martes, enero 04, 2011

LOS SACRIFICADOS

POR: Marco Antonio Valencia

Para que la sonrisa de la navidad, fiestas de año nuevo y festejos de carnavales fueran posible, hubo mucha gente que debió sacrificar su bienestar personal. Para que la madre pudiera abrazar a sus hijos que viven lejos, para que los nietos volvieran a la finca de los abuelos. Para que la familia se pudiera reunir de nuevo alrededor de una cena, un baile o un familiar enfermo; hubo mucha, pero mucha gente que debió trabajar sin descanso dejando de lado sus ganas particulares de estar de vacaciones, celebrar o visitar a sus familias.

En nombre de todos los colombianos los felicitamos a todos ellos, pero especialmente a los miles de soldados de la patria, que por su sacrificio y abnegación lograron darnos seguridad. A los miles de agentes de policía que estuvieron pendientes como ángeles de la guarda para que muchos colombianos tuviéramos una navidad y un comienzo de año fuera de los peligros que siempre nos amenazan. Gracias al ejército y la policía nacional, hoy mucha gente podemos contar el cuento, estamos vivos, pudimos viajar, celebrar, encontrarnos con nuestra familia, renovar energías, descansar, tener vacaciones.

Sin la policía y el ejército trabajando por todos y cada uno de los colombianos, otro sería el destino de mucha gente. Gracias a ellos tuvimos menos accidentes de tránsito, menos niños quemados con pólvora, más gente libre de secuestros, asesinatos y robos. Policías y soldados han demostrado con su sacrificio que son hombres de acero, que tienen palabra de hombres, porque con su actitud y sacrificio han logrado honrar sus juramentos de proteger la vida y bienes de todos los colombianos.

El tiempo que ellos le han robado a sus amores, a su familia, a sus sentimientos, a sus propios destinos, no tiene compensación. Tiempo que se va no vuelve dice un dicho popular, pero la gratitud de todo una nación hacia ellos, es una energía positiva que se les envía y les debe llenar de bendiciones. Nuestro agradecimiento es una oración inmensa que por la ley de la vida se les debe multiplicar, porque nos nace del corazón.
Además de los miembros de las fuerzas armadas, la policía y la gente que trabaja en las empresas de seguridad, tenemos a toda esa gran familia del sector salud. Ellos también pusieron su cuota de sacrificio: médicos, enfermeras, auxiliares, bacteriólogos, paramédicos, choferes de ambulancias, etc., estuvieron día y noche en hospitales y clínicas salvando vidas. Gracias a todos.

Los comerciantes, otros sacrificados. Gracias a ellos, que trabajaron todos los días de fiesta hasta largas horas de la noche mucha gente pudo tener una buena cena, un regalo, un vestido, un detalle para compartir en familia. Que sus ganancias se multipliquen y la prosperidad sea su recompensa.

En fin, hay mucha gente por agradecer. Con esta columna de prensa, hago un llamado para que cada persona agradezca a las gentes que le permitieron vivir o sobrevivir mejor estas fiestas: a cocineros, empleados, choferes, escoltas, empresas de servicios públicos y privados que con su trabajo y sacrificio nos dieron la posibilidad de ser un poco más felices, en una época que por lo general es muy estresante y está llena de peligros. A todos ellos, que Dios los guarde.

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