escritor bien dotado, agradable y sugestivo; y lograr el artificio de hacer creer que más allá de la anécdota de una primera lectura, o de una ironía, no hay más asuntos de fondo, es el secreto de su estilo.
Para este hombre maduro, de ambiciones, de raras dotes de humildad, con perspectiva literaria, y fecundo escritor de poesía, novela y columnas periodísticas, no está lejano el día para desecar terrenos y canalizar las aguas de escribir en diarios y revistas nacionales (o por qué no, para regir la Cultura de su natal ciudad o del Cauca).

jueves, enero 17, 2008

El 'Sabio' Francisco José de Caldas no era como dicen los libros de historia


EL TIEMPO, Enero 17 de 2008


Foto: Instituto Geográfico Agustín Codazzi
Esta es la famosa imagen de Francisco José de Caldas.

Foto: Archivo particular
Durante 191 años, los restos de cuatro próceres de la Independencia, entre ellos Francisco José de Caldas, pasaron desapercibidos de un sitio a otro.
El gran científico era muy diferente a la imagen que se conoce de él: era flaco y no medía más de 1,66 metros. Incluso, tenía caries por comer muchos dulces y chocolates.
La estatua del sabio Caldas, esa que reina en el centro de la plaza principal de Popayán, podría llegar a cambiar, pues todo parece indicar que no era, físicamente, el prototipo que todos conocen de un héroe fusilado.
Caldas, miembro de la famosa Expedición Botánica liderada por José Celestino Mutis, recorrió Los Andes y prócer de la Independencia, pero no era el hombre alto, fornido y con rasgos varoniles que quedó para la posteridad.
Una investigación bioantropológica de su osamenta, realizada por la Universidad del Cauca, reveló que el científico y fabricante de material bélico para enfrentar a Pablo Morillo no media más de 1,66 metros, era delgado y tenía apariencia grácil.
Su cráneo pequeño no da pie para pensar que tenía facciones gruesas. "Es el cuerpo de un intelectual, muy sano y resistente -explica la investigadora Elizabeth Taberes, del Departamento de Antropología de Universidad-, pero no pleno de masculinidad, como podríamos llegar a imaginar".
Estos y otros datos sobre la vida y apariencia de Caldas, Antonio Ulloa, Miguel Montalvo y Miguel Buch, cuatro payaneses independentistas fusilados en 1816 por orden de Morillo permanecieron escondidos durante 191 años, primero en el templo Veracruzano de Bogotá, donde fueron enterrados en una fosa común después de su muerte, y desde 1904 en el Panteón de los Próceres, en Popayán.
Identificarlos, todo un lío
Cuando a comienzos del siglo XX la familia Valencia decidió trasladar los restos óseos a su ciudad natal, nadie sabía con exactitud quién era quién.
Entonces, no existían las técnicas para hacer una identificación. Con el paso del siglo XX, los caucanos empezaron a dudar de la identidad de la osamenta. Incluso, algunos sostenían que ahí no habían guardado nada.
Pasaron 104 años, hasta que un grupo de antropólogos de la Universidad del Cauca, por petición de la División de Patrimonio de la misma institución, que tiene como tarea este año crear el Museo Caldas, se dio a la tarea de averiguar la verdad.
Tenía caries por comer dulces
Las expertas Elizabeth Tabares, Astrid Perafán y tres estudiantes más de último semestre de Antropología seleccionaron y clasificaron cuatro cuerpos y corroboraron que uno era el del sabio Caldas.
Gracias a la investigación, se supo que el autor de Memoria sobre la nivelación de las plantas que se cultivan en la vecindad del Ecuador, director del Observatorio Astronómico y director del periódico Semanario del Nuevo Reino de Granada sufría de caries y, aunque en el siglo XIX era común padecerla, se confirmó que comía muchos dulces y chocolates.
A sus 48 años, Caldas ya no tenía molares, pues padeció una reabsorción alveolar y sufría de poliglobulía, es decir, su cuerpo producía gran cantidad de glóbulos rojos y hierro.
"Desarrolló una hiperadaptación a la altitud, seguro por las largas caminatas a la que se sometió durante su recorrido por Los Andes", explica Tabares.
Con el análisis osteológico se supo también que Caldas tuvo una lesión en la tibia de la pierna izquierda, y que después de recibir dos impactos de fusil o mosquete que le quitaron la vida, fue herido en los brazos con bayoneta, en un acto de sevicia. Esto último lo determinó un antropólogo de la Fiscalía General de la Nación.
Por ahora, lo único que resta de la investigación es volver a ubicar los huesos, pero en osarios separados, y abrir un frasco de vidrio que encontraron dentro de la urna del Panteón y que contiene un manuscrito.
"No faltan las especulaciones que aseguran que es una maldición, pero en realidad no me he atrevido a sacarlo porque sé que el papel puede dañarse tan pronto haga contacto con el aire", dice la investigadora Tabares.
Le harán un nuevo monumento
La mayoría de los datos que encontraron los investigadores fueron confirmados por Regina Varona, una descendiente del sabio Caldas, y quien se ha convertido en su biógrafa.
Sin embargo, no fue posible hacer pruebas de ADN, ya que en el país no existe un laboratorio que pueda analizar huesos tan antiguos.
En cuanto a la posibilidad de tener una imagen real de cómo era Caldas, pues no existe una imagen oficial del sabio, Gustavo Férix, jefe de la División de Patrimonio de la Universidad del Cauca anunció que el artista dominicano Fernando Ureña será el encargado pintarlo a partir de cráneo.
Los otros que estaban en la fosa con Caldas
Francisco Antonio de Ulloa, nacido en Popayán en 1783, fue colaborador de la causa de la Independencia, como secretario de la Primera Junta Patriótica creada en Popayán.
Se le recuerda como colaborador de Caldas, hasta que fue apresado con él en Paispamba y los fusilaron al mismo tiempo.
Miguel Montalvo nació en el Huila a mediados del siglo XVIII. Estudió en el Colegio Seminario de Popayán y su misión terminó cuando fue apresado en la Cuchilla del Tambo. También fue fusilado.
Miguel Buch nació en Quibdo (Chocó), de donde fue gobernador. En la lucha por la Independencia del país, fue detenido en la batalla del Nóvita, conducido a Bogotá y fusilado.
ADRIANA ESPINELEspecial para EL TIEMPOPOPAYÁN

