Alegría, tristeza, esperanza, indignación, desconsuelo son entre otros, los sentimientos encontrados y las reacciones que embargan con motivo de la reciente liberación de los ex congresistas Gloria Polanco, Orlando Beltrán Cuellar, Jorge Gèchen Turbay y Luís Eladio Pèrez. El país emocionado se enteró por los medios de comunicación de los pormenores de la entrega unilateral de las Farc de los cuatro cautivos que lograron conseguir la libertad como resultado de las gestiones del presidente venezolano Hugo Chávez y de la senadora Piedad Córdoba, quienes se vienen convirtiendo en un símbolo de esperanza para cientos de secuestrados y sus familias que padecen los dramas y tragedias del abominable delito del secuestro. Producen indignación y escalofrío los relatos sobre las condiciones inhumanas en que son sometidas las personas secuestradas, subsumidas en la profundidad de las selvas. En cambuches, durmiendo en el suelo sobre un plástico peor que animales, a veces en la intemperie, algunas atadas con cadenas, amarradas a los árboles, enfermas. Con el cuerpo y alma lacerados ante la indolencia de los secuestradores y la indiferencia de la sociedad. Muertos en vida como lo anotó Gloria Polanco.
Espeluznantes la situación y las condiciones en que sobrevive Ingrid Betancourt. Altiva y valerosa, Ingrid prácticamente tiene las horas contadas, tanto que el presidente francés Sarcozy se ha ofrecido a venir por ella personalmente a las selvas colombianas. Seis años de secuestro han diezmado física y emocionalmente a la ex candidata presidencial. Apartes de la carta que el esposo de Ingrid recibió en noviembre pasado constata lo referido: "No tengo ganas de nada y creo que esto último es lo único que está bien: no tener ganas de nada". Y agrega: "Siento que la vida de mis niños está en stand by, esperando a que yo salga y su sufrimiento diario hace que la muerte me parezca una opción dulce".
La indignación comprensible del ex congresista liberado Luís Eladio Pèrez, quien se queja del olvido gubernamental, de la inhumanidad de José Obdulio que dice que el Gobierno no tiene secuestrados, por la negativa de una pronta consecución de un acuerdo humanitario produce eco en los corazones de los colombianos de bien para hacer lo imposible para devolverles la libertad a los demás secuestrados, tal como se pronunció Sarcozy. Los recién liberados han manifestado su disponibilidad para atender la convocatoria a marchar el próximo 6 de marzo contra todas las formas de violencia. Al respecto, Antanas Mockus, invita a marchar por las víctimas del desplazamiento, las masacres, las desapariciones, los falsos positivos, las minas antipersona, la intolerancia ideológica y el secuestro.
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