lunes, julio 14, 2008

EL HOMBRE MÁS INFLUYENTE DEL MUNDO

por: MARCO ANTONIO VALENCIA
valenciacalle@yahoo.com

El teólogo turco y predicador popular Fethullah Gülen, de 70 años, considerado el intelectual público más influyente del mundo en el 2008 por prestigiosas revistas de política internacional, vive en Estados Unidos hace 5 años como refugiado, acusado de conspirador contra el gobierno de Turquía, por enemigos gratuitos y envidiosos que nunca faltan, en ninguna parte de la tierra.
Sus ideas, que van desde la modernización del islam, la condena al terrorismo, la defensa de la democracia, hasta la intervención para el entendimiento entre las diversas religiones, son temas que despiertan por igual, simpatizantes como enemigos.

Gülen tiene miles de seguidores formados en sus propias escuelas y universidades en Asia Central, famosas por poseer residencias universitarias cuyos planes de estudio incluyen programas de transformación intelectual en asuntos de ciencia, investigación y religión; aunado a la propiedad de cadenas de radio, televisión y varios diarios de gran circulación como “El Zaman”, que le han permitido difundir su modo de pensar y concebir la vida.

Para muchos la fuente de su pensamiento reside en el sufismo, pero sus opiniones son tan notables en los campos de la economía, la sociedad, la política y la cultura de su contexto social, que ya se le empieza a reconocer como el padre del Opus Dei, del islamismo. Y aunque es considerado un erudito comprometido con la tradición, su fama también esta dada por disentir de las instituciones políticas oficiales.

Calificado por sus seguidores como un hombre de Dios, es poliglota y autor de varios libros, entre ellos uno que ya se consigue en español: “Los fundamentos de la Fe Islámica”. “El sufismo –escribió-, como dimensión intelectual del islám, “es el camino real al conocimiento de los significados interiores de las cosas.”

Algunas de sus ideas más notables son: que la verdad existe de manera independiente de la mente del hombre; pero las verdades científicas son relativas en la medida que están en constante cambio y hacen parte de la creación del hombre; mientras que las verdades del Corán son absolutas porque son de Dios. Por tanto, ciencia y religión, al ser expresiones de la misma verdad no son contradictorias, sino ayudas para entender la creación.

Sus sermones sobre la tolerancia y el respeto por las ideas ajenas han servido para calmar los ánimos de los más recalcitrantes.
Por eso, no sobra abogar para que algunas de sus palabras para el entendimiento de los pueblos, lleguen al oído de nuestros políticos latinoamericanos.

FACEBOOK

https://www.facebook.com/profile.php?id=711839823