Nada más cierto
A Luis Carlos Pérez
In memoriam
Nada más cierto
que tu ausencia
y este incansable viento.
Revestido de sombras
el color de los días
se recoge en silencios
los tuyos y los míos
y toco tu pensamiento.
A veces se me quiebra
el mundo entre las manos
y oigo un clamor que se perfila en tu frente.
"¿Dónde caen las horas
sin el terror nocturno?"
La pregunta se pierde
y los goznes dolidos
de la puerta entreabierta
son pasos misteriosos
de este implacable viento.
Febrero 24/2004
2004
Con voz de fatiga
golpea la puerta.
Como si nunca se hubiera abierto.
Los sonidos se repiten multiformes
opacos y sombríos.
La cortina cae y el número y la luz
se despiertan y el infinito se da
en una rosa blanca que
amanece temblando.
¡Es tan pequeño el mundo!
"descolgado el corazón"
siguió llamando mas
todo confundido.
Creyó que el arrebol tardío
era el sol de mediodía
y la imprecisa claridad
la pupila de un dios
¡Que se recreaba en la lubricidad
de las estrellas!
Las corrientes humanas
plegadas o en desborde soportan
un aire soterrado que estropea
que fuera pasión o ardiente vuelo.
Se humedecen los ojos, los reflejos
se hunden y el pensamiento
va más lejos.
Llueven las sombras
con la velocidad
un río el mismo río que se levanta
limpia la encrucijada que se gasta
y que a veces nos duele en juego
con la herida.
Enero 16/2004
Multitudes
No por sonoro este brazo de mar
es más profundo. Sus violentas
espumas derretidas al sol
son el paso primario
de los vientos alisios
en cuyos nudos se enreda
el oro de los sueños, el amor,
la desnudez y la esperanza
de un nuevo amanecer.
Nada detiene este andar
de animal recién venido
a la invasión que sólo se deshoja
cuando sorprende el rayo.
No hay memoria feliz
para el que ingresa al
poder uniforme
que derriba las alas y marchita
el rosal para quien ama y sueña.
II
Valga la soledad
cuando despunta el alba
o se inclina
para besar la noche.
El mensaje transita y no
es de multitudes
su esencia, su intención, su delirio
sólo por un instante
o por una eternidad.
Febrero 15/2004
Una voz
No era una queja
tampoco la voz del caracol
en su playa desierta.
Ni el paso de la bestia
por un peñasco oscuro.
Era el presagio que florecía
los ecos y la ráfaga azul
de un juego niño.
Era una voz sin fondo
aérea como el canto.
Si volviera a escucharla
entendería mejor el sesgo
de una voz sorprendida
en la noche.
(De La Tierra Oscura)
Hacia la tarde
Al poeta Winston Morales Chavarro
Un desteñido sol
Recorre conmigo las estancias
Que ya no tienen nombre;
Los pasadizos vueltos hacia la tarde
Solos como los nacimientos
Y ausentes como un grito.
Emergen parecidos distantes
Emergen parecidos distantes
Bajo el ardor de las cenizas.
Se conmueven las frondas
Arrebatadas por los vientos
Sin destino como los sueños.
Lastiman los escombros
Lastiman los escombros
De las primaveras enterradas
Y el gemir de los volcanes
En su incandescente agonía.
Y al fondo la esperanza
Medusa desgarrada en busca
De otro mar y otra orilla
Pulsando las arenas
En esta navegación de los olvidos.
PARA CONOCER Y SABER MÁS SOBRE MATILDE ESPINOSA VER: