Por Leopoldo de Quevedo y Monroy
Colombiano
Las voces del Universo pareciera que se han callado en señal de luto luego de la muerte de Luciano Pavarotti. Esa clase de pérdida de entre los vivos es casi irreparable. Que un lucero en el Cosmos se apague sería una catástrofe. Especialmente si es el de la mañana o el que guía a los marineros en su travesía por entre los azules y un horizonte borrascoso. En el mundo de la música clásica, Pavarotti fue una lumbrera que rayaba en lo mítico, comparable con el gran Caruso. Esas gargantas, esos do de pecho, ese canto, esas arias, para quienes las oímos en directo, fue como asistir a un concierto en compañía de Virgilio o Dante o Wagner para oír las Walkirias, a los arcángeles en coro o a la Piaf en su cenit.
Ni la presencia de Carreras y de Plácido Domingo podrá sustituir la ausencia del más grande en los escenarios con pañuelo blanco y lirismo no empañado con sudor. Su fuerza dramática, su dominio de multitudes con su gesto en el paso y la sonrisa, jamás serán igualadas, como ni el poniente es el mismo en un millón de atardeceres. Oímos en los discos viejos a Lanza o a Gigli o Björling cantar Una furtiva lagrima. Mas la maestría, la majestad, la emoción del rostro de Luciano y el sentimiento que sembraba en el pecho de los que gozaban de su voz, eran indescriptibles.
Ya casi hace un año se fue de las plazas, estadios y teatros la figura extática de Pavarotti. La rapidez de sus movimientos, la elegancia y porte con que lucía, el raro ambiente que creaba en derredor eran parte del espectáculo. Su voz, siempre en lo más alto del pentagrama, la nitidez de las notas de cada movimiento, el compás a la velocidad que pedían el metrónomo y la partitura, la disciplina y respeto con que preparaba sus conciertos. Nada en él fue producto de la improvisación ni de la suerte. Fue un profesional y un maestro hasta la muerte.
Hijo de un panadero aficionado al bel canto, fue el tenor lírico más solicitado durante casi diez lustros. La historia lo registra como el artista que recibió la ovación de una hora y siete minutos que se le tributó en la Opera de Berlín en 1988. Hizo popular la ópera clásica al lado de Carreras y Domingo. Su carrera se inició a los 26 años en el coro de su natal Módena junto a su padre, en 1961, en la representación La Bohème en Reggio Calabria. Antes había sido profesor de primaria y vendedor de seguros. En 1963 tuvo su gran oportunidad gracias a otra figura central de la ópera italiana, Giuseppe di Stefano, a quien tuvo que sustituir en una presentación de La Bohème en el Covent Garden de Londres.* Desde que en la Fille du regiment su do agudo repetido por nueve veces hizo temblar los telones del Metropolitan Opera House de Nueva York en 1968, sus presentaciones y su fama no cesaron. La envidiosa muerte cegó sus ojos y calló su voz hace más de once meses.
¿Acaso el limeño Juan Diego Flórez, de 35 años, a quien el divo propuso como heredero de su voz y el timbre alto, ha continuado la senda que transitaba Pavarotti? “Interpreta el bel canto con virtuosismo, técnica depurada y superdotados recursos vocales este tenor lírico ligero que viaja con total naturalidad por la franja de los agudos", son palabras del cronista español César López Rosell después de un recital en el Gran Teatro Liceu de Barcelona. ¿Acaso será Paul Potts quien deslumbró al mundo en menos de tres minutos en un concurso en Inglaterra? “Sólo bastaron unas notas afinadas del Nessun dorma para que el público enmudeciera, y para que momentos después, el galés pusiera los vellos de punta a todo el auditorio”**
Al mundo le hace falta el reemplazo de sus dioses. Hace falta que en la agenda haya siquiera una fecha cierta que anuncie que un Gran Divo abrirá su boca y podamos revivir a Donizzetti, a Verdi, a Rossini, a Tuccini. Nadie duerme, estamos en silencio esperando que la ópera comience y que escuchemos al tenor que siga mandando en el escenario del do supremo.
25-07-08 6:03 p.m.
