lunes, diciembre 29, 2008

Sueños para el 2009


FABIO ARÉVALO ROSERO MD
En realidad el cambio de un año a otro es algo mecánico y simbólico. Es un simple acuerdo de lo seres humanos para tener una motivación para realizar celebraciones, pero todo es figurado incluyendo el nacimiento de Cristo. Las fechas escogidas son aleatorias, pero se busca mantener ilusiones en la gente y referentes para evitar la abulia y darle sentido al transcurrir diario. En principio las intenciones fueron buenas y muy válidas, pero a las celebraciones se le sumaron otros ingredientes que terminaron atentando contra la vida de las personas. Es por ello que diciembre se ha convertido en el mes de mayor violencia y accidentalidad asociado al consumo excesivo de licor, al uso de pólvora, al empleo desmedido de automotores y otras manifestaciones atípicas. Lo que se busca objetivamente con el cambio de año es demarcar etapas para evaluar nuestro transcurrir en la vida. Hacemos una parada súbita en diciembre generalmente con riesgos. Pero en nuestros países se hace más evidente la realidad social donde campean la miseria y la pobreza en la mayoría de pobladores. Las celebraciones fastuosas y los regalos soñados no están al alcance de la mayoría. La figura de este mundo pasa y al final del año sólo queda la alegría y la satisfacción de haber usado este planeta para haber implantado allí la generosidad, la ternura y el amor, inspirados en los más elevados principios del ser humano. Pasarán por la figura del mundo todos los ganadores coyunturales, todos los triunfos efímeros, todos los capitalismos egoístas, salvajes y neoliberales, todos los falsos éxitos de la vida. Hasta los falsos positivos que puedan alimentar el ego de un gobierno. Lo mismo que el valor del dinero y toda la parafernalia artificiosa. Todo eso pasa. Lo que no pasa es la grandeza del sentido de lo humano. Lo que no pasa es el amor, el haber convertido en servicio a los demás el dinero, los haberes, el servicio de la profesión, el servicio de un medio de comunicación como este para apoyar a la gente. El haber tenido la dicha de compartir y de sentir hermanos a todos los hombres, con la generosidad, la tolerancia y la solidaridad. Esas son nuestras mayores necesidades por estos tiempos y vuelven a ser nuestros sueños para este nuevo año 2009. No olvidemos que en la tarde de nuestra vida nos juzgarán por el amor. Que lo mejor del año que pasa sea lo peor del año que comienza. Nuestros mejores deseos para este año son: 12 meses de prosperidad, 52 semanas de alegría, 365 días de éxito, 8760 horas de salud, 525600 minutos de entusiasmo y 3153600 segundos de amor. Feliz año 2009.

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