miércoles, diciembre 24, 2008

NOCHEBUENA PAYANESA

POR: DANIEL ARTURO VEJARANO V.
Desde tiempos muy remotos se viene cumpliendo en Popayán, la unificadora costumbre de saborear los exquisitos manjares de la Navidad. Al anochecer del día 24 de diciembre, es común en los hogares ver la mesa central del comedor cubierta con fino mantel, blanco, verde o rojo; estampado con vistosos motivos navideños y sobre el mismo, la clásica bandeja de porcelana o el anchuroso plato de cristal tallado, de cuyo leve fondo se yergue a semejanza del perfil marino de un barco velero, la esbelta silueta del "Plato de Nochebuena".Componen su bucólico aderezo, dos formas distintas de harina de trigo: las rubias y torneadas rosquillas cortadas con tijeras y las frágiles y angulosas hojaldras, alzadas como astas y también los dorados y regordetes buñuelos de almidón de yuca.
Armoniosamente repartidas y entrelazadas van las siguientes frutas tropicales, caladas en almíbar: Papaya del Patía, sutiles y ambarinas rebanadas de higuillo, transparentes cascarillas de limones verdes, delgadas rodajas de cidra y coco, rallados; finas tajadas de naranjas agrias (blanca y rosada), brevas color verdemar, durazno puraceño; rojos, brillantes y endulzados ajíes, y además del dulce de leche cortado y del manjarillo de panela, aparece el delicioso e imprescindible manjarblanco; saturado todo, con abundante y cristalino almíbar de diversos sabores.
Este legendario y típico plato payanés aparece de fantasía: la sugestiva variedad de sus colores y matices, el característico sabor de cada uno de sus ingredientes y la disímil fragancia de los frutos silvestres, excitan nuestros sentidos de la vista, el gusto y el olfato, para probar con deleitación, la más rica y apetitosa golosina, como no la hay igual, seguramente, en ningún otro lugar del mundo.

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