Laura Patricia Legarda Burbano
lauraleg3@hotmail.com
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EL LIBERAL
Popayán como todas las ciudades del mundo, es un mapa en la que se encuentra escrita su historia, ya no sólo escrita en los libros, sino en cada uno de sus espacios.
Es en ellos donde observamos como yacen latentes las huellas de cada época y aún a pesar de la constante evolución, puede observarse la esencia de sus generaciones en ella.
En este sentido, desde el punto de vista arquitectónico, el profesional en la materia, Álvaro Montilla, Presidente del Consejo Departamental de Patrimonio, comenta como a través de los espacios, las obras y la arquitectura, una ciudad puede ser observada, leída y comprendida.
Afirma que es entendiendo la forma de habitar los espacios y de construir nuevos, como podemos identificar el amor, el grado de respeto, de apropiación, las ganas de marcar huella de quienes los habitan.
“Hay que pensar en grande, así como lo hicieron las generaciones pasadas y una forma de hacerlo es a través de las obras porque con ellas vamos construyendo patrimonio”.
Dice el profesional, que así como nuestros antepasados marcaron la diferencia y le dieron un estilo único y particular a la ciudad, que aún hoy es motivo de orgullo por su valor en la historia, nosotros debemos hacer lo mismo, porque algún día a través de las obras y de su trascendencia para la dignificación de los habitantes, será posible dejar una huella para las generaciones futuras.
“Vayamos construyendo patrimonio y pensar no sólo en solucionar la carencia de viviendas y de ver sólo su lado utilitarista, sino en crear obras de carácter público grandes y propender por que la gente aprenda a usar y a querer sus espacios públicos, porque es en ellos donde todos somos iguales”, agregó.
“Todo hace parte de una pedagogía para generar apropiación y aprender a vivir en ella, es entender que la ciudad ya no es la misma y que ante todo debe pensar más en el bienestar de sus habitantes, en el peatón, en hacer de sus calles y sitios, lugares donde se pueda transitar, y vivir”, agregó.
“Es así como hoy cuando Popayán cumple 474 años y se ha visto su transitoriedad y paso a la modernidad, es necesario comprender que la ciudad apunta hacia un crecimiento que deber ir acompañado de cultura ciudadana, que además de formar y crear pedagogía, sea una manera para generar apropiación y amor hacia lo que nos pertenece.
La construcción de puentes peatonales en lugares de alta movilidad en la ciudad, les han permitido a los ciudadanos contar con espacios que garantizan su seguridad.
Reconocimientos a su tradición
En el año 2005, Popayán fue designada por la Unesco como la primera ciudad de la gastronomía por su variedad y significado para el patrimonio intangible de los colombianos. Así mismo, el 28 de septiembre de 2009, las Procesiones de Semana Santa de Popayán fueron declaradas por la Unesco como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad.
Con el paso de los años, la ciudad ha visto invadir sus calles con un creciente número de vehículos, generando en ocasiones la percepción de que son más importantes que el mismo peatón. Sin embargo, para mejorar la movilidad, no es necesario, dicen expertos que reflexionan sobre la ciudad, prohibir los carros, sino darles prioridad a los ciudadanos. Un ejemplo de ello y que consideran muy acertado, fue la peatonalización del Parque Caldas.
Historia de su fundación
Popayán fue fundada el 13 de enero de 1537 por Sebastián de Belalcázar y fue una de las ciudades más importantes en épocas de la Colonia siendo considerada hasta la fecha como una de las más tradicionales en el país por su riqueza arquitectónica. A partir de 1983, cuando se produjo el terremoto, la ciudad empezó a crecer en su población, ya que personas provenientes de municipios cercanos y otros departamentos de Colombia, llegaron a ocupar terrenos sobre en todo en la periferia. Hoy es una ciudad que está en constante evolución, pero que requiere de mayor inversión, del fortalecimiento de programas de cultura ciudadana y más apoyo en la ciencia, tecnología y emprendimiento empresarial para la generación de ingresos a las familias, contribuyendo en parte a la disminución del desempleo.
El peatón vs el vehículo
Con el paso de los años, la ciudad ha visto invadir sus calles con un creciente número de vehículos, generando en ocasiones la percepción de que son más importantes que el mismo peatón. Sin embargo, para mejorar la movilidad, no es necesario, dicen expertos que reflexionan sobre la ciudad, prohibir los carros, sino darles prioridad a los ciudadanos. Un ejemplo de ello y que consideran muy acertado, fue la peatonalización del Parque Caldas.
El Centro Comercial Campanario es una mega obra realizada en los últimos años, que ha brindado una nueva experiencia de disfrute de los espacios brindando un valor agregado de comodidad, ambiente agradable y seguridad.
En los últimos años en la ciudad se ha aumentado de manera significativa la construcción de nuevas viviendas y apartamentos, brindando una mejor calidad de vida a los habitantes a través de propuestas novedosas con espacios confortables ideales para habitar en ellas.
