EL LIBERAL
¿Qué le pasa a nuestra dirigencia?
SANTIAGO ZAMBRANO SIMMONDS/
Al Gobernador un hombre competente y bien intencionado se le ve solo, indeciso, agobiado por la situación, incapaz de hacer que funcione bien la convergencia que exitosamente lo llevó al poder y sin una clara determinación de cobijarnos a todos sino a unos pocos. Ojalá ésta soledad no sea otra treta de los parlamentarios para subyugarlo pues ellos bien saben que de acuerdo al marco jurídico de la constitución una gobernación exitosa depende en gran medida de las gestiones extramuros que hacen los congresistas.
Al Senador Iragorri, el referente de la infraestructura en el Cauca, sería mejor verlo acompañando al Cauca en las grandes obras que nos permitan convertirnos en generadores de riqueza que apolillándose en discusiones y en el trámite de pequeños proyectos.
Al senador García el jurista, sería mejor verlo defendiendo desde lo jurídico las necesarias modificaciones que debe tener la Carta en defensa del campesino mestizo que desgastándose en reformas judiciales innecesarias e impopulares.
Al senador Salazar, el moralista, sería mejor verlo defendiendo la familia caucana para que a estas les lleguen de manera trasparente los recursos en salud, educación y nutrición que minándose en recomendaciones en contra de su propia moral y haciendo aspavientos de un vetusto gasoducto.
Al senador Velasco, el hombre nacional, sería mejor verlo con mayor consistencia y consecuencia defendiendo los procesos sociales del Cauca que cacareando asuntos que ni el mismo entiende para volverse una figura nacional.
Al Senador Avirama, el alternativo, sería mejor verlo construyendo desde el congreso procesos de hermanamiento que verlo solapado defendiendo a un pueblo a través de la intolerancia, que gústele a no pertenece a un departamento y a una nación.
A los representantes Sarria, Piso, Bonilla y Cárdenas ¿Acaso dicen algo prospectivo?. Ellos están perdiendo una gran oportunidad de trabajar mancomunada y estratégicamente en pro del Departamento y se ocupan de pequeños asuntos.
Finalmente hay que agregar que a pesar de la indolencia de la clase política lo que si no podemos permitirnos es perder la esperanza que todo puede cambiar con ellos o sin ellos. Ojalá recapaciten porque el Cauca despierta bajo la máxima de no permitir lo que decía Marx: “El poder político es simplemente el poder organizado de una clase para oprimir a otra” donde aquí la primera es la clase política y la segunda todos nosotros.