POR: DIEGO FERNANDO SANCHEZ VIVAS
Nuestra Alma Mater, la Universidad del Cauca, uno de los centros docentes de educación superior más importantes del Sur Occidente del país, celebra por estos días los 180 años de fundación.
Su origen se remonta a los albores de la República, cuando el entonces Vicepresidente de Colombia General Francisco de Paula Santander encargado del Gobierno, expidió un decreto ordenando la creación de la institución, acto que se protocolizó el 11 de noviembre de 1827. Para la instalación de la Universidad del Cauca, se nombró a Don José Arroyo como rector, y al presbítero Manuel José Mosquera en calidad de Vicerrector.
Hoy por hoy, la Universidad del Cauca ha logrado afianzar su prestigio académico, si se tienen en cuenta los más recientes registros de pruebas a nivel nacional, y ha ponderado su peso específico en la determinación del devenir de la región, mediante un interesante plan de descentralización proyectándose a distintos lugares del Departamento. Cientos de estudiantes de otras regiones del país, se disputan la entrada al Alma Mater, atraídos por el nivel académico de la institución, por la imagen de Popayán como ciudad del conocimiento, y por las ventajas comparativas de vivir en una ciudad como Popayán. Este hecho genera dinamismo, flujo económico y vitalidad para nuestra ciudad y el Cauca.
Todos estos elementos positivos, requieren de un alto componente presupuestal, que la Universidad del Cauca por si sola difícilmente alcanza a sobrellevar, siendo necesario el concurso del Gobierno Nacional para su apoyo, y la concertación de las fuerzas vivas del Departamento con el fin de generarle al Alma Mater un horizonte económico, financiero y presupuestal menos incierto. Al respecto, cursa en el Congreso el trámite de una iniciativa legislativa para la expedición de una estampilla Pro Alma Mater, que de aprobarse permitirá ingresos importantes para la Universidad del Cauca.
Esperemos entonces que el horizonte presupuestal del Alma Mater se afiance en el largo plazo, ya que la Universidad del Cauca se constituye sin lugar a dudas, en el más grande patrimonio cultural de la Región, una institución educativa, cuna de ideas y escenario de la academia, donde se deslinda el perfil del futuro profesional, conciente de las necesidades sociales, y anhelante de paz, progreso y bienestar para su comarca.
“ Posteris lumen moriturus edat”, Felicitaciones Universidad del Cauca, que tu antorcha luminosa irradie sabiduria por siempre, y que trascienda y se proyecte a la posteridad.
Su origen se remonta a los albores de la República, cuando el entonces Vicepresidente de Colombia General Francisco de Paula Santander encargado del Gobierno, expidió un decreto ordenando la creación de la institución, acto que se protocolizó el 11 de noviembre de 1827. Para la instalación de la Universidad del Cauca, se nombró a Don José Arroyo como rector, y al presbítero Manuel José Mosquera en calidad de Vicerrector.
Hoy por hoy, la Universidad del Cauca ha logrado afianzar su prestigio académico, si se tienen en cuenta los más recientes registros de pruebas a nivel nacional, y ha ponderado su peso específico en la determinación del devenir de la región, mediante un interesante plan de descentralización proyectándose a distintos lugares del Departamento. Cientos de estudiantes de otras regiones del país, se disputan la entrada al Alma Mater, atraídos por el nivel académico de la institución, por la imagen de Popayán como ciudad del conocimiento, y por las ventajas comparativas de vivir en una ciudad como Popayán. Este hecho genera dinamismo, flujo económico y vitalidad para nuestra ciudad y el Cauca.
Todos estos elementos positivos, requieren de un alto componente presupuestal, que la Universidad del Cauca por si sola difícilmente alcanza a sobrellevar, siendo necesario el concurso del Gobierno Nacional para su apoyo, y la concertación de las fuerzas vivas del Departamento con el fin de generarle al Alma Mater un horizonte económico, financiero y presupuestal menos incierto. Al respecto, cursa en el Congreso el trámite de una iniciativa legislativa para la expedición de una estampilla Pro Alma Mater, que de aprobarse permitirá ingresos importantes para la Universidad del Cauca.
Esperemos entonces que el horizonte presupuestal del Alma Mater se afiance en el largo plazo, ya que la Universidad del Cauca se constituye sin lugar a dudas, en el más grande patrimonio cultural de la Región, una institución educativa, cuna de ideas y escenario de la academia, donde se deslinda el perfil del futuro profesional, conciente de las necesidades sociales, y anhelante de paz, progreso y bienestar para su comarca.
“ Posteris lumen moriturus edat”, Felicitaciones Universidad del Cauca, que tu antorcha luminosa irradie sabiduria por siempre, y que trascienda y se proyecte a la posteridad.