domingo, septiembre 07, 2008

Urbes "ciclables", ciudades saludables



Fabio Arévalo Rosero MD*


Los ciclistas y los peatones son los usuarios más eficientes del espacio público. Promover el transporte en bicicleta y el desplazamiento peatonal con garantías, son acciones esenciales para mejorar la inclusión de los más pobres y la cohesión social. Esto crea una nueva sociedad donde las personas de todos los ingresos pueden encontrarse como más iguales. Ello puede ser posible en una ciclorruta que transcurre al lado de una autopista, en un andén espacioso, en un sendero peatonal, en un parque público o en una ciclovía.


En un mundo en desarrollo donde las disparidades de los ingresos son generalmente demasiado altas, el papel potencial del transporte no-motorizado es muy importante. En las ciudades de gran desarrollo y alto nivel de calidad de vida, los gobiernos promueven activamente el uso de bicicletas y el caminar. Para ello han decidido políticamente invertir generosos recursos para implementar condiciones que favorezcan la movilidad de peatones y ciclistas, a la par de los automotores. Andar en bicicleta y caminar son ambientalmente los medios más eficaces y sostenibles para realizar viajes breves.


En muchas urbes en desarrollo la mayoría de desplazamientos corresponden a distancias promedio cortas. Usualmente el 60% de los viajes son de menos de cinco kilómetros y un 15% menor a dos kilómetros. En una ciudad bien planificada, más del 80% de los viajes inferiores a cinco kilómetros se pueden realizar caminando o en bicicleta. Ante esta realidad es urgente que los gobiernos locales asuman la responsabilidad de establecer como política pública el desarrollo de alternativas eficaces para caminar seguro y pedalear sin riesgos. Los ciclistas y peatones no generan contaminación atmosférica, ni gases invernadero, ni polución acústica. Estas acciones inteligentes de movilidad, además de ayudar a aliviar la congestión, tienen valores agregados en la salud. Son modos de transporte que contribuyen a combatir la inactividad física, uno de los principales agentes de riesgo de enfermedades crónicas. En Colombia los índices de sedentarismo superan el 60%.


Por males relacionados como las dolencias cardiovasculares, la obesidad y la diabetes, mueren anualmente en el país unas 70 mil personas. Una masacre silenciosa con una pérdida de unas ¡200 vidas por día! La mayoría de esas muertes podrían prevenirse o al menos retrasarse. Pedalear y caminar son ejercicios aeróbicos que fortalecen integralmente el organismo. Activan la circulación general lo cual hace que haya un mejor aporte de oxígeno y nutrientes a los tejidos del cuerpo. Ayudan a controlar el peso previniendo la obesidad y regulan los niveles de colesterol en la sangre. Estimulan la producción de hormonas que relajan el sistema nervioso como las endorfinas, llevando a un menor riesgo de depresión. Quienes tienen una rutina frecuente y moderada de andar en bicicleta o caminar logran incrementar su capacidad física de trabajo, mejorando su vida útil productiva.


Estos, son argumentos suficientes para que los alcaldes no solo se preocupen por mejorar las vías para los carros, por hacer puentes elevados o proyectos de infraestructura; un tipo de obras que favorecen más a los ricos y que son una minoría privilegiada. Es prioritario que tengan compromiso con las mayorías de la sociedad, apoyando y desarrollando iniciativas que promuevan el transporte en bicicleta y el caminar. Las urbes ciclables y caminables, son ciudades más saludables.


*Consultor Ecoplan International

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