lunes, enero 12, 2009

La administración municipal

FOTO: Carlos Cañar Sarria( Alcaldia Mpal. Popayán)


CARLOS E. CAÑAR SARRIA
carlosecanar@hotmail.com


“Estoy satisfecho por lo que hemos hecho hasta el momento”, fue una de las declaraciones hechas a finales del año pasado por Alcalde de Popayán, médico Ramiro Antonio Navia en entrevista con este periódico. Su balance del primer año de gestión administrativa se basó en exponer el cumplimiento del pago de la ley 550, anunciar retos para el presente año de buscar mecanismos de financiación que permitan la reparación de la malla vial, avances en materia de educación, cultura, deporte, dificultades en seguridad y en salud pero nada en concreto. Preocupa su frase con la que iniciamos el artículo. En lugar de manifestar sentirse satisfecho el alcalde, debió decir que se encontraba muy preocupado.

Muy preocupado debe estar ante la inconformidad y las críticas que le llueven de todas partes y que le reclaman permanentemente que le cambie la cara a esta ciudad que nada tiene de atractiva. Convertida en un caos, en centro de cráteres y accidentes, en basureo público, tráfico vehicular en ‘vaca loca’. Hay histeria colectiva, escombros, mala señalización de las vías, reductores de velocidad (‘policías acostados’) en lugares indebidos, falta de iluminación, semáforos inservibles o mal sincronizados y otros en lugares innecesarios; dudas sobre si los señores del transporte público están o no cumpliendo con un pico y placa por cierto desigual frente a los vehículos particulares; inseguridad generalizada, ruido estridente, incultura ciudadana, cabinas de cajeros automáticos en el centro histórico utilizadas de sanitarios. A esto hay que añadir el problema social comprometido con el desempleo, el comercio informal y violaciones al espacio público, la falta de vivienda, de sitios de recreación y deporte, no contar con una ciclo vía segura y decente, inconformidad con las altas tarifas de los servicios públicos, las secuelas de las pirámides, etc.
Las quejas de la ciudadanía, de la opinión pública y de los columnistas de prensa reflejan la falta de legitimidad de la administración municipal. Que renuncie el alcalde dicen unos, que revocatoria del mandato dicen otros, que la ciudad no tiene dolientes, que aquí no hay alcalde, que es necesario menos política y más administración, que zapatero a tus zapatos, que le falta liderazgo, que no se sabe rodear, que se equivocó Silva Riviere, etc.
En un medio radial, escuchamos al Gerente de Emtel, Federico Lehmann, quejarse de la competencia de una empresa foránea que se instaló en la ciudad de manera abusiva. Ello demuestra la falta de autoridad de la administración municipal que lo permitió. De otro lado, el señor Guillermo Ospina, Gerente de la Empresa Acueducto y Alcantarillado de Popayán debe ser claro en responder nuestra inconformidad sobre el alza de las tarifas y no recurrir a ambigüedades porque con ello demuestra deficiencias en la lectura y análisis, además de la escasez de hermenéutica jurídica con respecto a la Ley 142 de 1994.
Es posible que al primer año de gestión municipal haya sido de diagnóstico y de apertura de caminos y posibilidades en cuanto a su propuesta de “Bienestar para todos”. Todos debemos acompañar al Alcalde en este propósito. Seguramente vendrán ajustes y tiempos mejores. En realidad es un buen tipo. Serio, juicioso, culto, sencillo, respetuoso de la crítica, tolerante, se expresa bien, posee buenas iniciativas para la ciudad que deseamos y esperamos que cristalice
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