miércoles, agosto 26, 2009

ECHANDO RAÍCES




“Y aunque tu principio haya sido pequeño, Tu postrer estado será muy grande” (Job 8: 7)

La palabra de Dios nos enseña que todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. El bambú japonés es una planta que después de sembrada se tarda siete años en dar algún progreso visible y de repente, después de este periodo, en tan solo seis semanas sus ramas llegan a crecer 30 metros. Siete años de aparente inactividad, pero la verdad es que este tiempo es el que tarda la semilla para echar las raíces que sostendrán su prosperidad futura.
Hoy muchos de nosotros tal vez estemos pasando por periodos de aparente inactividad donde no vemos fruto en nuestra vida, ni grandes avances, ni la prosperidad que Dios ha prometido a los que le aman. En realidad esto puede deberse a dos cosas: La primera, es que no estamos confiando en Dios y estemos haciendo las cosas a nuestra manera y la segunda, es que estemos confiando en Dios y que este sea un momento en que al igual que el Bambú Japonés nuestra vida este echando raíces, para que cuando sea el momento de dar fruto, la prosperidad que Dios planeó para nosotros no nos eche a perder, sino que podamos estar firmes, confiando en el Señor siempre.
Hay tiempos en la vida donde es necesario que aprendamos a ser disciplinados, constantes, humildes, pero sobretodo perseverantes; sabiendo que el Dios en quien hemos confiado no mentira, ni se arrepentirá de hacernos el bien que ha prometido, pues no es hombre para que se arrepienta, o acaso, Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará? No importa cuán pequeño haya sido tu principio, Dios es experto en llamar las cosas que no son como si lo fueran y en hacer posibles los imposibles; tú, mantén fija tu mirada en él y tu fe en Jesucristo; él se encargará de prosperar tu futuro y hacer que tu postrer estado sea muy grande. Finalmente recuerda:

“Bendito el hombre que confía en el Señor, y pone su confianza en él. Será como un árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el calor, y sus hojas están siempre verdes. En época de sequía no se angustia, y nunca deja de dar fruto.” (Jr 17: 7 - 8)

TATIANA MARTÍNEZ M.
Estudiante de

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