MARCO ANTONIO VALENCIA
Cada vez es mejor la programación del teatro Bolívar: Este año hemos tenido ciclos de cine francés, brasilero, japonés, chino, español y durante las dos próximas semanas viene un ciclo de cine alemán; y por si fuera poco, los fines de semana presentan lo mejorcito de las carteleras nacionales y una vez por mes hay presentaciones de grupos teatrales. Y los precios de la boletería realmente son cómodos, porque mientras en las ciudades capitalinas del país una entrada a cine cuesta entre doce y veinte mil pesos, acá vale tres mil pesos y los jueves entran dos por una boleta.
Pero, hay un pero, la gente en Popayán, para eso de la cultura cinematográfica y teatral es nula y no tiene tradición. A la sala solo entramos entre cinco y diez personas a ver cine y los grupos de teatro se hacen el honor de verse mutuamente.
Varios conocidos me dicen que el teatro queda lejos, eso es un pretexto ridículo, pues está dos cuadras del centro comercial tradicional de la ciudad. Que queda en una zona deprimida y peligrosa, otro alegato igual de ridículo por falso. Lo que pasa es que la gente no sabe aceptar el analfabetismo cultural que lo habita como si fuera una de esas niguas de otrora, que nos preña la vida de perezas.
A veces pienso que si bien es cierto que los que administran este teatro son muy buenos programando, son muy malos publicitando y le dedican muy poco tiempo al mercadeo y a la formación de públicos; o lo que es peor, los esfuerzos realizados en estos campos son mal dirigidos, mal diseñados y nunca han sido evaluados ni mejorados.
Con tanta población universitaria y estudiantil, con tan buena programación ¿cómo es posible que se trabaje a perdida? ¿Cómo es posible que una sala de cine tan buena esté tan vacía? ¿Quién tiene la culpa: los espectadores o los administradores del teatro? ¿Hasta cuándo va a durar (y resistir) esta sala en estas condiciones? ¿A razón de qué y para qué tanto esfuerzo por mantener una cartelera de cine excelente si la gente no asiste al teatro? A este teatro le falta una manito, le falta un gerente de mercadeo.
A la alcaldía le debería interesar cultivar y apoyar una sala de cine cultural en la ciudad de manera más tangible y real. Igualmente a las universidades y colegios. Mejor dicho: el teatro Bolívar está enladrillado ¿el desenladrillador que lo desenladrille buen desenladrillador será…
*La vida sexual de los peces, se presenta en el Bolívar el jueves 7 de junio, a las 7pm.