martes, julio 29, 2008

Forma física y envejecimiento (I)


Por Fabio Arévalo Rosero MD*


El envejecimiento es un proceso fisiológico normal que se produce en los seres vivos, aunque no siempre corre paralelo a la edad cronológica. Existen considerables variaciones de un individuo a otro dependiendo especialmente del estilo de vida y sus hábitos de autocuidado. También hay factores de órden genético que lo determinan. Los fenómenos orgánicos fundamentales que se producen en un organismo vivo durante el envejecimiento son los siguientes: 1.- Pérdida del número de células. Como resultado, el peso de órganos y tejidos disminuye llevando a atrofia y daño funcional. Las células del hígado reducen su número gradualmente en la quinta y sexta década de la vida, y rápidamente en la séptima. En la octava ya es apenas el 30% del encontrado en personas jóvenes. En el cerebro, los pulmones y los músculos se encuentra una reducción similar de células activas.2.- Cambios celulares. Con el envejecimiento, en la mayoría de células se causan cambios estructurales. Aumentan los depósitos internos de azúcares, pigmentos y grasa que se covierten en relleno que les quita vida. Se reducen los elementos importantes para su funcionamiento como las mitocondrias que mejoran la oxigenación; la membrana celular se vuelve menos permeable para el intercambio de sustancias disminuyendo su actividad metabólica y por lo tanto su eficiencia.3.-Cambios en los tejidos conectivos. Los tejidos de unión o conexión como ligamentos y tendones sufren alteraciones en las moléculas de colágeno que les proporciona elasticidad. La disminución de la proteína elastina reduce la flexibilidad de las fibras y los tejidos conectivos envejecidos se vuelven quebradizos. Como resultado de estos fenómenos se produce la esclerosis (endurecimiento) de las arterias, así como arrugas en la piel. El movimiento de las articulaciones se hace cada vez más deficiente llevando a un estado de anquilosamiento que la gente interpreta como volverse más "tieso". Procesos agravados por la pérdida progresiva de agua, ya que su porcentaje corporal disminuye con la edad y la inactividad. Al tiempo que ocurren estos cambios degenerativos, el organismo va deteriorando su capacidad física y su funcionalidad. En unos individuos ocurre más rápido que en otros. Lo esencial está en combatir desde edades tempranas los riesgos del envejecimiento prematuro. Para ello es fundamental tomar la decisión de adoptar un estilo de vida favorable que incluya hábitos saludables y normas de autocuidado. Pero particularmente una dosis mínima diaria de actividad física que estimule el metabolismo, nos expondrá a menos agresiones orgánicas y nos liberará de la responsabilidad de ser los causantes directos de nuestro propio deterioro. II parte: El deporte puede reducir hasta en dos décadas la edad biológica. fabio121@gmail.com *Especialista en ciencia deportiva
El juego en equipo
POR: Fabio Arévalo Rosero MD*
Compartir el poder desata un nuevo nivel de rendimiento. Distribuir en el campo el propio talento permite acceder a logros más altos con resultados que satisfacen al conjunto. Es además la principal meta y la razón de ser de las organizaciones deportivas. El fútbol del tercer milenio ha impuesto por su propia dinámica, un modelo de alta exigencia basado en el talento y en una excelente condición física. Son también requisitos básicos la inteligencia del futbolista, la adecuada coordinación mente - cuerpo y ahora más que nunca un trabajo estrictamente sincronizado de equipo. Aunque no se puede armar un gran equipo sin jugadores talentosos, también es posible perder con los mejores. Eso lo demostró el Real Madrid con contundencia. Es fundamental desarrollar en las figuras del fútbol una alta capacidad de colaboración colectiva, entendiendo que no se trata solo de cooperar sino de aportar en conjunto y de poner al servicio del grupo todas las capacidades. Si repasamos un encuentro de las ligas del más alto nivel encontramos que al menos por partido se malogran unos tres goles por acciones individualistas. Mario Alberto Yépez en el París Saint Germain sigue haciendo goles a pesar de su posición como defensa, un lugar de desventaja para hacer dianas en el fútbol. Pero su virtud está en la autoridad y respeto que genera ante sus compañeros para que sea siempre visto como un miembro confiable y activo del grupo en todas las circunstancias. Ello depende esencialmente de la propia formación y visión del futbolista. Es una cualidad notoria en aquellos atletas que han erradicado la rigidez personal, que son emocionalmente seguros, que además son creativos y particularmente que no se enfocan en sí mismos. En el campo de juego demuestran una alta capacidad de servicio. No hacer nada por y con los demás es la ruina para el propio ego así sea el mejor talento ya que no posibilitará cambios favorables en el grupo. De allí que los entrenadores o directores técnicos que quieran amalgamar un poco más de ingredientes para provocar resultados exitosos, deben ser líderes con alta capacidad de influir en sus discípulos. Especialmente en aquellos que se han convertido en celebridades o cuyas condiciones los empujan a lucirse con acciones más individuales. Más aun cuando existe el riesgo de que entre los miembros del mismo equipo en vez de colaborarse, compitan unos contra otros. Los estrategas deben enseñar a sus atletas que vean a sus compañeros como colaboradores, no como competidores. Que depongan la actitud de sospecha y confíen más en los suyos. Que se concentren en el equipo, no en ellos mismos y que la victoria deben crearla a través de la multiplicación. Pero para ello es indispensable que forjen excelentes relaciones interpersonales y que haya siempre una buena comunicación. El verdadero progreso en el campo de juego es una carrera de relevos no una carrera individual.





