Nos seguimos engañando |
Escrito por Ismenia Ardila Díaz | |
Monday, 28 de July de 2008 Editorial EL LIBERAL | |
Volvemos con el tema de la movilidad urbana, que se tomó la agenda ciudadana y debe seguir siendo así. “No hay de otra”, como se dice popularmente. Tal vez estén causando molestia a algunos conductores la restricciones del ‘pico y placa’ en Popayán, pero no queda opción. Además, como ventaja para los involucrados, por estos días se adelanta una labor pedagógica, mientras se adquiere el hábito y a partir del primero de agosto, llegarán las multas. En muchos lugares se comenta, sin embargo, que no se nota el cambio con la medida y todo parece indicar que tienen la razón. El caos de algunos sectores aún no desaparece. Nuestra sociedad está acostumbrada -infortunadamente- a hacerle el 'quite' a las normas de diversas formas, y a veces se pretende posar que no somos responsables de ningún tema como comunidad. Por eso hay que insistir necesariamente en que se incluya el transporte público, como en reiteradas oportunidades lo hemos manifestado y de paso que se promuevan sanos cambios en el comportamiento ciudadano. De lo contrario, esto seguirá igual, acentuándose de paso, los privilegios de unos frente a otros y de paso también las causales del desorden del tránsito y la contaminación urbana. Es curioso, por ejemplo, que nos gusta copiar lo que se hace en otras latitudes –válido por cierto- y no nos parezca sano caminar cortos trechos, con la doble ganancia para nuestro organismo. En los Estados Unidos, se están implementando medidas para contrarrestar los altos precios del petróleo y de paso ayudar a bajar los índices de obesidad, casi que obligando a los ciudadanos a hacer trayectos a pie. Y eso lo hace la Nación más desarrollada del mundo. Contrario a ello, en Popayán somos perezosos y las autoridades siguen patrocinándolo. Pretendemos que prácticamente nos lleven en andas a nuestro destino; por eso no ha sido fácil concretar acuerdos en temas como peatonalización, reorganización de rutas y cambio de hábitos ciudadanos. Seguimos pensando y ayudando a que esto sea así, cuando timbramos o sacamos la mano sin ningún orden y en cualquier lugar, para que nos deje o aborde el transporte público, con la seguridad de que lo harán. Y así hay una gran sucesión de comportamientos, que pueden hacer creer a algunos integrantes de la sociedad que son los más 'vivos', porque hacen todo lo posible por 'trampear' o sobreponerse frente al orden o las reglas establecidas. Qué ilusos somos. Así estamos colaborando al desorden y poniendo en riesgo nuestras propias vidas mientras seguimos creyendo que el problema está en manos del otro. Aquí seguimos poniendo todos. direccion@elliberal.com.co |