Por: Editorial -
EL LIBERAL - POPAYAN
Terminaron las extensas y extenuantes fiestas de Pubenza, un evento que conecta los festivos finales de año con el comienzo de otro, convirtirtiéndose en disculpa para desacelerar toda una ciudad metiéndola en el jolgorio y la algarabía propios de este tipo de certámenes.
Y como todo final es tiempo de balances, que en este caso, pasan por algunas cosas buenas y otras, muy comentadas ya al final, que dejan mucho que desear.
Es para destacar la nómina de artistas que se contrataron para estos festejos. El Grupo Niche, Guayacán Orquesta, Maelo Ruiz, El Binomo de Oro, Lizandro Mesa y Willie Colón que cerró de forma espectacular el tablado del domingo. Igualmente fue destacable el comportamiento de los asistentes a los tablados populares, excepción del domingo anterior donce se presentaron discusiones y riñas que fueron contraladas por las autoridades, aunque se reportaron algunos heridos. A propósito, sería bueno que para ese tipo de ventos masivos se reglamente la prohibición para el ingreso de niños menores de cinco años. Algunos en medio de tanta gente se le sueltan del brazo a sus padres y terminan perdidos. además ¿qué pasaría si se presentara alguna emergencia en medio de tanta gente? serían los niños las primeras víctimas de una posible avalancha de gente.
EL LIBERAL - POPAYAN
Terminaron las extensas y extenuantes fiestas de Pubenza, un evento que conecta los festivos finales de año con el comienzo de otro, convirtirtiéndose en disculpa para desacelerar toda una ciudad metiéndola en el jolgorio y la algarabía propios de este tipo de certámenes.
Y como todo final es tiempo de balances, que en este caso, pasan por algunas cosas buenas y otras, muy comentadas ya al final, que dejan mucho que desear.
Es para destacar la nómina de artistas que se contrataron para estos festejos. El Grupo Niche, Guayacán Orquesta, Maelo Ruiz, El Binomo de Oro, Lizandro Mesa y Willie Colón que cerró de forma espectacular el tablado del domingo. Igualmente fue destacable el comportamiento de los asistentes a los tablados populares, excepción del domingo anterior donce se presentaron discusiones y riñas que fueron contraladas por las autoridades, aunque se reportaron algunos heridos. A propósito, sería bueno que para ese tipo de ventos masivos se reglamente la prohibición para el ingreso de niños menores de cinco años. Algunos en medio de tanta gente se le sueltan del brazo a sus padres y terminan perdidos. además ¿qué pasaría si se presentara alguna emergencia en medio de tanta gente? serían los niños las primeras víctimas de una posible avalancha de gente.
Muy bueno también fueron la alegría y el ambiente de carnaval que se vivió durante el recorrido del Desfile de Carrozas y Comparsas. Eso sí, muy criticable el desorden que reinó al comienzo del evento, primero por un notable retraso y luego por el comportamiento de muy pocos que se dedicaron no a jugar sino a agredir con talcos y carioca a quien se le atravesara.
Ese mismo comportamiento negativo hizo parte de las falencias el 5 y 6 cuando una horda de desadaptados, entre los que habían muchos menroes de edad, literalmente arrasaron con el alegre y verde parque de Carantanta, convirtirtiéndolo en menos de 24 horas, en un muladar sucio y sin vida. Sabemos que esta no fue una convocatoria de la Administración Municipal, pero quedó en evidencia la falta de autoridad tanto de la Policía como de la Alcaldía para poder contrarrestar este tipo acciones que rayan en lo delincuencial. Ojalá el año venidero se tenga en cuenta este 'lunar' para poder evitarlo a tiempo.
También hay preocupación de parte de algunos sectores por el imperante desorden de la Cabalgata por cuenta de quienes no salen a jugar si no a atacar al prójimo escudado en la carioca, el talco y la pintura. Es claro que en este tipo de eventos se debe prohibir totalmente el uso de la carioca y el talco, especialmente para que no sean lanzados a los jinetes y los caballos, los cuales al final fueron los que llevaron la peor parte durante a lo largo del extenso trayecto en el que fueron víctima de espesas nubes de productos que no paraban de caerles.
Se conoció también algunas denuncias de maltrato equino que incluso al parecer, dejaron un caballo muerto y de algunos abusos por parte de jinetes que dejaron espectadores golpeados y lesionados.
Se espera igualmente que en las próximas ediciones de las Fiestas de Pubenza los niños tengan más espacios lúdicos propios para este sector de la sociedad. En la edición que terminó, solo hubo para ellos, la cabalgata infantil y algunos espacios en Comunarte.
Se espera entonces que todas estas criticas constructivas se tengan en cuenta por quienes se encargarán de organizar las fiestas venideras, eso sí, esperando que no se improviise más y que de verdad tengamos desde el 2012, unas fiestas de verdad nacidas al interior de una verdadera junta que trabaje durante varios meses en la organización de los eventos y no faltando dos o una semana tal como sucedió con las Fiestas de 2011.