domingo, enero 11, 2009

POPAYAN, UNA CIUDAD QUE DESPERDICA SU AGUA/ polemica






Mientras Pasto se da ‘la pela’ por el agua,

Popayán aún lo piensa

EL LIBERAL


domingo, 11 de enero de 2009




A raíz de las publicaciones de El Liberal llegaron a esta redacción comentarios de ciudadanos que esperan se acabe el desperdicio de agua en Popayán. Entretanto los jóvenes ‘arman’ su defensa en el ciberespacio.Por el cuidado y la protección del vital líquido de los seres vivos, para un amplio sector de la comunidad payanesa es claro que la costumbre de echar agua el 5 y 6 de enero debe erradicarse. Pero también es claro, que para eso es necesario generarle a la gente alternativas de recreación y diversión durante esos días de vacaciones para la gran mayoría, cuando tradicionalmente se realizaron los carnavales de blancos y negros y en los que las personas buscan actividades para su libre y sano esparcimiento. Esta iniciativa se viene adelantando en la vecina ciudad de Pasto, donde esta práctica se realiza el 28 de diciembre de todos los años por la celebración del ‘Día de inocentes’ y poco a poco ha logrado sensibilizar a la gente para que realice otras actividades diferentes a desperdiciar el agua.Por ejemplo, en el periodo de mandato del ex-alcalde, Raúl Delgado no se prohibió que en Pasto arrojaran agua el 28 de diciembre, sin embargo se autorizó a sus colaboradores para que ejecutaran una campaña con la cual se persuadiría a la ciudadanía de no realizar esta práctica.Aunque fue un reto para los promotores de la campaña, se logró casi en un 70 por ciento que la gente de Pasto no jugara con agua en esta fecha sin necesidad de prohibirlo.



Según Fabio Arévalo, Médico deportólogo y ex Director de Indeportes Pasto y Cauca, quien además participó de esta campaña en el año 2003, en esa ciudad se ofreció un ‘menú’ de alternativas como un gran espectáculo a las afueras de la ciudad, competencias deportivas, actividades culturales y artísticas, entre otros, para lo cual dicha Administración tuvo voluntad política y lo más importante, invirtió recursos.Por primera vez se organizó el ‘Ciclo paseo de inocentes’ que año tras año se realiza y que en esta primera edición contó con más de tres mil participantes, a quienes se respetaron y se excluyeron de toda clase de juego con agua.“Aunque no se puede negar que hubo personas en Pasto que se desorganizaron, fueron más la que se divirtieron sin agua”, anotó Arévalo.Actividades artísticas que se resaltaron como ‘Un arcoíris en el asfalto’, se conservan y se fortalecen cada año.



Este espacio busca que en las calles principales de la ciudad, niños, jóvenes y adultos que sean o no artistas dibujen con tizas en el asfalto lo que quieran expresarle a la sociedad.También se fortalecieron otros eventos con el apoyo de la empresa privada como el encuentro departamental de aeróbicos, campeonatos de diferentes deportes como patinaje, fútbol, atletismo, entre otros.Arévalo manifestó que “miles de personas asistieron a esos eventos, en los que se logró el respeto y el entretenimiento de la gente sin agua”.



Además, el 28 de diciembre de 2003 en Pasto se establecieron las llamadas ‘Zonas húmedas’ en diferentes puntos de la ciudad, donde la gente podía jugar con agua porque en realidad esta actividad no se prohibió. A ellos también se les ofreció espectáculos y actividades de recreación durante todo el día.Finalmente, en otros puntos de la ciudad se instalaron mesas para que la ciudadanía firmara un plebiscito en contra del desperdicio de agua que se presentaba en Pasto los 28 de diciembre. En PopayánEntretanto, los carnavales de negros y blancos en Popayán durante el 5 y 6 de enero, en los que se acostumbra a echar agua en las calles, han tenido en las últimas administraciones algunos esfuerzos infructuosos para reducir no sólo el uso del agua, sino también el número de heridos y daños en hidrantes.