Forma física y logevidad (II)


Por Fabio Arévalo Rosero MD*


La actividad física moderada y continua es necesaria, además de esencial, para preservar una función biológica útil hasta una avanzada edad cronológica. Pero particularmente para prevenir buena parte de las enfermedades crónicas y sus indeseables secuelas que pueden generar limitaciones tempranas en una persona.


El deporte controlado en personas mayores consigue reducir su edad biológica hasta dos décadas, según uno de los estudios más destacados internacionalmente. Se trata de una investigación que mereció un importante reconocimiento en el campo de la Medicina del Deporte, en España. El estudio, realizado por la Universidad Complutense de Madrid, ha partido de la observación del sistema inmunológico como excelente marcador de salud y longevidad. Según el mismo basándose en el sistema de defensa es posible calcular la edad biológica de una persona. La investigación fue realizada sobre ancianos de unos 70 años, a los que se propuso un programa de ejercicio físico moderado, y a quienes se evaluaron los parámetros del sistema inmunitario o de defensas. Se valoraron a los dos meses de iniciar la práctica deportiva, a los seis, y también seis meses después de haber interrumpido el entrenamiento. Los resultados fueron llamativos. La edad biológica con esta práctica podía reducirse hasta en 20 años, mejora que se perdía con la vuelta a los valores iniciales, cuando se dejaba la práctica deportiva. En los pacientes de 70 años con buen nivel de actividad, se encontraron sorprendentemente organismos de 50, es decir su expectativa de vida mejoraba. El estudio observó distintos parámetros, como la función de las células sanguíneas responsables de defender al cuerpo entre ellas los linfocitos y los neutrófilos. Lo más evidente es el incremento con la práctica del ejercicio moderado de la actividad proliferativa o de multiplicación de estas células. En las personas activas cuando los linfocitos reconocen las sustancias nocivas (antígenos) lo que hacen es multiplicarse y mejorar la actividad inmunológica o de defensa. La edad y la falta de ejercicio ocasionan cambios en el sistema inmunológico, uno de los cuales es la pérdida de capacidad proliferativa de los linfocitos frente a los antígenos. Estas funciones se ven mermadas también, cuando se producen estados de ansiedad o de mala respuesta al estrés. Son muy llamativos los resultados de esta investigación, ya que si coonsideramos que la etapa de la vejez inicia entre los 60 y 65 años, en individuos "sanos" físicamente activos el umbral tendrá que subir a 67, 70 o incluso más. Un programa de ejercicio mejora entonces la funcionalidad de las células inmunitarias, aquellas que defienden al organismo del ataque de agentes nocivos. De modo que vemos que el ejercicio se plantea como idóneo para conseguir una buena calidad de vida al envejecer.fabio121@gmail.com


*Especialista en ciencia deportiva
-- Fabio Arévalo Rosero MD

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