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En entrevista televisiva, el Ministro de Protección Social, Diego Palacio Betancourt, fuè enfático y contundente en afirmar que el uribismo había surgido para quedarse indefinidamente, para perpetuarse en el poder. Esto se suma a las frecuentes evasivas del presidente Álvaro Uribe ante la opinión pública que le interroga si está pensando o no en la posibilidad de un tercer mandato y en una segunda reelección. Uribe prácticamente no responde ni sí ni no. Así lo dio a entrever a Darío Arismendi en reciente entrevista en Caracol Radio. Uribe enfatizó no ser partidario de la ‘constitucionalitis’, sin descartar la posibilidad de una asamblea constituyente para que “el pueblo diga si a una persona la pueden reelegir o no”.
Ni siquiera el escándalo de la parapolìtica que mantiene cuestionado tanto al régimen como al sistema político, considerado el hecho más grave de la historia reciente del país y que mantiene en la cárcel o investigados a congresistas de casi todos los partidos, incluyendo amigos y familiares del Presidente, parece ausentar al uribismo de su intención de perpetuar en el poder a su líder, a quien consideran insustituible, o en su defecto –si Uribe dice no- que quien pueda remplazarlo sea de las huestes uribistas pero nadie más. Así de sencillo. En otras palabras, aparentemente con los grupúsculos de partidos que hoy existen se pretende conformar un monopartido que valide la posibilidad de perpetuar al uribismo en el poder. Lo cual haría mucho daño a nuestra incipiente democracia donde la alternancia, la disputa partidista, la vigencia de la oposición, el consenso y el disenso son elementos necesarios para hacerla posible.
Mientras el uribismo está pensando insistentemente en la segunda reelección del Presidente, otros están proponiendo -dada la actual crisis polìtica- la posibilidad que Uribe y algunos connotados seguidores renuncien. Por ejemplo, Antanas Mockus lo manifestó categóricamente en El Tiempo: “Si yo fuera Uribe ya habría renunciado”. “Si yo fuera Gina Parody o Martha Lucía Ramírez, dos congresistas en cuya honestidad creo, yo renunciaría”. “Es tiempo de renuncias”.
Por su parte, María Jimena Duzàn, en el mismo periódico, al referirse a otra reelección de Uribe, señaló: “…lo mejor que puede hacer el Presidente es salir públicamente a renunciar a cualquier pretensión en ese sentido y a ordenar el desmonte inmediato del tinglado que viene trabajando en su reelección. Pero algo me dice que eso no lo va a hacer”.
Incertidumbres, conjeturas y muchas expectativas tenemos los colombianos sobre la manera como se solucionará la actual crisis polìtica, el asunto de la ilegalidad e ilegitimidad del Congreso y las aspiraciones reeleccionistas del uribismo.