domingo, octubre 19, 2008


Indígenas y corteros de caña de azúcar de los departamentos del Valle del Cauca y Cauca se enfrentan con miembros del Escuadrón Móvil Antidisturbios de la Policía (ESMAD). Los corteros exigen mejores condiciones laborales y los indígenas protestan contra políticas del gobierno del presidente Álvaro Uribe Vélez.


textos y fotos EL ESPECTADOR. /Bgta.
18 de octubre 2008

Según se informó, las partes no se han puesto de acuerdo en aspectos como la titulación de tierras, que los indígenas consideran propias, además de otros temas que fueron tratados a puerta cerrada. En medio de la tensión, el presidente Álvaro Uribe propuso comprar tierras para los indígenas en una zona del departamento del Cauca y así solucionar las protestas realizadas por este grupo étnico durante esta semana y que han dejado dos muertos y más de setenta heridos.
“Le propongo a los compatriotas, a los ministros, compremos las tierras (...), pidan que se les rebajen (los precios) y quitémonos ese problema de encima”, señaló Uribe durante un consejo comunitario de Gobierno en el municipio de Quetame, en Cundinamarca.


Las tierras a comprar están ubicadas en Caldono, de población paez y guambiana, cuyos líderes aseguran que les han pertenecido desde sus ancestros. La orden presidencial fue enviada a los ministros de Interior y de Justicia, de Agricultura y de la Protección Social, quienes intentan alcanzar un acuerdo con delegados de los más de siete mil indígenas que exigen, entre otras demandas, titulación de tierras.


Los titulares de esas carteras delegados por el presidente Álvaro Uribe y los indígenas se reúnen en la sede de la Gobernación del Cauca, en la ciudad de Popayán. Poco antes de iniciar la reunión, los ministros Fabio Valencia, del Interior y de Justicia; Andrés Felipe Arias, de Agricultura, y Diego Palacio, de la Protección Social, señalaron que el Gobierno “no va a admitir más posiciones o vías de hecho” , como las ocupaciones de predios y carreteras. En la cita participan también el gobernador del Cauca, Guillermo Alberto González Mosquera y funcionarios de la administración departamental.

Uribe, por otra parte, criticó la presencia de extranjeros (dos franceses y una alemana) en las protestas, y dijo que antes de expulsarlos del país, como se hizo, han debido ser encarcelados por instigar esa protesta violenta. El Presidente también llamó la atención a los indígenas que estimularon las “mingas” (marchas y reuniones) y señaló que acepta la protesta, “pero no la violencia contra la Fuerza Pública”.

El Jefe de Estado agregó que los nativos “mandan a un policía con las manos amputadas, y dicen, sentémonos a dialogar (...)”. Aludió a un policía que, en medio de las refriegas de esta semana entre agentes e indígenas, perdió sus manos al estallar un artefacto oculto en una bolsa que quiso retirar de un descampado.

El viernes los guambianos y los paeces anunciaron una “tregua” para facilitar una verificación internacional con delegados de las Naciones Unidas y un acercamiento con el Gobierno, según señaló el procurador general, Edgardo Maya, quien dialogó con ellos.
Algunas autoridades, como el director de la Policía, general Oscar Naranjo, acusó a integrantes del VI frente de las Farc de infiltrar las manifestaciones de protesta de los indígenas. Asimismo, el ministro Palacio también denunció en Bogotá que detrás de la protesta había fuerzas oscuras para “desestabilizar” al país.

Mientras en Popayán se busca el acuerdo, más de 7.000 indígenas se concentran en calma en la zona conocida como La María, en el municipio de Piendamó, y en la Carretera Panamericana los vehículos transitan normalmente este sábado.

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