Para citar está el caso de Diego Fernando Duque, quien no sólo enfocó varios esfuerzos desde su administración y la Fundación Rio Las Piedras para prevenir el desperdicio, sino que también suspendió el suministro del vital líquido y solicitó custodia policial para los hidrantes aunque finalmente terminó demandado por haber retirado un servicio fundamental y su iniciativa no tuvo continuidad.Fabio Arévalo, médico deportólogo y quien participó en las campañas para evitar el desperdicio del vital líquido en Pasto, afirma que “está seguro que en Popayán son más los que están en desacuerdo que se juegue con el agua que los que salen a jugar. No es un problema difícil de solucionar siempre y cuando haya voluntad política”.Arévalo anotó que los juegos no son más que una medida de escape, porque la gente durante estos días que son ‘festivos’ no tiene alternativas lúdicas, de recreación y de diversión en Popayán.


“Ante esto debe haber inversión y acompañamiento del Gobierno Municipal y para ello es necesario gestionar y sacar recursos para la diversión de la gente porque así lo merece”, anotó el ex Director de Indeportes de Pasto y Cauca.El compromiso con seriedad debe ser de la Alcaldía Municipal que debe adelantar campañas educativas durante todo el año a través de medios de comunicación para sensibilizar a la gente.Es importante, que en los colegios también se persuadan a los niños y jóvenes de la importancia de no desperdiciar el agua.Eso se logra año tras año y con la voluntad política de los dirigentes.
En Popayán se deben unir los medios de comunicación, la empresa privada, las entidades oficiales para poner de ‘moda’ el cuidado del agua durante estos días. Para ello, hay que posicionar actividades que también cuenten con la colaboración y el consenso de líderes comunitarios y figuras públicas que apoyen y crean en esta iniciativa, agregó.


Los que sí están de acuerdo

Así como hay quienes rechazan los juegos, tampoco faltan quienes públicamente los defienden, que son en su mayoría niños y jóvenes que anualmente se congregan en las calles durante estos días para divertirse mientras echan agua, talcos y pintas. También en el ciberespacio se encuentran manifestaciones de apoyo. !!!Que nos dejen echar agua el 5 Y 6!!!! es el nombre de un grupo de Facebook al que actualmente pertenecen 394 miembros y que con este mensaje “Ojalá nuestro queridísimo Alcalde nos deje agüita para poder jugar el 5 Y 6 porque la piensan cortar...”, pidieron la libertad para jugar con agua en esos días de enero de 2009. Por ejemplo, Itzjak Kadar, comenta que “pues si la cortan, serán responsables de la pérdida económica generada por una deserción de la gente en estos carnavales de Popayán y migren hacia otros lados (como Pasto) donde todo está barato y la mayoría están quebrados y necesitan publico nuevo. Además, que tristeza que un payanes prefiera irse a divertir por otros lados porque su ciudad no le ofrece nada. Mucho pero si comemos el cuento que un 5 y 6 en Popayán sin agua va a ser igual de divertido y concurrido, y que sus actividades extras de entretenimiento y ‘cultura’ van a reemplazar el verdadero juego con agua...”.Por su parte, Javier Sandoval dice que “nada es eterno pero ahora que la tenemos porque no disfrutarla, piensen...si algún día nos hará falta por lo menos tendremos la satisfacción de que la disfrutamos hasta más no poder.... sólo son dos días y tenemos 362 días para poder cuidarla, entonces yo si apoyo que no la quiten”.