lunes, enero 14, 2008

PATOJADAS

PATOJADAS
Lunes 7 de enero, 2008

De: Mario Pachajoa Burbano
Amigos:Sixto E Mosquera se refiere a las diversiones payanesas del ayer y hoy para festejar y recordar el Día de Los Reyes:Negritos, Blanquitos, Agua, Familia Castañeda, Cabalgatas.
Cordialmente

,*** Patojadas
Por SIXTO E. MOSQUERA
Especial para El LiberalEnero 2008

Foto: Johnson Suárez/El Liberal En Popayán, el único juego tradicional es el de negritos que se jugó desde el siglo antepasado y sigue vigente, claro está, que con toda la degeneración que se le ha agregado. Desde finales del siglo XIX los caballeros y los jóvenes, saludaban y luego les pedían el consentimiento a las damas para aplicarles un lunarcito en la mejilla, estableciéndose un intercambio agradable. Su fecha los 5 de enero.Por tradición oral, se conoce que la temporada festiva de comienzos de año era variada y atractiva con muchos festejos populares; como la ciudad era pequeña, todo trascendía y la ciudadanía participaba sin distingos. Entre lo mas destacado, hay recuerdos de la llegada de la familia Castañeda que se estableció aquí con todos sus corotos que cargaban en sus espaldas, en carretillas y en bestias. Esta familia la conformaban jóvenes de la ciudad a quienes les encantaba la diversión y esto les daba motivo para empujárselos y de paso hacían gala de sus capacidades histriónicas cumpliendo con el objetivo de divertir a quienes se apostaban en los andenes a verlos desfilar.Otro hecho destacado era el encuentro de los reyes magos. Cada Rey traía su corte, cuadrilla o arria y salía desde distintos sitios de la ciudad hacia el centro donde llegaban coincidencialmente a una hora predeterminada. Con libreto establecido se desarrollaba una obra de teatro callejero que hacía las delicias de la concurrencia.Por aquel entonces y ante la carencia de automotores, los finqueros se movilizaban en corceles que los tenía en gran cantidad y de buena calidad y en las casonas no faltaban las pesebreras para los mismos. Fue así como se formaron las famosas cabalgatas y hoy no ha ciudad ni pueblo que se respete que no tenga como punto central de sus programaciones anuales festivas una vistosa cabalgata. O sea, que en Popayán nacieron las cabalgatas para Colombia.El juego de blancos fue introducido en nuestra ciudad por la colonia nariñense por la década de los 50 del siglo pasado,. En Nariño sí era tradicional y entró a ésta con fuerza inusitada y se arrojaba talco o harina a manotadas llenas de preferencia a los ojos de los transeúntes con el consabido sinsabor que ello ocasiona. Configurándose de ésta manera una agresión, más que una diversión.Esto hizo que las gentes de bien optaran por escaparse para sus fincas o por quedarse encerrados en casa; las calles de la ciudad quedaron a merced de los vándalos que aprovechaban la oportunidad para cometer sus fechorías y no ha habido autoridad que se atreva a prohibir o a reglamentar este juego.El juego del agua, que yo llamaría desperdicio del agua, también fue introducido por los nariñenses en la década de los 60. Entró también con fuerza pero adobado con patanería y maldad: muchos antisociales, que no son otra cosa, arrojan agua congelada y agua con porquerías recogidas de la misma calle do de los contaminados ríos vecinos. Esto acabó de correr la gente (hablo de gente en el sentido amplio de la palabra, de ciudadanía culta).Degeneró tanto este juego, que sus inventores lo prohibieron en sus festejos. Hoy en Pasto hay cárcel para quienes sean sorprendidos desperdiciando el líquido en sus amadas fiestas de negritos. Pero en Popayán apalancados por una falsa tradición lo seguimos permitiendo, lo mismo que la venta y quema de pólvora, cuando se prohíbe en el resto del país.De las famosas fiestas de Popayán no queda sino el recuerdo, perdieron el atractivo que convocaba a la ciudadanía a la diversión; el incumplimiento de los horarios se volvió crónico frustrando con ello a las gentes que se esperan los desfiles, las carrozas; algunas con detalles de admirar son blanco de los vándalos que les arrojan agua y talcos en abundancia atentando con ello contra el arreglo de las mismas y contra el maquillaje de las candidatas al reinado que desfilan en ellas.Queda la esperanza de que todo lo que se daña tiene posibilidad de arreglo. Para lograrlo, es preciso nombrar una junta permanente de fiestas integrada por patojos (payaneses raizales que conocen de tradición) verdaderos, que aún los hay, capaces de portar ideas y sobre todo, desprovistos de ese dañino ánimo de lucro.

