por: Francisco Campillo
¿Será que los asesinos leen a Borges? ¿Será que los asesinos se han leído, por ejemplo, Solaris, la bella novela de Stanislaw Lem? Novela en la que no puedo pensar sin que en verdad me sienta un poco adentro de la felicidad por haber nacido.
Pero estaba hablando de los asesinos, pero mejor voy a hablar de otra cosa, son casi las once de la noche y no sé porqué se me ocurrió hacerme una pregunta semejante, no tiene importancia… hablemos mejor de la noche, los poetas la han comparado con una mujer, la noche es una mujer, es un mujer que está debajo de las cobijas y que de pronto llama a mi celular casi a las once de la noche, qué bien me digo, la noche me ha llamado, la noche de la que hablan los poetas, le invento un nombre, podría llamarse Solaris, como la novela de Stanislaw Lem.
Ahora quisiera hablar de otra cosa, hablar del milagro, sólo unas pocas frases, he pensado, por ejemplo, que los milagros no tienen Dios, se hacen solos, ocurren porque ocurren, sino no serían milagros. Si un día escribo sobre los milagros, comenzaré citando Solaris, aún no sé qué tiene que ver con el milagro, intuyo cosas, pero todavía no quiero que se vuelvan escritura, tal vez luego puede ser que escriba sobre el milagro, en fin, la verdad es que por ahora basta con que ocurran.
De lo que tengo ganas es de decirme que estoy vivo, hey Javier, estoy vivo me digo, pero no es mi voz, generalmente nunca me digo esas cosas, no se si ustedes se las digan, pero en tiempos de los asesinos conviene de vez en cuando dejar que una voz extraña, lejana nos diga, a través de nuestra propia voz, que estamos vivos, y de ahí a que Solaris sea un milagro, es cuestión de luz.
Bueno aún me quedan como cien palabras, así que las aprovecharé para no decir nada, es agradable no decir nada, pues no decir nada es como un círculo mágico, uno está dentro de ese círculo y nadie se da cuenta que uno está maravillosamente diciendo nada, nadie podría matarte por eso, de modo que lo que haré será decir nada, aunque podría hablarles de Solaris, bella novela, no sé si Borges se la leyó, creo que no, no importa, la verdad sólo quisiera pensar en poco más en Solaris y seguir errando como un perro solitario en una ciudad vacía.