YA VIENEN LOS REYES…
MARCO ANTONIO VALENCIA
Esta semana asumen el mando alcaldes y gobernadores. Sobra decir, que esperamos mucho de ellos. Esperamos que cumplan sus promesas electorales de cambio y cero corrupción. Que sea cierto el juramento ante Dios y la Patria para trabajar por nuestra gente, y que cumplan fielmente la Constitución Nacional (que incluye los códigos civil, penal, administrativo, laboral, etc.) para tranquilidad de todos.
Ojalá que sean justos. Que hayan aprendido de las malas administraciones pasadas para no repetir de sus errores. Que no sean inferiores a las necesidades de sus pueblos, que escuchen las demandas de los más necesitados. Que nombren secretarios de despacho calificados, idóneos, capaces de representarlos con ética, moral, iniciativa y capacidad de gestión.
En muchas alcaldías y gobernaciones hay que llegar con mentalidad de cambio. Hay que revisar el manual de funciones para que todos trabajen, hay que poner tareas puntuales, redistribuir cargos, comprar equipos nuevos. Hay que hacer cumplir los horarios, revisar las hojas de vida para que las personas estén trabajando en lo que son expertos y para lo que estudiaron. Hay que acabar con los puestos innecesarios, tener los rubros y enseres suficientes, revisar los gastos de funcionamiento, construir y poner a funcionar manuales de protocolo para el sector administrativo. Hay que revisar los contratos de personal. Hay que enseñarle al funcionario cómo atender público de manera eficiente. Hay que hacer que se noten los cambios para bien, para mejorar, para avanzar.
Con el voto popular hemos puesto la confianza ciudadana en los nuevos mandatarios. Por lo tanto, esperamos que no se dejen intimidar por los políticos para nombrar a idiotas útiles en cargos públicos. Que si los políticos quieren recomendar a alguien, que lo hagan (para eso son, para asesorar, y para eso la gente se inscribe a los partidos políticos); pero, ojo, si van a recomendar a alguien, que lo hagan con altura y ética. Es decir, que recomienden a gente capaz, estudiada y con experiencia; y no vayan a imponer a su amante de silicona o a su empleada del servicio doméstico analfabeta (con cero experiencias y ningún interés diferente al sueldo), a manejar temas tan delicados y supremos como la cultura, la educación, la salud o la hacienda pública.
El deseo de la mayoría, de los que votamos y no votamos por ellos, es que les vaya bien. Si a ellos como gestores y administradores del municipio o del departamento les va bien, a todos los ciudadanos nos va bien, avanzamos y salimos del subdesarrollo y la ignominia. Por lo tanto, señores nuevos administradores del erario público, a nombre del pueblo, les pido cero tolerancia con los profesionales del bochinche, la intriga, la anarquía. Hay que poner en cintura a los que viven del erario público con prácticas ilegales. No hay que dejarse manosear por sindicatos, politiqueros de pueblo, o chantajes periodísticos de locutores avivatos.
Que Dios los bendiga. Y por favor, más pan y menos circo. Que la infancia y la mujer sean prioridad. Que los ancianos y los discapacitados sean prioridad. Que los afectados por el invierno sean prioridad. Que la seguridad ciudadana sea prioridad. Que la salud, la educación, la cultura y el empleo, sean prioridad. En fin, somos tan pobres y necesitados… que por aquí, todo es prioridad. ¡Salud y éxitos!