Toribío: Armas y disparates
Por Guillermo Alberto Gonzalez,
Ex-gobernador del Cauca
Ex-gobernador del Cauca
El Cauca estuvo esta semana por cuenta de las acciones armadas, en la primera página de todos los medios nacionales e internacionales. Y no precisamente porque se tratara de hechos sorpresivos que no tuvieran antecedentes en la historia del conflicto. Sino más bien por lo contrario: porque los lugares son los mismos, los hechos se repiten, los actores –indígenas, fuerza pública y guerrilla– siguen apareciendo con los mismos rostros, la misma cara de perplejidad, el mismo desasosiego de siempre.
Tal vez en esta oportunidad, lo que movió la escena fue el accidente del avión Tucano que realizaba misiones de apoyo y terminó estrellándose en la agrestes montañas de Jambaló, con la lamentable muerte de sus dos ocupantes. Lo demás, es decir la destrucción de las casas del poblado, las explosiones de los cilindros, los retenes ilegales y los disparates de la dirigencia indígena pidiendo el desalojo de la fuerza pública de sus actuales cuarteles, son la repetición de la repetidera. Peor aún, es que se sigue atacando sin contemplaciones a la misión médica y que en Miranda cuando una comisión de la ONU y de la Defensoría del pueblo subía hasta la parte alta del municipio para intentar conversaciones con la guerrilla, fue hostigada con ráfagas de fusil disparadas por las Farc.
En unas circunstancias de degradación del conflicto y ante la imposibilidad de garantizar plenamente –como lo pudimos observar en estos últimos días– el derecho de permanencia de los uniformados en cualquier parte del territorio patrio, hay que ensayar otras propuestas que podrían aparecer sin sentido, pero que perdidas como están las condiciones de negociación, puedan aplicarse transitoriamente. Una sería la total delimitación de área al estilo de los “teatros de operaciones” venezolanos, en donde puede reducirse la movilidad a ciertas horas pero con el beneficio del control sobre vías carreteables o caminos.
El narcotráfico sigue siendo el gran alimentador de cualquier actividad en la zona. De allí que debe redoblarse la vigilancia y limitar la entrada de cualquier insumo, incluyendo los alimentos que solo podrán distribuirse bajo el control de las autoridades. Hay que poner a prueba la imaginación para que por las vías legales, se intenten nuevas recetas para un enfermo que se agravó demasiado.