semana santa Popayán, colegio Mayor del Cauca
POR: Fabio Arévalo Rosero MD*
Hace 10 o 15 años era fácil señalar a las grandes industrias como responsables de las emisiones de CO2; pero esto ha cambiado. Es de reconocer que muchas empresas como siderúrgicas, eléctricas y demás industrias pesadas en la mayoría de los casos han mejorado sus sistemas productivos. Lo han hecho más por razones económicas y por imposiciones legales que por conciencia medio-ambiental.
Pero las emanaciones de CO2 siguen hoy en aumento por cuenta de los vehículos de motor; principales responsables de acelerar el calentamiento global, y la gran mayoría son privados, casi unipersonales. En países latinoamericanos como Colombia el beneficio del auto particular en el mejor de los casos no va más allá del 15% de la población. Es inaudito que esa exigua minoría tenga semejantes prerrogativas a costa de poner en riesgo la seguridad y la vida del planeta. Es ineludible la intervención persuasiva y coercitiva para la racionalización del uso del carro particular.
Pero también todos los demás tenemos una cuota de responsabilidad. Un porcentaje de CO2 y demás gases invernadero llegan como producto de nuestras malas prácticas que obligan a combustiones y costos energéticos innecesarios. Solo como una muestra cotidiana, consideremos que favorecemos el cambio climático cuando:
Compramos fruta no de temporada.
Usamos vehículos de gran cilindraje (camionetas, camperos, etc.) cuando bastaría uno pequeño o cuando a lo mejor realmente no hace falta tener carro.
Vestimos a la moda en vez de vestir al gusto.
Creemos valer más por lo que tenemos, más no por lo que somos.
Usamos demasiados empaques y materiales desechables.
Nos creemos la publicidad de la televisión.
Hacemos fogatas y hogueras; quemamos llantas, papeles y desechos de manera inútil.
Nos aislamos de la ciudad con el cuento de la tranquilidad y el gusto por la 'naturaleza'. Tenemos que ir en carro hasta para comprar el pan, complicándonos la vida.
No cerramos el grifo mientras nos enjabonamos, nos lavamos los dientes o nos afeitamos.
Usamos electrodomésticos eléctricos, pudiendo ser de gas.
Comemos productos congelados en vez de frescos.
Dejamos el cargador del teléfono móvil enchufado toda la noche.
Usamos la lavadora sin llenar y en programas en caliente y con prelavado.
Utilizamos pilas desechables en vez de recargables.
Dejamos encendidos electrodomésticos por pura rutina, aunque no los estemos utilizando (televisión, radio, computador, pilotos de stand by, etc.)
Usamos el carro en distancias que se pueden hacer andando o en bicicleta.
Creemos que el estado del bienestar es tener una TV de plasma pero carecer de aire limpio, sitios para pasear, agua sin sabor a cloro, calles sin ruido...sin tráfico… (??).
Como podemos verlo el cambio climático está aquí y somos todos. Usted, y yo, por supuesto. En nuestras manos también está evitarlo....
fabio121@gmail.com
*Consultor Ecoplan International, París (Fr)
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