viernes, marzo 28, 2008

La movilidad como proyecto humano


por: Fabio Arèvalo Rosero MD*



"El espacio pùblico es tan importante que no se puede dejar solo en manos de ingenieros y arquitectos" fue una lección de Antanas Mockus, haciendo referencia al compromiso integral, de corte pedagógico y humano que se debe tener en cuenta en el desarrollo urbano. Entre ellos estaba la integración de personas y vehículos en calles y calzadas.

Las secretarías o direcciones de trànsito y transporte como fueron concebidas en el Siglo XX, parece ya cumplieron su ciclo. Tuvieron una primordial funciòn en la administración del tràfico automotor y su poderoso parque. Este modelo sesgado ha contribuido en buena parte a la derrota que en temas de organización urbana han padecido las principales ciudades del país.
El colapso del espacio pùblico es evidente con una cuota de desorden, indisciplina y anarquìa lo cual indirectamente ha generado hechos de violencia urbana y pobreza, entre ellos un alto índice de accidentalidad. En algunas ciudades como Bogotà se han alcanzado logros sustanciales con un proceso pedagógico de cultura ciudadana basada en el respeto y la tolerancia.

Los vehículos de motor (la gran mayorìa son particulares) contribuyen con màs del 60% de la emisiòn del CO2 principal responsable del efecto invernadero. Por cuenta del mismo la tierra padece un recalentamiento global, que de avanzar a este ritmo la catàstrofe que se avecina es lo màs parecido a un cataclismo. Hoy ya se habla de movilidad con seriedad, concepto que no puede hacer referencia solo a vehículos de motor. El centro de atención es la persona, en quien deben enfocarse los mejores esfuerzos, particularmente para controlar el uso irracional del carro con el objeto de intervenir en la colosal contaminación ambiental.

La movilidad en su concepción moderna y humana tiene al menos cinco grandes desafìos:
Facilitar el desplazamiento y transporte de las personas en el contexto urbano.
Promover un entorno armónico para el disfrute ciudadano del espacio pùblico.
Proveer las condiciones racionales para un sistema multimodal de transporte.
Estimular una mayor dinámica humana a través de un diseño urbano anatómico.
Optimizar las condiciones de seguridad y acompañamiento para proteger la vida de los ciudadanos en toda circunstancia o situación en las vías públicas.

Si nos atenemos a los objetivos legìtimos de la movilidad urbana, la prioridad son las estrategias de educación y conciencia ciudadana en una sociedad con aporte colectivo. Todo está controlado por personas, incluyendo los carros. Para que los sistemas de movilidad urbana mejoren y no atenten contra el ambiente se deben generar acciones pedagógicas, persuasivas y argumentadas para que los ciudadanos asumamos nuestra cuota de responsabilidad. Pero el estado debe tener un enfoque distinto de los programas de movilidad, no bajo la premisa del control y organización de autos, se trata de mejorar las condiciones de convivencia en el entorno urbano bajo acuerdos de regulaciòn y autoregulación. La movilidad es con personas y el corazón es el peatón.

far121@hotmail.com *Consultor Ecoplan International, Protocolo de Kyoto

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