¡¡Cómo nos duele el Cauca!!
Por José López Hurtado
Analista internacional
No existe uno o dos culpables de la dramática situación que vive el departamento del Cauca, ya que de alguna manera todos, los propios y extraños que vivimos en su ancha geografía de más de 29.000 Km2, por acción u omisión, y en distinto grado, somos responsables del estado de postración y violencia a que hemos llegado.
Tampoco la situación de grave conmoción social recrudecida en los últimos días se ha producido por una extraña "generación espontánea", súbita y repentina. Sus causas -sobre las que existen infinidad de diagnósticos y tratados, en especial del problema indígena-, subyacen en la historia de la "Conquista" y la Colonia española, que reprodujeron unos esquemas perniciosos culturales y sociales, que hoy subsisten.
Cultura de la expoliación y del despojo de los señores terratenientes, y de dependencia que lleva a la sumisión y a la obediencia en el respeto a los patrones mentales impuestos. En el Cauca, hasta hace poco, se guardaba reverencia a ciertos apellidos y familias supuestamente ilustres que dominaron gran parte de la vida de finales del siglo 19 y 20, pero que en definitiva nada aportaron al desarrollo de la región, salvo la salvaguarda de sus propios intereses por todos los medios, y el acceso a todas las comodidades , en contravía de las penalidades , miseria y postración de la mayoría de la población. En silencio, con abnegación ancestral. Más de una docena de presidentes de la República nacidos en esta región, quedaron simplemente como referencia histórica , porque su paso por la Casa Presidencial , de nada sirvió para romper las miserables condiciones de pobreza y de subdesarrollo de la región. Pero si sirvió para perpetuar la cultura de las formas, de los linajes y de las estatuas. Después vino el problema del narcotráfico , que los grupos terroristas supieron coptar perfectamente . Y el de los paramilitares que también alcanzaron a influenciar algunas esferas de decisión locales .Y en medio de todo , una clase política que abandonó de verdad , a su pueblo y que sólo se acercaba a él , cada cuatro años en vísperas de elecciones para asegurar su permanencia. Pero que nunca le exigió cuentas sobre los resultados de su mandato . Y al interior de la administración departamental , desde hace años atrás , una cultura de connivencia con prácticas clientelistas , peculados ( el caso de Probolsa, el más diciente, hasta ahora sin responsables), corrupción, desempleo, etc., con el silencio cómplice de los organismos de control.
Tarde o temprano, por uno u otro lado, esa presión de tantos disímiles ingredientes, explosivos y peligrosos, tenía que reventar y estalló por el lado de los indígenas, que se están enfrentando al Estado , de una manera directa, porque eso fue lo que sucedió con la visita hace días del Presidente Santos a la región, de Toribío, Tacueyó, Jambaló. Y también por supuesto, enfrentándose a la guerrilla, con inusuales métodos, de los cuales los mestizos y blancos tal vez deberíamos aprender algo. No es esta una justificación a tan confusa situación, ya que para eso están los expertos, los que de seguro tendrán que reelaborar algunas teorías, pero puede significarles un aporte de alguna importancia. El gobierno de corte liberal de Santos a marchas forzadas debe elaborar un plan de salvación del Cauca, la que nos duele, en su soledad y por la agonía por la que está atravesando. Y lo que es peor, sin dolientes.