domingo, junio 29, 2008

El rey de la puntualidad


Fabio Arévalo Rosero MD*


La vida de Héctor Juan Pérez Martínez estuvo llena de tragedias. A pesar de ello fue una celebridad y se convirtió en icono de la música latinoamericana. Antes de morir ya era una leyenda y en una de sus canciones repetía: "Yo soy el cantante muy popular donde quiera, pero cuando el show se acaba yo soy otro humano cualquiera".


Era su sentimiento como artista. Juan es el mismísimo Héctor Lavoe, el cantante de los cantantes. Willie Colón lo describió así en su carta de despedida: "Graduado en la Universidad del Refraneo con altos honores, miembro del gran Círculo de los Soneros, poeta de la calle, maleante honorario…". Se fue hace 15 años pero dejó una herencia musical inestimable. Héctor Pérez nace de una familia humilde en Ponce, Puerto Rico (PR) el 30 septiembre de 1946. A sus 4 años muere su madre. Fue el comienzo de muchos golpes en su vida.


A los 17 años se marcha a Nueva York (NY) a buscar mejor futuro con su talento artístico. Allí conoció a Willie Colón, con quien conformó una banda que alcanzó numerosos logros en un modo desafiante y callejero. Posteriormente consolida su orquesta con la cual impuso un estilo único. Lanzo éxitos como "La Vida es bonita","La fama", "El Todopoderoso", "Triste y vacía", "Mentira" y muchas más.


El inicio de los 80 estuvo marcado de eventos trágicos para Lavoe. La fractura de sus piernas al saltar por la ventana de su apartamento debido a un incendio, fue un hecho que se conjugó con su adicción a las drogas para hacer de él un hombre sumido en la depresión y al borde del abismo. El 26 de junio de 1988, luego de la suspensión de un concierto en Bayamón, (PR), deprimido se lanza al vacío desde el 9o piso del hotel donde se hospedaba. La caída no le produjo la muerte, pero sí parálisis de medio cuerpo.


La depresión en que se hallaba por una vida llena de sobresaltos, el crecer sin su madre, el asesinato de su hermano, la muerte de su padre, el asesinato de su suegra y la muerte de su hijo hicieron que el artista cayera en una sin salida. Su hijo no reconocido José Pérez no tuvo acceso a él. Tenía que pagar las entradas a los conciertos para ver cantar al padre que tanto adoraba.


Héctor Lavoe, pasó los últimos años retirado en NY. Un día lo encontraron tirado en la calle como un indigente y fue hospitalizado. Semanas más tarde muere víctima del VIH el 29 junio 1993.


A tres lustros de su partida los homenajes a la leyenda no paran. El rey de la puntualidad como irónicamente lo tildó Johnny Pacheco, decía "No es que yo llegue tarde es que Uds. llegan temprano". Eso le pasó con la muerte, le llegó temprano a los 46 años. "Todo tiene su final nada dura para siempre…"


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-- Fabio Arévalo Rosero MD

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