La verguenza patoja



Por: Marco Antonio Valencia Calle


“No se puede declarar carnavales cívicos dejando al libre albedrío el uso del agua para el juego, sin antes hacer una campaña agresiva de prevención, y sin hacer racionamientos concertados para evitar que se bote de manera indiscriminada como se hizo los días 4, 5 y 6 de enero en la capital del Cauca.Ya es hora de redefinir el concepto de carnaval en Popayán, como lo han hecho en Quito y Pasto, donde se erradicó la costumbre de “echar agua” y se hacen jolgorios secos. Las fiestas de Pubenza con agua causaron daños al ecosistema y al derecho de la libre locomoción de las personas que no comparten esta nefasta tradición, que además viene acompañada de accidentes, riñas callejeras, abusos físicos y daños a bienes públicos y privados.Aventar agua en carnavales no es un una costumbre sana, ni un derecho, ni una necesidad vital; se equivocan los que así piensan. Las fiestas se pueden hacer en paz y sin agua, porque la evidencia (fotos y vídeos de la prensa) muestran desmanes, daños y despropósitos. Por lo tanto, en esta ciudad hace falta un estatuto para el uso del agua dentro de las normas de ordenamiento territorial emanado desde el Concejo Municipal.Cobrarle a toda la ciudadanía los desperdicios de agua me parece una decisión perversa, y otra desfachatez. El uso del agua es un bien común, pero el financiamiento colectivo de su desperdicio en las fiestas por conveniencias electoreras, o por la presión de pequeños grupos con sus intereses creados, no es ético, social ni políticamente. La riqueza (hoy en día) de las naciones o de un pueblo esta en su agua, y lo que vimos en Popayán fue falta de compromiso oficial para educar, prevenir y controlar desmanes y derroche del precioso líquido. Por lo tanto, los entes de control público deberían investigar (de oficio) a los culpables del desgaste del agua, para pasarles –a ellos si-, la factura económica y ecológica por los daños causados.Como ciudadano pido a la Alcaldía, al Concejo Municipal y al Acueducto de Popayán revisar su actuación en este asunto de acuerdo al Régimen Municipal, donde se los faculta a “reglamentar las funciones y la eficiente prestación de los servicios (públicos)”; y en especial el artículo que les ordena dictar “las normas necesarias para el control, la preservación y defensa del patrimonio ecológico y cultural del municipio”.Las autoridades nacionales e internacionales, deberían sancionar de manera ejemplar a las autoridades de Popayán por permitir estos juegos con agua poniendo en riesgo la seguridad ciudadana”.Salvajismo e inculturaJesús Arcos Solano“Con estos términos se pueden denominar los actos vandálicos que con el desperdicio de agua se vieron en algunos sitios de la ciudad de Popayán durante los días 5 y 6 de enero de 2009. Una persona que resida en las inmediaciones de ‘Carantanta’, obligatoriamente debe ‘secuestrarse’ por estos dos días y proveerse de la remesa necesaria para subsistir. Ni se atreva a salir, pues será víctima del vandalismo, del irrespeto sin consideración. El gasto de agua es injustificado. Por causa de estos desmanes, de los que hay muchos testigos, mucha gente de la ciudad, viaja a otros lugares y otras personas que en otras épocas llegaban a pasar los días de Reyes con su familia; ya no lo hacen; hay razones evidentes que justifican la determinación. Yo fui de los que abandonó la ciudad y al venir de Cali, puedo como testigo presencial manifestar lo que miré desde el vehículo que me transportaba: cuando en la entrada al barrio ‘La Paz’ había grupos de niños, jóvenes, adultos, hombres y mujeres que se enfrentaban en batallas campales (como bien lo calificó este diario) con agua, con bombas, mangueras y vasijas de todo tipo. Esto era el caos. Acepto que el juego se realice entre quienes están metidos en él. Si ellos consideran que esa es su manera de gozar con sus vecinos y amigos; bienvenida sea esa ‘mojada fraternal’. Pero que los salvajes, que bajo los efectos del alcohol y quién sabe de qué otras porquerías, traten de abrir las puertas de los vehículos al paso de Carantanta, me parece el colmo de la incultura y del irrespeto. Si el vehículo no trae la puerta asegurada; sin duda los pasajeros, son bañados, saturados de carioca, harina y no se de qué otros menjurjes. Creo que a ningún ser racional, jamás se le pueda ocurrir semejante atrocidad. Porque supongo que estos “desquiciados” no abrían la puerta de los carros para darle la bienvenida a los pasajeros y ofrecerles un tinto. ¿Qué tal que un pasajero sea un convaleciente, que llega al reposo de su hogar y tenga este recibimiento? ¿Cuál sería la reacción de sus acompañantes? ¿Será que llegan al colmo de la tolerancia y se dejan hacer y deshacer? ¿O será que esto, puede degenerar en una tragedia de incalculables consecuencias? A este mal hay que ponerle freno para evitar infortunados desenlaces. Si a esto, algunos lo llaman ‘cultura tradicional’ vamos hacia el inevitable caos. Ojalá que estos desmanes no se sigan sucediendo y vuelva a imperar en Popayán su tradicional cultura, su respeto ancestral y que se imponga la cordura y las buenas maneras que siempre han sido norma de la conducta de sus moradores.La gente buena de Popayán, que es la gran mayoría, no debe dejar que unos cuantos ‘desadaptados’ dañen la ciudad, que es tan grata y acogedora. Bien dijo Martin Luther King: “Ya no me horrorizan los actos malos de la gente mala; pero si me horroriza la indiferencia de la gente buena”.Dato curiosoEl juego del agua tiene origen en el Ecuador donde los carnavales de algunos sectores sociales se hacen jugando con el vital líquido. Esta costumbre pasó a Nariño y después al Cauca.

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