Abril 07 de 2007 | 4:25 pm
Las orquídeas han fascinado al mundo durante siglos y han sido consideradas como flores místicas, aunque algunos pueblos primitivos también la han utilizado con fines medicinales. En la Antigua Grecia eran vistas como un símbolo de virilidad. Debido a su belleza y al elevado valor que alcanzan las orquídeas actualmente, son motivo de cultivo por particulares e industriales como flor cortada y como planta ornamental, por ello tiene una importancia económica a nivel mundial. Algunos géneros de la familia de las orquídeas son objeto de cultivos importantes; se trata, no obstante de cultivos muy especializados. Su cultivo es posible en todas partes y está especialmente desarrollado desde la mitad del siglo pasado porque muchos híbridos interespecíficos e intergenéricos fueron creados y comercializados con éxito por sus cultivadores. Las orquídeas son plantas monocotiledóneas pertenecientes a la familia Orchidaceae, la más vasta del reino vegetal, ya que cuenta con 700 géneros con unas 28.000 especies botánicas distribuidas sobre toda la superficie de la Tierra. Si a esto le añadimos la enorme cantidad de híbridos entre especies e incluso entre géneros distintos, nos encontramos en un campo de enormes posibilidades.
Esta familia de plantas es la que ofrece las características más avanzadas desde el punto de vista evolutivo, motivo por el cual se encuentra en pleno proceso de diversificación, circunstancia que se ve reflejada en la abundancia y diversidad de especies. Encontramos orquídeas terrestres, litófitas(1), pero la mayoría son epífitas(2).
En el claustro del Carmen, la Asociación Payanesa de orquideología ha organizado la IX exposición de orquídeas en la que se ha logrado reunir una notable variedad de ellas entre las cuales se cuentan las especies más exóticas como los son: la coelugyne massengeana, la cycnoches manoelae, laelia gandis, la paphinia cristata y la Oncidium olivaceum Hbk, encontrada en el Páramo del Puracé.