domingo, julio 15, 2012

GUERRA EN EL CAUCA: HABLA EL GOBERNADOR


Por: Santiago Cruz Hoyos | Reportero de El PaísDomingo, Julio 15, 201

El problema del Cauca no se soluciona a bala: 

gobernador Temístocles Ortega

El gobernador del Cauca, Temístocles Ortega, explica que una de las dificultades para detener el conflicto en el departamento es que la comunidad no confía en la Fuerza Pública. También falta inversión estatal. Diálogo sobre una guerra eterna.

PERIODICO EL PAIS.


¿Solución a la crisis? El Gobernador del Cauca, Temístocles Ortega, sonríe. Será la primera y única vez que lo haga en esta tarde de jueves, sentado en una terraza de su despacho, en Popayán.
Enseguida pregunta: ¿Usted tiene abuelos? Lo que se habla hoy sobre lo que sucede en el Cauca debido a la escalada subversiva de las Farc, dice, se ha repetido hace cinco años, hace diez, hace veinte, incluso más.El conflicto es el mismo, eterno. Le puede, por eso, preguntar a los abuelos, las respuestas serán iguales a las que se dan por estos días.
Todos los presidentes de Colombia, todos los líderes indígenas, todos los gobernadores y los alcaldes del Cauca, además, también han repetido el mismo discurso durante décadas y los que vienen lo seguirán haciendo. En esta tierra, dice el Gobernador, no se ha salido de darle vueltas a un remolino, se repite la historia. ¿Solución a la crisis?...

Gobernador, ¿por qué la guerrilla en el Cauca parece tan difícil de derrotar?

Una razón es geográfica. Aquí tenemos las tres cordilleras que facilitan el mimetismo de la guerrilla. Lo otro es lo que los estudiosos de estos temas denominan ‘las causas objetivas de la violencia’: pobreza, marginalidad, el abandono, falta de presencia del Estado.
Es claro que en una sociedad donde exista desarrollo hay menos condiciones para que se fortalezcan los grupos subversivos. Y en el Cauca los indicadores sociales están por debajo de la media nacional.
El Estado aquí no ha hecho grandes inversiones en importantes obras de infraestructura, de generación de energía, tampoco ha invertido en educación, que es una de las herramientas que más propicia desarrollo e igualdad. Eso aquí no se ha hecho históricamente.
A lo anterior hay que agregar la actividad del narcotráfico, la llegada de la minería ilegal, la quiebra de las ‘pirámides’, cuyo impacto económico y social todavía no ha sido cuantificado porque es gigantesco. Además, sin duda alguna, hace falta una mentalidad para la inversión, para la generación de empresas en el Cauca.
El conflicto nos resta posibilidades de inversión, de desarrollo. Si no hay seguridad, nadie invierte. Eso hace que mucha energía y mucha capacidad de los caucanos esté dirigida a encontrar la forma de resolver el conflicto, hace que le dediquemos mucha energía a eso, energía que podría utilizarse en la generación de proyectos productivos.

Sin embargo, se ha aumentado el pie de fuerza para combatir la guerrilla, se han transformado las estrategias, y todo sigue igual. ¿Por qué, a pesar de los esfuerzos, la Fuerza Pública no puede imponerse a unos guerrilleros que incluso ubican retenes aun cuando hay presencia del Ejército? Esos retenes son una muestra de poder, de dominio de territorio...

Porque no es suficiente el aumento del pie de fuerza si eso no va ligado a la generación de condiciones de vida digna para la gente. Y a la Fuerza Pública, que hace un gran esfuerzo, no le queda fácil su trabajo en el Cauca sino tiene al lado a la comunidad.
Y en el Cauca algunos sectores sociales, algunas comunidades, no se alían con la Fuerza Pública porque ven un Estado distante, que no es amigable. En consecuencia deciden optar por defender sus propios intereses.

¿Es el caso de la Guardia Indígena? ¿Cuál es su concepto del papel de la Guardia en el conflicto?

El Estado, incluyendo a la Fuerza Pública, tiene que aproximarse al tema indígena sin prevenciones. Partir de que las comunidades indígenas, como las comunidades afro, tienen unos derechos consagrados en la Constitución.
Los indígenas tienen derecho a su autonomía, a sus autoridades propias, a su normatividad, sus costumbres. Si eso se desconoce es muy difícil interactuar con ellos en términos de confianza. A partir de ese reconocimiento es mucho más fácil acercarse a ellos en un proceso que permita hacerlos entender, tanto a ellos como a nosotros, que todos somos socios en esta empresa llamada seguridad en el Cauca. Pero hay que, primero, entenderlos. Ellos son víctimas del conflicto, no son victimarios.

Sin embargo, fuentes militares aseguran que algunos indígenas tienen relaciones con la guerrilla...

Se argumenta a veces que entre los indígenas hay cierta convivencia y cierta complicidad con la guerrilla y eso los estigmatiza. Yo no creo que sea cierto, aunque no se puede desconocer que puedan haber individuos que por razones de la amenaza, de la oferta, del miedo o la simpatía lo hagan.
Bueno, pero también hay parlamentarios condenados por paramilitarismo. Y también hay estudiantes, comerciantes, sectores distintos que de una u otra manera tienen simpatías con grupos subversivos, criminales, y de eso no podemos sacar la conclusión de que todos los colombianos tenemos simpatías con esos grupos.
De manera que contra los indígenas hay un juicio superficial, carente de objetividad, y es un juicio que no le presta ningún favor a la necesidad de crear condiciones de vida digna en el departamento. Pensar de esa manera es no contribuir ni en el Cauca ni en el país a generar condiciones para la convivencia y la paz.

