El terremoto causó la más larga interrupción
El Liberal, 5 de abril de 2007
Las procesiones de Semana Santa, no se han suspendido nunca, afirmó Mario Córdoba, síndico de la Virgen de los Dolores.
Y es verdad, pues a lo largo de los 451 años de historia de esta tradición, siempre se ha cumplido con el mayor número de las mismas.
Sin embargo las inclemencias del clima y situaciones ni siquiera pensadas como la ocurrida en 1983 con el terremoto que destruyó gran parte de la ciudad, han ocasionado en su momento la suspensión de un par de procesiones durante la Semana Mayor.
Los miércoles y viernes santos, han sido históricamente los días en los cuales el mal tiempo reinante ha evitado la salida de los desfiles procesionales nocturnos, u obligado el acortamiento de sus recorridos.
Anécdotas hay muchas afirma el síndico al recordar “que en una oportunidad en 1960, siendo párroco de San Agustín el Sacerdote Mario Velasco Tello, estábamos nosotros en la casa de Don Simón Rojas, y como a las 10:00 de la noche nos mandó a llamar porque había que sacar la Procesión y así se hizo, en medio de una lluvia violenta que nos permitió llegar a la esquina de la carrera 6ª con calle 4ª, y por el Banco de Colombia hacia acá debió cortarse hasta llegar a San Agustín. Ese es uno de los aguaceros más tremendos que recuerdo como carguero”.
Ahora sumarán a los anales de la historia el de la noche del pasado martes santo, que apenas les permitió sacar a la Virgen de Los Dolores frente a la iglesia de San Agustín, pero para entonces por San Francisco ya se percibía muy fuerte la lluvia y debieron entrarla pues exponerla a la lluvia puede causar un gran daño a los sitiales, la imagen y los ropajes.
La anécdota
El Paso de La Virgen de Los Dolores ha sufrido durante los últimos años una renovación generacional de los cargueros casi total.
Sin embargo justo el martes anterior, por razones de salud, uno de los jóvenes cargueros iba a ser sustituido en el carguío por Antonio Flor, quien cargaba en este año por última vez, pues ya alcanzó la edad reglamentaria para el retiro. “Sin embargo la Virgen lo despidió con un lapo de agua y esas son las cosas de la vida”, afirmó Mario Córdoba.
¿Por qué suspenderlas?
En primer lugar las Procesiones se suspenden cuando hay lluvia, por proteger las antiquísimas imágenes, pero también por otros muchos factores.
“Hay aspectos de seguridad y de salud de los cargueros que se tienen en cuenta para tomar este tipo de decisiones”, añadió Mario Córdoba.
Y es que el piso mojado puede significar riesgo adicional para los cargueros que calzan alpargatas, a quienes se les desliza con mayor facilidad el barrote si sus vestimentas están mojadas, a lo que se sumaría el peso adicional que tendrían los pasos con los sitiales y las vestimentas de las imágenes mojadas.