La ciudad ha ido evolucionando gracias al empuje y visión de progreso de las nuevas generaciones con visión empresarial que creen que es posible invertir en ella.
Es en ellos donde observamos como yacen latentes las huellas de cada época y aún a pesar de la constante evolución, puede observarse la esencia de sus generaciones en ella.
En este sentido, desde el punto de vista arquitectónico, el profesional en la materia, Álvaro Montilla, Presidente del Consejo Departamental de Patrimonio, comenta como a través de los espacios, las obras y la arquitectura, una ciudad puede ser observada, leída y comprendida.
Afirma que es entendiendo la forma de habitar los espacios y de construir nuevos, como podemos identificar el amor, el grado de respeto, de apropiación, las ganas de marcar huella de quienes los habitan.
“Hay que pensar en grande, así como lo hicieron las generaciones pasadas y una forma de hacerlo es a través de las obras porque con ellas vamos construyendo patrimonio”.
Dice el profesional, que así como nuestros antepasados marcaron la diferencia y le dieron un estilo único y particular a la ciudad, que aún hoy es motivo de orgullo por su valor en la historia, nosotros debemos hacer lo mismo, porque algún día a través de las obras y de su trascendencia para la dignificación de los habitantes, será posible dejar una huella para las generaciones futuras.
“Vayamos construyendo patrimonio y pensar no sólo en solucionar la carencia de viviendas y de ver sólo su lado utilitarista, sino en crear obras de carácter público grandes y propender por que la gente aprenda a usar y a querer sus espacios públicos, porque es en ellos donde todos somos iguales”, agregó.
“Todo hace parte de una pedagogía para generar apropiación y aprender a vivir en ella, es entender que la ciudad ya no es la misma y que ante todo debe pensar más en el bienestar de sus habitantes, en el peatón, en hacer de sus calles y sitios, lugares donde se pueda transitar, y vivir”, agregó.
“Es así como hoy cuando Popayán cumple 474 años y se ha visto su transitoriedad y paso a la modernidad, es necesario comprender que la ciudad apunta hacia un crecimiento que deber ir acompañado de cultura ciudadana, que además de formar y crear pedagogía, sea una manera para generar apropiación y amor hacia lo que nos pertenece.
La construcción de puentes peatonales en lugares de alta movilidad en la ciudad, les han permitido a los ciudadanos contar con espacios que garantizan su seguridad.
Reconocimientos a su tradición
En el año 2005, Popayán fue designada por la Unesco como la primera ciudad de la gastronomía por su variedad y significado para el patrimonio intangible de los colombianos. Así mismo, el 28 de septiembre de 2009, las Procesiones de Semana Santa de Popayán fueron declaradas por la Unesco como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad.
Con el paso de los años, la ciudad ha visto invadir sus calles con un creciente número de vehículos, generando en ocasiones la percepción de que son más importantes que el mismo peatón. Sin embargo, para mejorar la movilidad, no es necesario, dicen expertos que reflexionan sobre la ciudad, prohibir los carros, sino darles prioridad a los ciudadanos. Un ejemplo de ello y que consideran muy acertado, fue la peatonalización del Parque Caldas.
Historia de su fundación
Popayán fue fundada el 13 de enero de 1537 por Sebastián de Belalcázar y fue una de las ciudades más importantes en épocas de la Colonia siendo considerada hasta la fecha como una de las más tradicionales en el país por su riqueza arquitectónica. A partir de 1983, cuando se produjo el terremoto, la ciudad empezó a crecer en su población, ya que personas provenientes de municipios cercanos y otros departamentos de Colombia, llegaron a ocupar terrenos sobre en todo en la periferia. Hoy es una ciudad que está en constante evolución, pero que requiere de mayor inversión, del fortalecimiento de programas de cultura ciudadana y más apoyo en la ciencia, tecnología y emprendimiento empresarial para la generación de ingresos a las familias, contribuyendo en parte a la disminución del desempleo.
El peatón vs el vehículo
Con el paso de los años, la ciudad ha visto invadir sus calles con un creciente número de vehículos, generando en ocasiones la percepción de que son más importantes que el mismo peatón. Sin embargo, para mejorar la movilidad, no es necesario, dicen expertos que reflexionan sobre la ciudad, prohibir los carros, sino darles prioridad a los ciudadanos. Un ejemplo de ello y que consideran muy acertado, fue la peatonalización del Parque Caldas.
El Centro Comercial Campanario es una mega obra realizada en los últimos años, que ha brindado una nueva experiencia de disfrute de los espacios brindando un valor agregado de comodidad, ambiente agradable y seguridad.
En los últimos años en la ciudad se ha aumentado de manera significativa la construcción de nuevas viviendas y apartamentos, brindando una mejor calidad de vida a los habitantes a través de propuestas novedosas con espacios confortables ideales para habitar en ellas.
La ciudad ha ido evolucionando gracias al empuje y visión de progreso de las nuevas generaciones con visión empresarial que creen que es posible invertir en ella.