Gobernador, ¿qué explica el recrudecimiento del conflicto en el Cauca? ¿Qué esta pasando?

Hay varias consideraciones. Se dice que las Farc están siendo arrinconadas en el sur del país. Es algo que se puede advertir porque la escalada subversiva se ve especialmente en Putumayo, Nariño y Cauca. Incluso, se dice que en Nariño la situación está peor que en el Cauca. Esa puede ser una razón. Las otras podrían ser geográficas.
Como la topografía favorece tanto a la guerrilla porque le permite mimetizarse, se facilita su accionar en el departamento. A ello se le agrega la presencia en los tres departamentos, Putumayo, Nariño Cauca, de la mayor cantidad de cultivos ilícitos, generadores de todo el narcotráfico de este país.

¿Y qué explica que la guerrilla siempre ataque a Toribío, se ensañe con esta población? ¡En diez años se cuentan 480 hostigamientos!

Yo diría que esas condiciones topográficas facilitan el accionar de la guerrilla para atacar a Toribío con facilidad. Pero las víctimas están en la población civil. Más aún: no se puede aceptar el pretexto de que las Farc asedian a Toribío para atacar a la Policía porque a nadie se le ocurre pensar que lanzar un explosivo contra una edificación situada en medio de un casco urbano está dirigido contra la Fuerza Pública. No. Eso va dirigido contra quien caiga.
De manera que es un atentado clarísimo contra la sociedad civil, contra los moradores de Toribió y me parece que no hay en el país ni en el Cauca la suficiente reacción de la comunidad para respaldar este pueblo. El ensañamiento contra esta población indígena y pacífica no tiene ninguna explicación, no tiene ninguna justificación.

Qué explica, Gobernador, que después de un año del atentado de la chiva bomba en el pueblo, las víctimas que se quedaron con las casas destruidas sigan sin viviendas cuando el Gobierno nacional prometió reconstruirlas. La Alcaldía, además, también sigue destruida, como si el atentado hubiera sido hace una semana. ¿Cuál es su papel en este asunto?

Mi papel no puede ser otro como gobernador que exigir el cumplimiento de lo que no es una promesa, es un deber del Estado. La gente espera que se cumpla por las vías normales, porque si no es así se pueden utilizar las vías judiciales.
Y no se ha cumplido por una absoluta omisión del Estado, una inacción total, una parafernalia burocrática que no tiene conciencia de lo que eso significa, indolente, en buena parte corrupta, que hace que dineros que no son grandes cantidades no lleguen. Es un desdén por la vida humana.

¿Le hizo ese reclamo al Presidente Santos?

Claro que sí. Planteamos que queríamos un Estado actuante, que no se diluyera en conceptos ni en programas sino que actuara sobre una realidad que es patética. ¿Qué se requiere para construir 50 casas? Ahí no hay que hacer estudios.

¿Y la Gobernación del departamento no puede hacerlo, construir esas casas? ¿Usted no podría hacerlo?

Técnicamente podemos hacerlo. Pero con recursos nuestros nosotros hacemos otro tipo de programas. Además, en el caso de las víctimas de Toribío, es una obligación del Estado. No quedaría bien liberar al Estado de un compromiso que le corresponde y utilizar recursos nuestros, que se deben dedicar a otros programas, solamente para suplir una absoluta irresponsabilidad de la Nación.

Después de la visita del Presidente Juan Manuel Santos al departamento, ¿en que quedaron? ¿Qué acuerdos se establecieron?

Lo que definimos en estos días fue una inversión de la Nación en un programa que hemos denominado Contrato Plan para el Cauca, que es una herramienta de planeación y ejecución de recursos. Y en ese Contrato Plan, la Nación aporta el 70% y el departamento el 30%.
Lo que esperamos es que eso no sea otro ofrecimiento más, sino que haya ya recursos concretos para ejecutar. El Contrato Plan se contabilizó en 500.000 millones de pesos y se normatizará a través de un documento Compes.

¿Y la seguridad para el departamento gobernador? ¿Qué se va a hacer para detener la ofensiva de las Farc?

Lo que se ha planteado es mayor presencia de Fuerza Pública, mayor eficiencia, un diálogo político que permita que la actividad de la Fuerza Pública sea reconocida y aceptada por la comunidad, una petición para que la comunidad respalde a la Fuerza Pública y por supuesto un cambio de tácticas y estrategias ser más eficientes.

Pero usted insiste en una salida política...

Insisto, insisto. Los hechos son contundentes. No hemos podido encontrar una salida al conflicto. Utilizamos en los años anteriores una estrategia militar agresiva y no pudimos salir del conflicto. Hemos utilizado también la vía del diálogo y tampoco ha sido posible. Hemos utilizado la cooperación internacional y tampoco.
Pero las condiciones sociales de este país, la desigualdad, la inequidad, la falta de oportunidades, la acumulación de tantas dificultades no resueltas hacen prever que no es únicamente con el uso de las balas como podemos salir de la guerra en que estamos.
Lo que uno ve es que en los campos, en los barrios populares de las ciudades de este país, hay muchas condiciones para que la gente joven busque sus oportunidades en la delincuencia porque no hay otras opciones. Mientras Colombia tenga tantas condiciones de desigualdad, de inequidad, va a ser muy difícil que por la vía armada podamos encontrar la salida.

FACEBOOK

https://www.facebook.com/profile.php?id=711839823