viernes, abril 28, 2006

PAYANESES, Bienvenenidos a la era del glifosato

Obra: Los otros
de Hardy Balanta

Los “estúpidos gringos” y los “estúpidos para-funcionarios del gobierno colombiano” estan rociando con glifosato las fincas de las riveras del Río Patía.

Bienvenidos nariñenses y caucanos al mundo de los enfermos de cáncer, a los hijos mutantes (sin ojos, sin brazos), al mundo de las enfermedades raras, a la destrucción de los sistemas nerviosos, a la ceguera prematura, a la impotencia sexual, a las alergias y a las muertes dolorosas e inexplicables.

Bienvenidos al mundo de los alimentos contaminados, a las pestes, a la muerte miserable. De ahora en adelante todo nuestro territorio (incluyendo las zonas urbanas como Popayán y Pasto, no se crean, y el resto del país donde se vende nuestros productos alimenticios de la tierra) se consumirán pescados, carnes, vegetales y frutas envenenadas.

El envenenamiento a campos, valles y montañas durará muchos años y la vida natural será una tristeza. El glifosato producirá desastres de lesa humanidad que nos llenarán de miseria, pobreza, dolor y muerte. Nuestras fincas, haciendas y campos, hoy verdes, llenos de sembrados y animales para consumo y riqueza del hombre, serán desiertos secos y una vergüenza para la humanidad en los próximos siglos.

Bienvenidos todos a conocer la muerte química más horrible inventada por los estúpidos gringos para “dizque” acabar con sus enemigos los campesinos del Patía. Que no son traficantes ni mafiosos ni consumidores de alucinógenos.

Y me pregunto: ¿Nuestros campesinos enemigos de los gringos? Pero si nisiquiera saben dónde &·*% queda Estados Unidos, son analfabetos y su único pecado es ser pobres, ir a misa cada domingo, votar por Uribe y pasársela arando la tierra de sol a sol durante toda la semana para que la gente de las ciudades se alimente bien y pueda vivir. Es para risa eso de fumigar el Patía, pero no tiene gracia.

Da rabia la estupidez ajena. Pero bueno, siempre nos queda la esperanza de tener líderes que se pronuncien, luchen e impidan esta pena de muerte que nos acaban de dictar estos “estúpidos gringos” y eviten la tragedia (no me cansaré nunca de decir estúpidos gringos, perdón).

Nos queda la esperanza, decía, de tener entre nuestros líderes a gente sabia, valiente y conciente del peligro que se nos avecina para que hable por todos nosotros (citadinos, campesinos, indígenas, negros, ancianos, hombre, mujeres y niños) y no permita que nos maten fumigados como cucarachas por el único delito de ser colombianos pobres y humildes. No hay derecho. ¿Dónde esta Dios? ¿Dónde esta la justicia humana? Pero todos frescos. Nada de nervios, nada de susto, nada de miedo, nuestros líderes nos salvan. Estamos seguros. Tenemos esperanza. (¿Cierto que si?)

Es aquí y ahora donde vamos a ver el liderazgo, la inteligencia y el compromiso de los padres de la patria que acabamos de elegir en las pasadas elecciones como Senadores y representantes a la Cámara.

Es aquí donde queremos ver el grito en el cielo de alcaldes y gobernadores en contra de una tragedia que se nos avecina. Aquí es donde deseamos ver la bulla, las pancartas y huelgas de hambre de sindicalistas, feministas, oenegés ambientalistas y toda esa caterva de fuerzas vivas de la sociedad regional liderando un rechazo unánime de nuestro pueblo contra la bárbara decisión de declararnos la pena de muerte a caucanos y nariñenses. Aquí es donde yo, personalmente, quiero ver a los maestros de sindicato, estudiantes universitarios, indios organizados, y sindicalistas comprometidos taponando la vía Panamericana, haciendo “tomas”, repudiando y negándose a morir como cucarachas contra la sentencia de muerte que nos acaban de declarar los estúpidos gringos. “Aquí los quiero ver”. Y no me van a defraudar, estoy seguro. Vamos a ver

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