LAS HIJAS DE DON RODRIGO
MARCO ANTONIO VALENCIA
La historia dice que las dos hijas de don Rodrigo fueron obligadas a casarse con los Infantes de Carrión, unos muchachos educados en los refinamientos de la corte española, pero flojos para el trabajo y cobardes para todo, al punto que la gente de Valencia, se burlaba de ellos.
Avergonzados, los infantes planearon su venganza llevando a sus esposas a las afueras de la ciudad, y en algún camino abandonado, las desnudan, las amarran a un árbol, las azotan y las abandonan a su suerte.
Esta escena pertenece a la tercera parte del poema épico del Cantar del Mio Cid, texto anónimo del Medioevo Hispánico de finales del siglo XII, que narra las desventuras y rectitud moral de don Rodrigo Díaz de Vivar. Libro que generalmente se lee en grado décimo del bachillerato, para hablar de temas como la lealtad, el agradecimiento, el sacrificio, la fe y la obediencia.
Traigo a cuento la historia de las hijas de don Rodrigo para hablar del “maltrato a la mujer”. Algo que al parecer, fue moneda corriente entre los hombres bárbaros y pocos educados en la historia de la humanidad. Épocas pasadas donde el hombre actuaba por mandato de su instinto; donde el diálogo, la dialéctica, la tolerancia y la razón no hacían parte de la cotidianidad en la relación hombre-mujer.
Siendo éste el primer libro escrito en español que se conoce, tiene la virtud, de decir a través del arte literario lo que no se podía decir a viva voz. Me explico: este libro del siglo XII, ya habla y señala como un acto cobarde el abuso y el maltrato a la mujer.
Los ultrajes que padecieron doña Elvira y doña Sol, las hijas de don Rodrigo, son críticas directas de un autor desconocido a la sociedad de su tiempo. Pero además, son pensamientos visionarios de un autor que se adelanta al futuro cientos de años, un futuro donde los maltratadores de mujeres se convertirán en sinónimo de cobardía. Y hoy, no hay nada peor para el prestigio y la dignidad un hombre, que le digan cobarde.
El arte en todas sus manifestaciones ha contribuido a exaltar el papel fundamental de la mujer en la sociedad, sensibilizado a favor del buen trato y el entendimiento entre géneros.
El arte no solo ha permitido expresar amor, deseo y enamoramiento, también ha permitido la reflexión y la crítica social para abordar el tema de la desigualdad de géneros. De allí el valor y la necesidad simbólica del artista para el mundo.
Para el 8 de marzo, día internacional de la mujer. Invito a preparar eventos culturales y dignos.