*http://es.noticias.yahoo.com/ep0/20070913/tso-luciano-pavarotti-9b37dc8.html
** De patito feo a tenor. lavozdigital.es
http://www.youtube.com/watch?v=uejvKq6JEG4&NR=1
http://www.youtube.com/watch?v=2uYrmYXsujI
Las voces del Universo pareciera que se han callado en señal de luto luego de la muerte de Luciano Pavarotti. Esa clase de pérdida de entre los vivos es casi irreparable. Que un lucero en el Cosmos se apague sería una catástrofe. Especialmente si es el de la mañana o el que guía a los marineros en su travesía por entre los azules y un horizonte borrascoso. En el mundo de la música clásica, Pavarotti fue una lumbrera que rayaba en lo mítico, comparable con el gran Caruso. Esas gargantas, esos do de pecho, ese canto, esas arias, para quienes las oímos en directo, fue como asistir a un concierto en compañía de Virgilio o Dante o Wagner para oír las Walkirias, a los arcángeles en coro o a la Piaf en su cenit.
Ni la presencia de Carreras y de Plácido Domingo podrá sustituir la ausencia del más grande en los escenarios con pañuelo blanco y lirismo no empañado con sudor. Su fuerza dramática, su dominio de multitudes con su gesto en el paso y la sonrisa, jamás serán igualadas, como ni el poniente es el mismo en un millón de atardeceres. Oímos en los discos viejos a Lanza o a Gigli o Björling cantar Una furtiva lagrima. Mas la maestría, la majestad, la emoción del rostro de Luciano y el sentimiento que sembraba en el pecho de los que gozaban de su voz, eran indescriptibles.
Ya casi hace un año se fue de las plazas, estadios y teatros la figura extática de Pavarotti. La rapidez de sus movimientos, la elegancia y porte con que lucía, el raro ambiente que creaba en derredor eran parte del espectáculo. Su voz, siempre en lo más alto del pentagrama, la nitidez de las notas de cada movimiento, el compás a la velocidad que pedían el metrónomo y la partitura, la disciplina y respeto con que preparaba sus conciertos. Nada en él fue producto de la improvisación ni de la suerte. Fue un profesional y un maestro hasta la muerte.
Hijo de un panadero aficionado al bel canto, fue el tenor lírico más solicitado durante casi diez lustros. La historia lo registra como el artista que recibió la ovación de una hora y siete minutos que se le tributó en la Opera de Berlín en 1988. Hizo popular la ópera clásica al lado de Carreras y Domingo. Su carrera se inició a los 26 años en el coro de su natal Módena junto a su padre, en 1961, en la representación La Bohème en Reggio Calabria. Antes había sido profesor de primaria y vendedor de seguros. En 1963 tuvo su gran oportunidad gracias a otra figura central de la ópera italiana, Giuseppe di Stefano, a quien tuvo que sustituir en una presentación de La Bohème en el Covent Garden de Londres.* Desde que en la Fille du regiment su do agudo repetido por nueve veces hizo temblar los telones del Metropolitan Opera House de Nueva York en 1968, sus presentaciones y su fama no cesaron. La envidiosa muerte cegó sus ojos y calló su voz hace más de once meses.
¿Acaso el limeño Juan Diego Flórez, de 35 años, a quien el divo propuso como heredero de su voz y el timbre alto, ha continuado la senda que transitaba Pavarotti? “Interpreta el bel canto con virtuosismo, técnica depurada y superdotados recursos vocales este tenor lírico ligero que viaja con total naturalidad por la franja de los agudos", son palabras del cronista español César López Rosell después de un recital en el Gran Teatro Liceu de Barcelona. ¿Acaso será Paul Potts quien deslumbró al mundo en menos de tres minutos en un concurso en Inglaterra? “Sólo bastaron unas notas afinadas del Nessun dorma para que el público enmudeciera, y para que momentos después, el galés pusiera los vellos de punta a todo el auditorio”**
Al mundo le hace falta el reemplazo de sus dioses. Hace falta que en la agenda haya siquiera una fecha cierta que anuncie que un Gran Divo abrirá su boca y podamos revivir a Donizzetti, a Verdi, a Rossini, a Tuccini. Nadie duerme, estamos en silencio esperando que la ópera comience y que escuchemos al tenor que siga mandando en el escenario del do supremo.
25-07-08 6:03 p.m.
*http://es.noticias.yahoo.com/ep0/20070913/tso-luciano-pavarotti-9b37dc8.html
** De patito feo a tenor. lavozdigital.es
http://www.youtube.com/watch?v=uejvKq6JEG4&NR=1
http://www.youtube.com/watch?v=2uYrmYXsujI