martes, julio 24, 2012

MIS RESPECTOS SARGENTO GARCIA


Martes 24 de Julio de 2012 - 12:24 AM

Mis respetos sargento García

Sin lugar a dudas, los recientes hechos que vienen sucediendo en el nororiente caucano, permitieron que un tema ancestral y que está asociado al problema de la tenencia de la tierra, a la autonomía política y territorial, así como a la precariedad en su desarrollo, se visibilizara a nivel nacional e internacional, pues pareciera que solo existía para nosotros los caucanos.
Ha sido mucha la tinta utilizada en la impresión de periódicos y revistas en los que editorialistas, politólogos, políticos, columnistas, líderes indígenas, representantes gubernamentales y de las fuerzas armadas explicitaron sus puntos de vista sobre lo que, como espuma fue subiendo en crescendo hasta llegar a los hechos por todos conocidos; así mismo, la radio y la televisión derrocharon horas y horas de transmisión para repetir una y otra vez los testimonios e imágenes de las distintas fases del conflicto que se vive en Toribio, mostrando con crudeza los escenarios del conflicto y sus protagonistas, los hostigamientos guerrilleros a la fuerza pública y a la población civil, la guardia indígena ostentando su poder para imponer la autoridad del Cabildo, el Presidente de la República y su gabinete, buscando con su presencia en el lugar de los hechos legitimar el Estado, en una zona que históricamente ha padecido el olvido oficial, el avión de combate Tucano totalmente destruido, que para algunos chocó contra una montaña en Jambaló, para otros fue derribado por la guerrilla, la muerte de los dos pilotos de la Fuerza Aérea Colombiana y el desalojo de los soldados que prestaban sus servicios de vigilancia y control en el Cerro Berlín, por cerca de un millar de indígenas reclamando dominio total sobre su territorio.
Estos sucesos develaron las realidades sociales, políticas, económicas y culturales que vive el Cauca, departamento venido a menos desde las pretéritas épocas en que ésta región fue grande, en correspondencia como lo fueron sus dirigentes. La nación entera pudo apreciar las verdaderas intenciones que subyacen en un movimiento indígena que cada día se precia de ser más autónomo e independiente, para lo cual ha utilizado diferentes estrategias, muchas de las cuales riñen con los derechos de los demás habitantes del Cauca, constituyéndose en permanentes generadoras de conflictos, situación que para los caucanos hace parte de su cotidianidad y que nos convoca a construir soluciones centradas en la convivencia, la tolerancia y el desarrollo humano y social para todas las gentes del Cauca.
 Muchos colombianos, al no entender nuestra realidad, tienden a considerar al indígena como el sector más marginado, olvidado y sometido a toda clase de vejámenes, por lo tanto, desde una mirada compasiva, reclaman y presionan para ellos solidaridad y apoyo; así mismo, son conniventes con actitudes y acciones de estas comunidades que desbordan nuestro ordenamiento jurídico, sin entrar a medir consecuencias en el campo de la convivencia.
Entre los diferentes hechos sucedidos en Toribio, cabe destacar el carácter, la personalidad y la profunda vocación de servicio del Sargento que tenía bajo su mando la Base Militar en el Cerro Berlín, dado que cuando la guardia indígena desalojó a sus soldados, él como su Comandante soportó todo tipo de humillaciones, agresiones físicas y verbales y dio ánimo a sus soldados para no dejarse provocar, quizá ese era un propósito de la turba enardecida, sacar de casillas a los soldados y que éstos reaccionaran con sus fusiles dejando un manto de sangre, que se utilizaría posteriormente por y ante las organizaciones de Derechos Humanos para buscar una condena más al país, millonarias indemnizaciones y agudización del conflicto. Por todo esto Sargento García, mis respetos.
Publicada por
Danilo Reinaldo Vivas Ramos

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