lunes, noviembre 17, 2014

POPAYÁN Y LAS LANGOSTAS




POR:Marco Antonio Valencia Calle

Con el cuento de que la historia tiene muchas miradas, burócratas de la Universidad del Cauca se apoderaron sin miedo y sin ponerse colorados del Museo Mosquera y el Panteón de los Próceres para convertirlos en oficinas de “importantísimos funcionarios” que por nada del mundo pueden tener oficinas fuera del sector histórico (¡!). 

Y siguiendo su mal ejemplo, la Gobernación del Cauca convirtió el Museo de la Casa Caldas en oficinas para bancos; y de paso, la tradicional Casa de la Cultura de Popayán en un bunker con rejas y porteros para la burocracia cultural, donde además levantaron un piso centenario de piedra para ponerle baldosas y construyeron una espléndida cocina siglo XXI, desconociendo el Acuerdo Municipal 07 del 2002, para la protección del patrimonio del sector histórico.
Si eso hizo la Universidad del Cauca, que se supone está manejada por gente con alma y educada para reconocer que en el patrimonio arquitectónico de las ciudades esta la identidad y la cultura de un pueblo y a toda costa debe protegerse;  pero por si acaso, por si el alma no les alcanzaba para entender eso del valor del patrimonio, al menos deberían cumplir la ley que así lo dice (Ley General de Cultura 1185 de 2008)…  Si eso hizo la Unicauca, por Dios, ¿qué podíamos esperar de la Gobernación dirigida por políticos?
Si la Universidad y la Gobernación desfloran y vapulean el patrimonio cultural que tienen la misión de cuidar; si los burócratas de Unicacuca desprecian e ignoran la historia no solo de la ciudad, sino del país… (el sector histórico de Popayán fue declarado Monumento Nacional según Ley 163 del 30 de julio de 1959 y el Decreto Reglamentario 264 de 1.963);  nadie se extrañe que su ejemplo sea seguido por particulares llegados de la “Conchichina” al rebusque económico en el año 2014 (con el cuento chino de que vienen a dar empleo), y comiencen a usar las casonas del Sector Histórico colindantes con iglesias y museos para poner bulliciosos “negocios de todo a mil”  desconociendo el significado y simbolismo de 477 años de historia payanesa.

Nadie está en contra de los  negocios del “todo a mil”, bienvenidos, que buenos, pero con el perdón de sus empresarios y defensores, se están comportando con Popayán como esas langostas que mataron de hambre a los egipcios en los relatos bíblicos, y como plaga, están acabando con el patrimonio cultural y la economía formal.
Pudiendo crear centros comerciales emergentes en periferias de la ciudad, quieren comprarse y cargarse –como ya lo vemos y vivimos-, todo el sector que representa el Patrimonio Inmueble y tirar a la basura la identidad de un pueblo. Negocios que pronto van a quebrar a todos los comerciantes formales y tradicionales, pues nadie puede competirles en precio. Negocios que no respetan el medio ambiente y con sus megáfonos, banderines, payasos y anuncios se toman andenes y calles. Negocios que no cumplen las normas y recomendaciones del famoso PEM (Plan Especial  de Manejo y Protección del Sector Antiguo de Popayán) que indican cómo se conserva y se sostiene una ciudad “patrimonio para la humanidad”;  y que van desconfigurando con su accionar lo que el mundo conoce como  “la ciudad blanca de Colombia”.   
Cualquiera podría argumentar que éstos empresarios no son de aquí, no conocen la ciudad, ni su historia, ni su cultura, y por lo tanto, no le deben amor a Popayán ni les cabe responsabilidad para cuidar el patrimonio. Pero entonces ¿Dónde carajos esta la Corporación Autónoma Regional del Cauca para que haga cumplir las normas de medio ambiente? ¿Dónde están las Curadurías Urbanas? ¿Dónde la Cámara de Comercio? ¿Dónde están los de Planeación Municipal? ¿Dónde está el alcalde? ¿Dónde están los concejales? ¿Dónde diablos está la sociedad civil representada en la Veeduría Ciudadana de Patrimonio Histórico de Popayán?
No sé a dónde vamos a llegar, pero creo que como ciudadanos que pagamos impuestos tenemos que hacerle un juicio público tipo “cabildo abierto” a las instituciones de gobierno municipal que no están cumpliendo su trabajo. Y claro, condenar y repudiar públicamente, a nivel nacional, lo que han hecho la Universidad y la Gobernación del Cauca.
El Centro Histórico y sus sectores de influencia, señores, representan momentos históricos del país y su arquitectura es una riqueza de especial significado que hace que Popayán tenga importancia internacional; y sin ese legado vivo, sin esa gallinita de los huevos de oro, sin esas ocho o diez cuadras, la ciudad desvanece su importancia.  Todos no podemos vivir en el Centro Histórico, pero el Valle de Pubenza es grande y su periferia tiene bastantes lotes para construir centros comerciales y administrativos adecuados para el Siglo XXI; pero no, todos quieren vivir, trabajar y accionar en el centro histórico, una zona que, como lo dice la ley, debe estar dedicada a la educación, la cultura y el turismo y cuidarse de manera especial.






Marco Antonio Valencia Calle

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