sábado, septiembre 27, 2008

La tumba de Lorca


por Juan Carlos Pino Correa
sábado, 27 de septiembre de 2008



Abrirán la tumba de Federico García Lorca. O, mejor, la fosa común ubicada en el barranco de Víznar donde lo tiraron los fascistas luego de asesinarlo con alevosía una noche de mediados de agosto de 1936, junto al profesor ateo, Dióscoro Galindo González, y los banderilleros anarquistas Francisco Galadí Melgar y Joaquín Arcollas Cabezas. La Ley de Memoria Histórica y el juez Baltazar Garzón son los artífices de este hecho que ha generado no pocas polémicas en la España de hoy y que trasciende, por supuesto, el mundo literario.


Recientemente, en un artículo publicado por El País de Madrid y titulado “Lorca es todos los muertos” se recogieron opiniones y posturas encontradas frente al tema. Muchos apoyan la decisión de exhumar a los muertos de la guerra civil para que sus familias puedan darles una sepultura como a bien decidan y argumentan que esa es una manera de cerrar y cicatrizar heridas de una vez por todas.


Por eso, defienden este hecho, como “un acto humanitario, como una cuestión de derecho”.Otros,por su parte, advierten de la monstruosidad de someter los restos del poeta y de los demás al inevitable circo mediático y que es mejor que éstos queden en su sitio porque de lo contrario se “desvirtúa un lugar que es un cementerio”, “un mausoleo de la memoria”, y no una cuneta.De esta última opinión son los familiares de Lorca, reacios a que se cave la fosa, pero que al final han tenido que dar su consentimiento a regañadientes mientras insisten en que nada nuevo le aportará esta situación a la biografía del poeta y que es importante que no se destaque a Lorca y se menosprecie a muchos otros fusilados que hay en aquellos lugares.


El debate está abierto porque Lorca es el escritor más representativo de la generación del 27, un mito, un genio que desbordó con su poesía y su teatro. Y está abierto porque la España contemporánea no acaba aún de cerrar las heridas que le dejó la guerra civil y casi 40 años de dictadura.


Y es que al respecto, el escritor portugués José Saramago, Premio Nobel 1998, nos recuerda que “sólo las páginas de los libros tienen vuelta, los de la vida no”.Así las cosas, es fundamental que no se haga efectivo el temor de que “en el caso de Lorca, el morbo sustituya la reivindicación histórica”. Pero conociendo a los medios de comunicación, nunca se sabe. No sería justo por él ni por los miles de fusilados y/o desaparecidos que perecieron en circunstancias similares en Viznar y en muchos lugares de España. Y no sería justo con una voz que se ha alzado prodigiosa y contundente por encima de la muerte y de las infami

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