LECCIÓN DE OBEDIENCIA
“Hijo mío, no te olvides de mi ley,
Y tu corazón guarde mis mandamientos;
Porque largura de días y años de vida
Y paz te aumentarán” (Pv 3: 1)
“Hijo mío, no te olvides de mi ley,
Y tu corazón guarde mis mandamientos;
Porque largura de días y años de vida
Y paz te aumentarán” (Pv 3: 1)
La palabra de Dios no debe ser un concepto más de los tantos que tienes en tu intelecto; no solo debe estar en tu mente, tiene que estar incorporada dentro de tu corazón que es el centro de tus deseos, motivaciones y decisiones.
El Dios que afirmó: “Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ti, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darte un futuro y una esperanza. (Jr 29: 11)” no es el tipo de dios que quiera arruinar tus planes o robarte la felicidad; el Dios que prometió: “Que a cualquiera que dejara algo por él, recibiría cien veces mas, y heredaría la vida eterna. (Mt 19: 29)” no es un dios que te quiera quitar sino un Dios que esta dispuesto a darte mucho mas de lo que pidas o esperas. Créele a Dios de todo tu corazón y basta de tomar decisiones conforme a tu propia opinión a cerca de lo que esta bien o esta mal pues tú no eres Dios, si lo fueras no te hubieras equivocado tantas veces en la vida, es mas no te hubieras equivocado jamás. Hoy mas que siempre necesitas reconocer a Dios como la máxima autoridad en tu vida pues el es la única salida a todas tus necesidades y para esto requieres tener una relación intima, personal y PLACENTERA con su hijo JESUCRISTO; conocer la palabra de Dios, a través de un estudio diario de la Biblia, hablar con Dios acerca de tus cosas, asistir a una iglesia que no sea fanática donde te instruyan y te amen, y obedecer lo que Dios dice, es lo único que te garantiza ese tipo de relación con aquel que dio su vida por ti.
Cuando de verdad conozcas a Dios entonces no te olvidarás de su ley y en tu corazón guardarás sus mandamientos, él no solo te dará largura de días, años de vida y paz, también hallarás sabiduría y obtendrás inteligencia para gobernar todas las aéreas de tu vida. Finalmente comprobarás que Dios tenía razón y te alegrarás por siempre de haber escuchado su voz.
TATIANA MARTÍNEZ M.