domingo, octubre 12, 2008

los ojitos de mi ALCALDE

Marco Antonio Valencia Calle
www.elprofesorespantapajaros.blogspot.com

Mi alcalde es un príncipe azul. Todo en él es bello, bonito, elegante, limpio, sincero, honesto, radiante y muy azul. Mi alcalde tiene asesores, empleados, funcionarios y guardianes, y todos ellos “por decreto”, son eficientes, valientes, pulcros, trabajadores, sacarificados y azules. Son funcionarios comprometidos con las causas de mi alcalde, la ciudadanía, y la ciudad de Azulandia.

Mi alcalde tiene ojos azules, casi transparentes y por esos ojitos todo se ve limpio, sano, bellísimo y sin manchas. Es más, gracias a esos ojitos de mirada tan positiva, el realismo del mundo ajeno se evapora, y por el arte de sus ojos nuestra ciudad se ve como la ciudad más bella, limpia y segura del mundo; sus funcionarios se ven como los más puntuales y capaces del planeta; los problemas ciudadanos son las cosas más nimias de la humanidad; y todos vivimos en la ciudad más perfecta del sistema solar.

Gracias a los ojitos de vidrio azuloso de mi alcalde aquí sus funcionarios nunca se equivocan, nunca toman malas decisiones, todo en ellos es de una pulcritud inimaginable. Gracias a los ojitos de mi alcalde aquí no se ven pobres, ni desplazados, ni violencia, ni pandillas, ni ladrones, nada de nada, aquí todo se ve bello, bonito y resplandeciente. Y es que según los ojos de mi alcalde el paraíso es aquí mismo, en esta ciudad sin problemas de tráfico, en esta ciudad sin ladrones, sin sicarios, sin padillas, sin hambre, con funcionarios pulcros, honestos, incorruptibles, puntuales, eficientes e incapaces de respirar algo distinto al aire de los ángeles.

Mi alcalde cree en la necesidad de la independencia de los periodistas; porque es un convencido del derecho constitucional de las gentes a opinar para fortalecer la democracia. El Secretario de Prensa de la alcaldía de Azulandia jamás le diría a la prensa qué tiene qué publicar; el Secretario Privado jamás declararía a un periodista como enemigo del régimen por ver distinto a lo que ven los ojitos azules del alcalde, y al Secretario de Gobierno jamás se le ocurría hacer llamar a un periodista por un policía para amenazarlo por ejercer el libre derecho de opinar sobre su gestión de funcionario público y político (¡Dios los guarde, y la Virgen los favorezca, que van estos pobrecitos a ni siquiera imaginar semejantes pecaditos!).

No nada de eso. El alcalde de Azulandia, y todos sus funcionarios son seres perfectos. ¿Por qué un columnista diría que en esta ciudad imaginada pasa algo distinto de lo que ven los ojitos azulitos de vidrio del alcalde? ¡Dios mío, que incomprensión!, ¡Que amarillismo!

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