jueves, septiembre 25, 2008

Los olvidados


DIEGO FERNANDO SANCHEZ VIVAS



Se necesitó que cientos de desplazados, desesperados porque sus voces no tenían eco, se asentaran en el famoso parque de la 93 en Bogotá, para que los colombianos volvieramos la mirada a ese sector poblacional vulnerable, itinerante y dolorosamente olvidado.


Se requirió que este grupo humano desvalido llegara hasta el centro de esa Colombia frívola, la de las rumbas interminables de los fines de semana, la de los grandes centros comerciales, la de los espectáculos de la moda y del espectáculo, donde en un momento y por una sola compra de ropa de marca, una corbata Hermes tal vez o una chaqueta Armani, cualquier parroquiano de estrato 6, vecino de Los Rosales o del Chicó, se puede gastar lo que un desplazado se gana en un mes con el sol a la espalda y con el lastre de vivir casi de la caridad pública.


Un contraste inaudito e indignante, la moda y la supervivencia, el lujo y la pobreza absoluta. Tuvo que pronunciarse la galardonada con el premio Principe de Asturias de la Concordia, Ingrid Betancourt sobre la penosa suerte de los secuestrados que aún permanecen en la espesura de la selva, para que los colombianos volviéramos nuestros ojos a estos desesperanzados. S


in la presión del presidente de Francia y del Gobierno del Pais de Norte, pues ya la francocolombiana y los cuatro soldados estadounidenses están liberados, dificilmente volverá a ser prioridad en la agenda gubernamental la suerte de estos compatriotas. De Popayán, llegó hasta Bogotá la marcha contra el hambre y la pobreza, sólo entonces volvimos a recordar, que hay sectores poblacionales que viven en unas condiciones de vida muy difíciles, que derivan su sustento del trabajo informal, y que a duras penas alcanzan a sobrevivir con enormes dificultades.


Ciertamente es Colombia un pais desmemoriado, y más cuando se trata de esa enorme masa de desvalidos, desprotegidos, sectores vulnerables, desplazados,marginados, víctimas del conflicto armado. Cuando nuestra memoria y la del Estado alcance para que todos los días recordemos y procuremos una vida menos difícil a estos compatriotas, habremos contribuido a tener una mejor nación, mas justa, mas equilibrada y menos dolorosa. ADENDA. Lamentamos profundamente el secuestro del médico anestesiólogo Nelson Palechor Obando, de excelentes cualidades profesionales y humanas, esperamos su pronta liberación y su regreso sano y salvo al interior de su hogar.


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