viernes, enero 04, 2008

El mito del rey filósofo

por: Julián Fernández


Platón inicia la teoría política preguntando ¿Quién nos debe gobernar? a lo responde el más sabio. José Obdulio Gaviria Vélez (quien se autocalifica como asesor presidencial) amenazó la teoría política de occidente con la publicación del pensamiento de su Presidente Alvaro Uribe Velez, edición que constará de ocho volúmenes.
Afirma el asesor que su concurrencia a foros y Hora 20 es un espacio que aprovecha “para ahondar en lo que llamo la doctrina uribista”.
Quienes conozcan de teoría política deben estar de acuerdo en el sentido de indicar que tal compromiso editorial no es más que acto de adulación al Presidente antes que un aporte serio al pensamiento moderno. La cúspide del pensamiento político está habitada por propuestas con densidad conceptual tales como las planteadas por Aristóteles, Platón, Santo Tomás, Hobbes, Maquiavelo, Locke, Rousseau, Montesquieu, Kant, Hegel, Marx, Weber, Schmitt, Habermas, Rawls, Nozick, Arendt etc. Recuerdo este listado para despertar el complejo de inferioridad de quien quiera auto considerarse como un pensador en política. Estos filósofos generaron un cuerpo de doctrina por medio del cual modificaron la forma de entender la política, la sociedad, el Estado y al individuo.
Sobra recordar al asesor que no asusta su propuesta cuando indica que el total del ideario presidencial será publicado en ocho volúmenes (le falta advertir si incluye la totalidad de los dos periodos presidenciales), pues las grandes obras políticas de occidente tienen una extensión de panfletos, veamos: El Príncipe de Maquiavelo, El Contrato Social de Rousseau, El Tercer Estado de Sieyes; El Manifiesto del Partido Comunista de Marx y Engels. La publicación en tantos volúmenes demuestra incoherencia y poca claridad. Alguna vez Marx le escribió muy extenso a su amigo Engels y al iniciar la carta le pide disculpas, pues lamenta el hecho de no haber el tenido suficiente tiempo para escribirle corto. Escribir corto demanda tiempo, pues la escritura extensa permite la improvisación.
Me pregunto con algo de juicio y no puedo identificar lo que será el contenido de la doctrina uribista, pues lo que uno puede apreciar como simple ciudadano son incoherencias, inconsecuencias, contradicciones, delirios de personalismo, intervenciones populacheras en foros comunales, amenazas telefónicas vulgares pronunciadas en lenguaje chabacano, proclamas marciales recalentadas ante auditorios militares, discursos de entrega de la soberanía en un mal inglés, permanentes promesas electorales, slogans contra el marxismo y el nazismo, rectificaciones, improvisaciones, arrebatos y ventoleras del presidente Uribe. Si todo esto conforma una teoría política creo que he perdido el tiempo tratando de entender los grades constructores del pensamiento de occidente. Quizá halla que estar físicamente al lado del Presidente para captar su “inteligencia superior” que se expresa en “categorías elevadas” en las cuales habla el filósofo-presidente tal como las calificó el mismo asesor, pues fuera del Palacio de Nariño se aprecian otras cosas expresadas medio de un discurso simplísimo articulado desde la idea de seguridad.
Lo más delicado desde el punto de vista político esta en la pretensión de manipular la realidad social para ajustarla de manera mecánica a contenidos doctrinarios, tal como sucedió con la experiencia bolchevique o el genocidio nazi. No desconozco que los actos de gobierno se encuadren en esquemas teóricos, pero lo que se critica es la estrategia por medio de la cual se busca que la realidad deba ser un copia auténtica de un sistema de ideas construidas por un soñador o quizá por un delirante. Así este se llame Hegel, Marx o uribe (en minúsculas).

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