Abrir una década nueva, trae metas y desafíos. En esa
lógica, y como pendientes del sector cultural, uno mis palabras a la de
compañeros columnistas, en torno a los avances que puede tener el Cauca, si
logra consolidar su gobernanza cultural.
Dada la llegada de las nuevas administraciones, la
línea de base con la que se cuenta y la coyuntura que se vive en torno a lo
cultural, hablar de la gobernanza en este ámbito es oportuno. Entendiendo claro
que la gobernanza cultural supone contar con recursos, normatividad,
políticas públicas, infraestructura, arquitectura – capacidad institucional,
promoción, diversidad, delimitación de procesos que fomenten el
desarrollo cultural dinámico e inclusivo a la par de la diversidad que
caracteriza este territorio.
Por esto es necesario tener claro que lograr la
gobernanza cultural, tiene tres líneas de impacto: 1) transversal a
nuestra vida, poblaciones y territorios, 2) multinivel dado
que supone principios de colaboración, cooperación y coordinación y 3) social al
soportarse en el trabajo en red entre distintos actores, grupos y comunidades
culturales, que, de forma participativa, ejecutan, evalúan y hacen seguimiento
a los resultados.
Construir gobernanza implica
trabajar de forma dinámica, pues se modifica con el tiempo, las innovaciones y
el entorno, desde el intercambio, la negociación y el compromiso, por tener
una visión
compartida de territorio y cultura, en la cual todos los
actores, públicos, privados, junto con la sociedad se mueven con su capital
cultural en torno a apuestas comunes que nos permitan crear y transmitir conocimiento.
Por ello, urge trabajar en lograr con un enfoque de sostenibilidad, las acciones para gobernar y gestionar lo cultural, a partir de la concertación de intereses locales, capacidades, confianza entre actores, redes para compartir saberes, conocimientos y revitalizar las identidades culturales y generar nuevas alternativas. Las políticas culturales logradas de esta forma logran democratizar la cultura.
Por ello, urge trabajar en lograr con un enfoque de sostenibilidad, las acciones para gobernar y gestionar lo cultural, a partir de la concertación de intereses locales, capacidades, confianza entre actores, redes para compartir saberes, conocimientos y revitalizar las identidades culturales y generar nuevas alternativas. Las políticas culturales logradas de esta forma logran democratizar la cultura.
Además, como país estamos en un
periodo de estabilización que supone a la par de lograr la paz
positiva, generar las condiciones necesarias para lograr que los derechos y
libertades culturales, necesarios para el desarrollo de sociedades pacíficas,
sean en verdad, parte de la vida de ciudadanos activos, capaces de tomar
decisiones y construir sanas sociedades.
Importante tener en cuenta también
que, en el caso del Cauca, como de otros territorios en el país, se debe
aprovechar la diversidad de expresiones culturales, de tal forma que se
identifiquen cadenas
de valor cultural en las que la dimensión cultural este alineado
en la perspectiva del desarrollo sostenible como proyecto de sociedad. El Cauca
y Popayán son mucho más que la Semana Mayor, muestra ello, lo alcanzado con el
Congreso Nacional Gastronómico de Popayán.
La cultura coadyuva al logro de los
objetivos sociales, por lo que es un componente estratégico del desarrollo. Tan
claro como lo manifestado en la Declaración
de Hangzhou, mayo de 2013: “… la integración de la cultura en las
políticas y programas de desarrollo allanará el camino a una nueva era de
desarrollo mundial.”
Feliz y grato 2020 para todos.