por:Horacio Dorado Gómez
horaciodorado@hotmail.com
Hubo cambio en la agitación desordenada y ruidosa que realizaban en Popayán. Evolucionaron: de negritos y blanquitos, desenfreno del 5 y 6, derroche del agua, juergas salvajes; feria de irrespeto a las actuales Fiestas de Pubenza. Cuestión de análisis para quienes deseen ser buenos alcaldes de la ciudad en el próximo cuatrienio. Ya no pueden improvisar con este evento masivo de tradición cultural, que produce verdadero esparcimiento y genera recursos.
Esta celebración tiene su origen en la época colonial y la esclavitud. Desde cuando los amos concedían un día a los negros para que se divirtieran. Día de entretención que contrastaba con la apacible y taciturna Popayán, aprovechando el pueblo, la oportunidad para romper la regla y liberar la energía reprimida. Recordemos que la Provincia de Popayán, también llamada Gobernación, durante la colonización española, fue una enorme entidad administrativa y territorial creada en un principio dentro del Virreinato del Perú, correspondiendo en aquella época a una de las cuatro grandes provincias en las que se dividía el actual territorio colombiano y que iba hasta Quito. Entonces, no cabe duda, las fiestas de negros y blancos principiaron en Popayán, distinto es hayan permitido que otra ciudad se adueñara de ellas.
Una buena festividad, aparte de fomentar diversión y alegría en la comunidad, contribuye a generar empleo, siempre y cuando se planifique con la debida anticipación para que no dar lugar al desorden. Si lo que se quiere es distracción, y no zafarranchos, pues hay que organizar y producir programas orientados a garantizar, entretención con regocijo, asegurar rentabilidad, fuentes de financiamiento y bienestar para todos. Promoviendo el ánimo festivo con cultura y acciones positivas encaminadas a lograr una equitativa participación de mujeres y hombres de todas las edades en las fiestas, produce recursos económicos, colaboración, apoyo ferial para lograr el verdadero éxito.
Popayán, no puede ser la excepción. Otras ciudades con ferias avanzan cada año, posicionan sus eventos, contribuyen a la alegría de la comunidad, generan empleo y convierten sus festividades en integrantes de participación de toda la sociedad. El carnaval de Barranquilla, con la batalla de las flores; Manizales con el reinado internacional del café; Cali con el salsodromo; Pasto con sus carrozas y Bolívar (C) con sus globos guiness record. ¿Y Popayán, qué? Mejoraron las Fiestas de Pubenza, quedaron en un punto muy alto. Aunque aún falta espíritu e identidad payanesa, sobre todo, cultura y respeto. El lunar, una seguidilla de errores y actos barriobajeros de perturbados, destruyeron el parque de 'Carantanta'.
¡Eso es incalificable!
Se requiere una Corporación que produzca, realice y comercialice las diferentes expresiones culturales, sociales, deportivas y artesanales. Iniciando con el concurso del afiche alusivo, que imprima identidad al evento único, popular e incluyente. Apoyar artistas, artesanos, diseñadores, tradiciones populares, venta de graderías, abonos de boletería a los espectáculos masivos; garantizando recursos para la sostenibibilidad de los mismos; producir empleos directos e indirectos; conseguir la aceptación popular hasta convertirse en un aportante valioso de turistas a la ciudad.