lunes, noviembre 30, 2009

QUÉDATE CON LO MEJOR






“No juzguen a nadie, para que nadie los juzgue a ustedes. Porque tal como juzguen se les juzgará…¿Por qué te fijas en la astilla que tiene tu hermano en el ojo, y no le das importancia a la viga que está en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Déjame sacarte la astilla del ojo”, cuando ahí tienes una viga en el tuyo? ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás con claridad para sacar la astilla del ojo de tu hermano.” (Mt 7:1-5)


Todas las personas tienen sus cosas buenas y sus cosas malas, no por eso son mejores o peores, el éxito en un grupo no es que todos sean excelentes o que todos se lleven bien, el éxito está en saber sacar las cosas buenas de cada uno, y lograr ponerlas al servicio de los otros, es aprender a no juzgarlos, a perdonarlos, a ponerse en su lugar, a olvidarse un poco de las necesidades de uno mismo y empezar a ver por sus necesidades; no es lo que nos puedan dar, sino lo que podemos dar a pesar de las cosas malas que veamos en los demás. No vale la pena quejarnos cuando las personas no son lo que esperábamos que fueran, somos humanos y nos equivocamos, nosotros mismos fallamos y muchas veces lo hacemos con las personas que más amamos, ¿Cómo no esperar eso mismo de la gente del común con la que nos llevamos?. A veces Dios permite la presencia de personas difíciles en nuestra vida, porque son precisamente esas personas las que nos afinan, las que nos aportan, y quizás las que más nos necesitan, puesto que estos individuos son como tesoros ocultos que aun nadie ha descubierto, piedras preciosas que están esperando que alguien las pula y descubra su brillo, Recordemos que Dios es como un alfarero que de una masa de barro puede sacar la más bella vasija. Así que quedémonos con lo mejor de nuestros semejantes, cambiemos lo peor de nosotros mismos, que es bastante y seamos colaboradores de Dios en hacer de piedras muertas grandiosas esculturas que algún día también nos podrán ayudar a transformar.

por TATIANA MARTÍNEZ MUÑOZ

Estudiante de Medicina - Unicauca

EL PRIMER PASO PARA CAMBIAR ES RECIBIR A CRISTO EN TU CORAZÓN…DILE: Señor Jesucristo entiendo que te necesito y que no puedo seguir viviendo lejos de ti, creo que moriste en una cruz para que mis pecados fueran perdonados. Hoy te abro la puerta de mi corazón y te recibo como mi Señor y mi salvador, ocupa el primer lugar en mi vida y haz de mi la persona que tu quieres que yo sea. Gracias por amarme, perdonarme, hacerme hijo de Dios y darme vida eterna. AMEN.

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